Graciela Fernández ocupa la vicepresidencia en representación de América de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), pero además es la presidenta de Cooperativas de las Américas y de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop). Recientemente recibió la distinción como una de las “100 mujeres líderes en cooperativas del mundo”, que otorga el movimiento mundial She-Coops, una organización que promueve y defiende las cooperativas en desarrollo de mujeres. Con ella hablamos sobre el Día Internacional de las Cooperativas 2020, que se celebra en medio de la pandemia por covid-19, y los desafíos del cooperativismo internacional ante esta nueva situación.
El lema de este Día Internacional de las Cooperativas tiene que ver con el cambio climático, pero en medio de la pandemia por covid-19, seguro que han surgido otras problemáticas a las que el movimiento cooperativo ha tenido que dar respuesta.
Este año el lema es “Las cooperativas y la acción por el clima”, que se fijó a fines de 2019 en Ginebra en el Consejo Mundial de la ACI, donde América, a la que representamos como región, había planteado el tema de la desigualdad. Pero la democracia interna que caracteriza al cooperativismo hizo que el resto del mundo cooperativo planteara que era necesario instar a las cooperativas a una acción por el cambio climático. Por lo tanto, quedó ese compromiso y es hoy el lema del día. Pero esta agenda tiene un cambio muy importante a partir de marzo de 2020, cuando la pandemia atraviesa al mundo entero, comenzando en Europa y luego aterrizando en nuestro continente, cambia las agendas de los planes estratégicos que se vienen discutiendo y pone al movimiento cooperativo en una postura de defensa de sus principios y valores más que nunca. La ayuda mutua, la solidaridad y la cooperación son temas que han puesto arriba de la mesa los organismos multilaterales, los gobiernos y las propias organizaciones de la sociedad civil; forma parte de nuestro ADN. De esta forma, el sistema cooperativo internacional, el de América y el uruguayo pusieron arriba de la mesa dos o tres puntos clave; uno de ellos es reforzar el primer punto del plan estratégico mundial cooperativo, que es la identidad cooperativa. En todos los lugares en que las cooperativas tienen presencia deben comprometerse con la comunidad: es uno de nuestros principios. Es necesario, entonces, asistir a la comunidad en este grave problema sanitario que está atravesando, un gran compromiso de la ciudadanía como no se vio en ningún otro momento y que se traduce en un respeto al cuidado de la salud de ellos mismos y de quienes los rodean. ¿Cómo se tradujo en las cooperativas? En proteger a sus trabajadores respetando lo que significó el teletrabajo, llevándolo adelante digna y decentemente, con el respeto a todas las condiciones de trabajo, de higiene y de salud. El sistema cooperativo, tanto en América como a nivel nacional, se acomodó, tradujo lo que estaba sucediendo, tradujo a sus asociados todo aquello que necesitaban en mejores condiciones de las que tenían con anterioridad. En América las cooperativas agrarias y las expresiones de la agricultura familiar, que son claves en los procesos asociativos, no se detuvieron, mantuvieron la soberanía alimentaria y la necesidad de alimentar a la población en muchas situaciones muy complejas; recordemos que la agricultura familiar a veces tiene cadenas de valor muy cortas, que son complejas, y en este período, además, la logística fue trancada por el cierre de fronteras y la disposición de cuarentenas obligatorias en muchos países de América. Las cooperativas agrarias han hecho un trabajo realmente fantástico y han logrado el compromiso con la comunidad, asistir en territorio y en las localidades, y esta es una de nuestras grandes riquezas. Nosotros traducimos estos principios y valores, que algunos pueden no entenderlos, respetarlos o no, pero eso es lo que nos diferencia del sistema empresarial común. Esos principios y valores son nuestra característica esencial y es lo que hace que busquemos desarrollarnos económicamente, ser empresas, porque eso está en nuestra definición, pero con características especiales.
