¿A qué te dedicás?
Arranqué en la época del mimbre, con mi familia, cuando era un niño. Después el negocio del mimbre dejó de serlo y me pasé a la madera, y trabajo en este oficio de restaurar y armar muebles desde hace 35 años. Trabajo cualquier tipo de madera, ya sea roble, pinotea, cedro. Lo que más me gusta es reciclar muebles antiguos: agarro un mueble que está hecho pedazos tirado una volqueta y lo dejo en roble como cero kilómetro.
¿Cómo te afectó la pandemia y que fue lo más difícil que tocó vivir?
En resumen, la pandemia no me afectó demasiado. En realidad, la sufrí el primer mes, no entraba nadie al local, me volvía loco, pero fueron las primeras semanas. Después de esos primeros días empezamos a trabajar bastante bien, por lo que la pandemia en cierto punto nos favoreció en el trabajo.
Gracias al eslogan del gobierno de “quedate en casa”, lo que nos pasó fue que la gente, teniendo que estar tanto encerrada, empezó a arreglar su hábitat, su casa, empezaron a comprar muebles. En estos últimos meses he arreglado y vendido cualquier cantidad de bibliotecas, placares, marcos de cuadros. Las personas empezaron a ordenar sus libros, las bolsas con ropas, hasta he llegado a regalar algunos muebles, total, la plata va y viene, y siempre tengo un montón de ofertas y buenos precios. Hay una clienta que me compró tres bibliotecas en un fin de semana, empezó a ordenar sus libros, que los tenía en cajas, y puso una biblioteca hasta en la cocina.
¿Qué te parece que va a pasar en el futuro?
Para mí, esto va a seguir como siguió siempre, el país sigue funcionando como siempre, como la vida. Nadie puede morirse de hambre. Sé que hay mucha gente sin trabajo, pero aprendí, desde pequeño, que la plata está tirada en la calle, en las volquetas.
¿Te gustó este material fotográfico? Mirá más imágenes capturadas por el equipo de fotografía de la diaria.
Más artículos de Fotografía