Los sindicatos que integran la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) emitieron este martes un comunicado en el que manifiestan su “profundo rechazo” a la reciente suba de la leche tarifada (fresca, común y descremada) en el marco de esta crisis sanitaria.

A finales de marzo, el Ministerio de Economía y Finanzas emitió una resolución que llevó a 31,30 pesos el litro de leche común en bolsa. El precio de la leche tarifada se ajusta dos veces al año (en marzo y en setiembre) con base en una paramétrica. Es uno de los pocos productos tarifados en Uruguay.

La FTIL considera que el mecanismo de fijación del precio es “válido” y genera certezas para pequeños y medianos productores, pero que “en esta coyuntura” se debería haber tomado otra decisión y evitar el aumento.

“Mientras dure la situación de crisis económica, con cese de actividades en muchos sectores y envíos al seguro de desempleo, es el Estado quien debería asumir el sobrecosto generado a la venta de este producto, por tratarse de un producto especialmente esencial para los sectores más vulnerables de la sociedad”, señalan en el documento.

Según los sindicatos, una medida con esas características no tendría un “gran impacto” en las finanzas públicas, pero sí perjudica a la “población más vulnerable”. “A nivel de toda la industria se producen por día entre 400.000 y 380.000 litros de leche fresca en esta modalidad”, concluyen.