Desde Cudecoop plantean modificar la ley de cooperativas para establecer paridad de género en los organismos de dirección.
Cudecoop quiere poner el tema de la equidad de género arriba de la mesa y darle visibilidad en el terreno político cooperativo, para que las cooperativas tengan la cuota de género necesaria. A partir de mañana vamos a hacer ciclos de intercambio, de conversar y de convencer con líderes mujeres en el tema político, que tengan incidencia cuando nosotros vayamos al Parlamento a pedir la modificación de la Ley 18.407. Empezamos el ciclo con la senadora [Carolina] Cosse, a los efectos de plantearle las cuestiones de género, y estaremos haciendo cada 15 días reuniones con distintas senadoras de todos los partidos políticos con este intercambio. Estamos planteando la presencia de género en todos los organismos de conducción cooperativa, sean consejo directivo, comisiones fiscales, etcétera. Una presencia de decisión, no sólo en las asambleas, en las que las socias cooperativistas tienen una presencia muy importante, sino también en los organismos claves de conducción política, que son los consejos directivos. El otro tema que es importante ante estos desafíos que se le presentan al movimiento cooperativo es la inclusión de jóvenes. No hay desarrollo de la cooperación si no logramos que nuestros referentes con experiencia, con raíz histórica, enraizados en el movimiento, trasladen a la gente joven que se trata de un instrumento viable para que pueda llevar adelante proyectos en este contexto tan complejo. Necesitamos un sistema ágil para que un grupo de personas pueda constituirse en una cooperativa, algo más viable, no tan formal. Necesitamos flexibilizar esa cuestión. Aunque la Ley 18.407 es una muy buena ley, una de las más modernas de América, necesitamos aterrizar este tema y contar con políticas públicas que apoyen esos nuevos procesos de iniciación de los jóvenes para que se inserten en el tema cooperativo y se entusiasmen con el modelo.
En varios países han aparecido las cooperativas “truchas”.
En América Central y el Caribe se ve mucho: las exoneraciones tributarias abren un terreno fértil para esto. Las empresas estrictamente capitalistas, de naturaleza jurídica comercial, que están pasando por situaciones complejas de liquidación o de cierre, están planteando a los trabajadores, como salida, la autogestión. Eso no es algo malo si los trabajadores realmente llevan adelante una organización bajo los parámetros cooperativos, en que lo esencial es el respeto a la ayuda mutua, la autogestión y la democracia. Ahora, las cooperativas truchas no son cooperativas.
¿Cuáles son los desafíos estratégicos del movimiento cooperativo para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), teniendo en cuenta las consecuencias de la pandemia?
Desde la mirada cooperativa, finaliza una década, la 2010-2020, y se inicia un plan estratégico internacional 2020-2030, en el que ya está planteado poner a la persona en el centro, atada a la identidad cooperativa, planteando para adelante los principios y valores cooperativos. Las cooperativas tienen que cooperar entre sí en territorio y localidad, afianzando la gran riqueza global que tienen. Estamos hablando de que el movimiento cooperativo internacional tiene tres millones de cooperativas, más de 1.200 millones de asociados. Si tiene esa gran riqueza global, tiene que utilizarla y traducirla para cumplir con los ODS. ¿Cómo? Intercooperando. Las 300 cooperativas más fuertes del mundo tienen un PIB [producto interno bruto] similar a la séptima economía mundial. Intercooperemos con aquellas que en nuestro territorio tienen dificultades. Eso es lo que está planteando la ACI a nivel internacional y de la región, así como la Cudecoop, por medio de programas específicos de intercooperación. La intercooperacion es la salida, porque como dijo un gran sabio del movimiento cooperativo, el vasco José María Arizmendiarrieta: “La cooperación es la poderosa palanca que multiplica nuestras fuerzas. Las raíces de la cooperación llegan muy lejos y muestran el poder intergeneracional de reinvención y de renovación”. En eso es en lo que creemos.
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