Cada año Uruguay produce 80.000 toneladas de pollo. Brasil, segundo productor mundial de carne de ave, exporta 80.000 toneladas de pollo cada semana. La comparación fue realizada por la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) para alertar sobre las consecuencias de la liberación de las importaciones de carne aviar desde Brasil. “No es sostenible el sector avícola del Uruguay en este escenario”, advirtió la gremial empresarial en un comunicado.
En marzo, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) eliminó el tope de 120 toneladas mensuales que había para importar pollo desde Brasil. Esto generó preocupación en integrantes de la cadena avícola uruguaya y una movilización en rechazo a la medida frente al MGAP. La semana pasada, en tanto, hubo una reunión en San Jacinto entre productores y autoridades políticas, entre ellas, el subsecretario del MGAP, Juan Ignacio Buffa, y el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, jefe comunal del departamento de mayor concentración de producción avícola del país.
En diálogo con la diaria, Domingo Estévez, presidente de la Cupra, señaló que en el encuentro tanto “legisladores de la coalición que estaban presentes” como “el mismo subsecretario Buffa” les dijeron a los integrantes del sector avícola “que estaban tomando medidas”. “Los legisladores manifestaron que el mismo presidente [Luis Lacalle Pou] había tomado cartas en el asunto y en función de eso íbamos a ver resultados, no sabemos exactamente cuáles”.
“Lo que dijimos en San Jacinto es que entendíamos las posturas y nada más”, dijo a la diaria el director de Desarrollo Rural, Carlos Rydström. “La visión por parte de todos los actores de la cadena quedó más que clara. Nosotros esperamos que sea un punto de inflexión”, expresó, aunque aclaró que la decisión corresponde a la Dirección General de Servicios Ganaderos.
Estévez explicó que en Uruguay no hay “un proteccionismo expreso de la carne de ave”, dado que hasta marzo sólo había restricciones para Argentina y Brasil, y no para Chile y Estados Unidos, los otros dos países que venden carne aviar a Uruguay. El presidente de la Cupra mencionó que si bien el sector avícola uruguayo es competitivo a nivel regional, “no somos competitivos cuando los grandes productores de pollo tienen problemas de excedentes”.
“El mercado de colocación de la suprema brasileña es históricamente la comunidad europea, pero todos sabemos las dificultades que está teniendo Europa en este momento, con una gran inflación y una gran retracción del consumo. Eso está generando excedentes en Brasil que hay que colocarlos a cualquier precio en cualquier lugar. Acá, donde la situación se prolongue por un cierto tiempo, mata a toda la producción nacional”, afirmó Estévez.
Por su parte, Ana Laura Martínez, integrante de un grupo conformado por distribuidores avícolas, expresó a la diaria que para los productores nacionales “es imposible” competir con la suprema brasileña porque en Uruguay el pollo “se corta a la antigua, a cuchillo”. “Nosotros para el trozado no tenemos máquinas, no competimos por ese tema”.
“Llama bastante la atención que se reclame”
Recientemente, el titular del MGAP, Fernando Mattos, comentó en entrevista con radio Universal que “llama bastante la atención que se reclame y se exija una restricción del comercio” cuando “96% del abastecimiento interno [de carne avícola] de Uruguay proviene de la producción nacional”.
Para Martínez, ese porcentaje, que fue replicado por el MGAP en el encuentro en San Jacinto, “no refleja la realidad”. “Sólo en noviembre entraron 600 toneladas de suprema brasileña”, apuntó, “estamos hablando de que el tope era de 120 toneladas mensuales”. Según datos del Instituto Nacional de Carnes, hasta octubre se habían importado 3.613 toneladas de carne aviar, de las cuales 2.290 (63,4%) ingresaron desde Brasil. En 2021 ingresaron 2.574 toneladas en total.
A su vez, Mattos afirmó que la liberación de las importaciones fue “a efectos de contener variaciones de precios muy importantes” porque en Uruguay “el comportamiento de la formación del precio del pollo es muy volátil”. La oferta de productos importados en el mercado, sostuvo, “muchas veces ha sido decisiva para mejorar el acceso a la carne para el consumidor”.
Al respecto, Estévez dijo que “si esa fue la intención”, entonces “no se logró el efecto deseado”. “No lo dice el presidente de la Cupra, lo dice el INE [Instituto Nacional de Estadística]: el precio de la suprema no ha bajado prácticamente nada, a pesar de estar importándose a unos precios realmente bajísimos”, agregó.
Martínez apuntó que la suprema brasileña “entra a 120” pesos pero “la venden a 300” pesos. Consultada sobre las declaraciones de Mattos sobre la volatilidad del precio del pollo, señaló que subió “cuando subieron los granos y el petróleo”, “no es culpa de los dueños de los frigoríficos que se quisieron hacer millonarios”. En cambio, apuntó que “los mayores importadores son únicamente tres”.
Cupra manifestó en un comunicado que la situación actual “sólo favorece a algunos especuladores, no beneficia en nada al consumidor y perjudica a toda la cadena avícola”. No obstante, la gremial empresarial destacó que, “salvo el tema de la política de importaciones”, “todo lo que este gobierno viene haciendo por el sector es digno de reconocimiento y elogio”.
Martínez subrayó que el principal reclamo es “volver al tope” de 120 toneladas mensuales para la carne avícola brasileña. Si a corto plazo no hay novedades, adelantó que “se va a venir otra movilización, pero ahora va a ser más grande y vamos a intentar hablar con el presidente”. La situación, sostuvo, “es muy grave”. Aseguró que hay fasoneros que “ya están criando menos” y que “la gente que se encarga de vender [pollo] trozado está en la mitad de su producción”. “Nosotros queremos soluciones”, concluyó.