Distintos colectivos que nuclean a trabajadores no dependientes vinculados con la economía social y solidaria, artesanos, feriantes, estilistas a domicilio, vendedores de la vía pública, casi todos monotributistas y monotributistas sociales del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), entregaron el miércoles una carta dirigida al presidente Luis Lacalle Pou y al titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Pablo Mieres, solicitando “de manera urgente” una reunión “de carácter virtual” con ellos, y haciendo una serie de propuestas para mitigar la situación que están viviendo como consecuencia de la declaración de emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19. Los colectivos proponen “asegurar la alimentación a la población”, “renta básica digna”, el “no pago de aportes de monotributistas y monotributistas sociales mientras dure esta situación”, y “tarifas públicas diferenciadas”.

Esta carta es la segunda que envían a los mismos destinatarios solicitando una reunión y explicitando las iniciativas. “El tiempo transcurre y es imperativo para nosotros avanzar en soluciones para esta situación coyuntural que nos ha convertido en uno de los sectores más vulnerables de la masa trabajadora. Ya han pasado ocho días desde que les enviamos esa carta; pero también han pasado 39 días desde que nos hemos visto imposibilitados de salir a trabajar y/o vender nuestros productos”, indican en el texto.

Daniel Falagián, uno de los voceros de los colectivos, artesano que trabaja en el Mercado de los Artesanos y en ferias, y que es monotributista social del Mides, dijo a la diaria que el motivo de la carta es que “el gobierno no está dando respuesta a una cantidad enorme de gente que se quedó sin ingresos”. Consultado sobre la iniciativa del Poder Ejecutivo que otorga un subsidio para los monotributistas sociales del Mides durante dos meses, con opción a dos más, consideró que “es una ayuda, pero insuficiente, porque son 6.800 pesos”, y además “hay que seguir pagando la cuota del monotributo, como si estuvieras trabajando”. Falagián agregó que estos anuncios se hicieron “hace más de un mes” y “todavía no se han concretado”, cuando hace “casi dos meses que estamos sin trabajar”. Haciendo cuentas, explicó: “Cobrás 6.800, pagás 1.800 el monotributo, ya sólo te quedan 5.000. Pagás la luz y alguna cosa más, ¿y qué te queda?”.

El artesano contó que la mayoría de estos trabajadores “no ha tenido ingresos” en el último mes y medio, y “los pocos que se animan a ir a alguna feria de barrio venden muy poquito, porque la gente está comprando lo básico, que son los alimentos, y nada más”.

Falagián también cuestionó las soluciones ofrecidas para los monotributistas “comunes”, a los que se les otorgará un préstamo de 12.000 pesos a pagar en seis cuotas “sin intereses, pero como lo tienen que pagar en unidades indexadas, van a tener que devolver más plata de la que reciben”. Una de las preocupaciones principales de estos colectivos son los trabajadores “informales”, que no realizaban aportes al Banco de Previsión Social (BPS) de ningún tipo, pero que “vendiendo o haciendo algo ganaban para la comida y los gastos básicos”. “A esa gente no le toca nada de nada. Lo único que le ofrecieron es una canasta de 1.200 pesos. ¿Quién puede vivir con eso durante todo un mes? ¿Qué comés? Harina y arroz todo el mes”, dijo Falagián.

Figura patronal

Por su parte, la integrante de la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria y de la Asociación Uruguaya de Artesanos Helena Almirati señaló que la emergencia sanitaria dejó al desnudo la situación de precariedad en materia de seguridad social de los trabajadores no dependientes, para la que los distintos colectivos buscan una solución desde hace años. “Hace más de 15 años que tenemos un grupo de seguridad social, desde donde promovimos el monotributo para los artesanos. El monotributo surgió en 2001 sólo para vendedores ambulantes, pero empezamos a trabajar para que no fuera sólo para ellos, y los rubros se fueron diversificando, incluyendo a artesanos, cuidacoches, guías turísticos, ladrilleros, pescadores artesanales, entre otros. Y luego trabajamos mucho para elaborar la propuesta de monotributo social, que lo propusimos para los artesanos y después el Mides globalizó”, añadió.

Para Almirati, se trabajó mucho “para que hubiera inserción en el sistema de seguridad social con las herramientas que se fueron encontrando, pero también se propuso otras formas, como las del trabajador autónomo, independiente o asociado, que es una figura por la cual se aporta por franjas y en algún momento de la vida se puede aportar más y tener una jubilación digna, y también se tienen derechos de dependiente, como el seguro de paro”. Esta figura, que no está contemplada por la seguridad social de Uruguay, sí está presente en los sistemas de otros países. “En este país sigue habiendo sólo una figura patronal del monotributo”, consideró la artesana.

Almirati explicó que el monotributo social Mides alcanza a personas “en situación de vulnerabilidad”, que el primer año pagan 25% de los que pagan los monotributistas comunes (alrededor de 1.800 pesos), el segundo año 50%, el tercer año 75%, y el cuarto año ya pagan lo mismo, pero “tienen una legislación específica que contempla algunos beneficios más”. Estos son los beneficiados por el subsidio de 6.800 pesos, que se terminó de aprobar el miércoles.

En tanto, los monotributistas comunes se han visto beneficiados por la posibilidad de obtener un préstamo de 12.000 pesos que deben reintegrar, y durante dos meses, 40% del monotributo a pagar queda subvencionado, mientras que el 60% restante se puede pagar en seis cuotas. Almirati compara situaciones: “No tenés trabajo e igual tenés que pagar, mientras que un trabajador que va a seguro de paro no aporta durante ese período”.

“Nuestro ingreso actual es cero; el Mercado de los Artesanos lo cerramos el 20 de marzo, por primera vez en 38 años. Somos 280 personas, y muchas viven sólo de lo que venden ahí”, concluyó.

Los colectivos se vienen reuniendo de manera virtual tres veces por semana para dar seguimiento a la situación y al estado de las peticiones realizadas en las cartas.

Tanto Falagián como Almirati destacaron algo que aparece en las dos cartas que enviaron: “Los trabajadores no dependientes somos los que no necesitamos de inversión pública ni de que lleguen grandes capitales para tener trabajo, porque nosotros generamos nuestros puestos de trabajo”. “No somos empresas, somos trabajadores no dependientes, muchas veces nucleados en redes y asociaciones, y acá estamos, una vez más, para aportar en la búsqueda de soluciones”, concluyen.

Bienvenido pero insuficiente

El proyecto de ley que otorga el subsidio a los monotributistas sociales del Mides recibió la sanción definitiva el miércoles en la Cámara de Diputados. El subsidio es de 6.779 pesos por mes durante dos meses, con opción a dos meses más, si el Poder Ejecutivo lo entiende necesario. Será financiado por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) por medio del Fondo de Reconversión Laboral al que aportan todos los trabajadores del país, implementado por el BPS, y administrado por la Agencia Nacional de Desarrollo, que rendirá cuentas de la ejecución. Además, para los monotributistas comunes se otorgará un préstamo de 12.000 pesos, dividido en dos cuotas mensuales (6.000 pesos por mes) a pagar en 12 cuotas mensuales en unidades indexadas, sin intereses.

El miércoles, en la Cámara de Representantes, la diputada del Frente Amplio Bettiana Díaz, cuya fuerza política votó favorablemente el proyecto de ley, dijo que si bien el subsidio a los monotributistas sociales del Mides “es una medida bienvenida”, la consideró insuficiente. Además, en el mismo sentido que los colectivos de monotributistas, se preguntó sobre las razones del “corte que se hace dentro del monotributo”, entre los sociales del Mides y los comunes, y señaló que “las diferencias que tienen ambos tributos aplican en condiciones normales”. “¿Qué hace pensar que es menos vulnerable en esta situación de paralización total de la actividad comercial y de servicios alguien que tiene un monotributo y vive del trabajo sexual que alguien que tiene un monotributo y vive de hacer comida en su casa?”, preguntó.

Díaz destacó favorablemente que este subsidio sea una “transferencia monetaria” porque “de a poquito” se va cambiando la idea según la cual “los que menos tienen lo único que necesitan es comer”.

En tanto, los diputados de la coalición oficialista Iván Posada (Partido Independiente), Conrado Rodríguez (Partido Colorado) y Alejo Umpiérrez (Partido Nacional) defendieron la iniciativa, y aclararon que se trata de una medida entre otras que se tomaron y que se seguirán tomando ante la situación generada por la pandemia de coronavirus. Posada destacó que la iniciativa fue “consentida” por las tres partes que “contribuyen al financiamiento del Inefop: el Estado, las cámaras empresariales y el PIT-CNT”, y dijo que “se ha insistido con la necesidad de adoptar otras medidas, y seguramente con el paso del tiempo, en función de cómo se dé la evolución de las situación social y económica, será necesario”. En este sentido, opinó que también será necesario “encontrar fuentes de financiamiento para afrontar esta realidad” y sostuvo que la instancia de la próxima Rendición de Cuentas será un momento propicio “para ver eso”. “Será ese el momento en que habrá que adecuar al sistema tributario para tratar de ayudar a salir de la situación que está afectando a muchos emprendimientos que es verdaderamente crítica”, añadió.