La Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) se declaró en conflicto con el Citibank a partir del anuncio de que 29 trabajadores serían despedidos de esa institución financiera luego de que esta vendiera parte de su operativa a la empresa de corretaje con sede en Miami Isigneo. La negociación se cerró en diciembre de 2021 y ese mismo mes el Citibank comunicó a AEBU y a los trabajadores afectados la decisión.
El presidente del Consejo del Sector Financiero Privado de AEBU, José Iglesias, informó a la diaria que lo que vendió Citibank “es la parte de corretaje, lo que significa títulos, valores, fondos de inversión, productos de inversión de la banca privada, y no vende lo que tiene que ver con lo que ellos llaman banking, que refiere a las cuentas corrientes y los depósitos en el exterior”. “Este negocio millonario implica la venta de la operativa que tiene en Montevideo, en la sucursal en zona franca de Citi asesores, que es otro vehículo, y una empresa en Puerto Rico que hace la custodia de los valores”, agregó el dirigente.
Iglesias valoró que se trata de un negocio “muy importante” para la plaza local, valuado en más de 6000 millones de dólares, considerando sólo los activos bajo manejo en Uruguay. “Independientemente del negocio, la decisión que nos comunica el banco es que una vez culminados los procesos legales que tiene en Estados Unidos para la venta de esta parte del negocio, la intención es desvincular trabajadores, en tanto no repondría los puestos de trabajo afectados”, informó Iglesias.
El dirigente dijo que “desde ese momento estamos en conflicto con el banco” y que tanto la movilización que realizaron este martes en Ciudad Vieja como la que hicieron este jueves en el World Trade Center “van en camino de profundizar ese conflicto”.
Iglesias dijo que el banco “no ha dado señales negociadoras sobre el tema de fondo, que es el mantenimiento de los puesto de trabajo”, y que a mediados de enero tuvieron una reunión en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en la que “a instancias” del MTSS “se planteó instalar una mesa de negociación”, pero esto fue rechazado por el banco.
“Estamos hablando de puestos de trabajo, no de otra cosa, lo que ha sido una reivindicación histórica del sindicato. Lo vamos a levantar como bandera. Un negocio de este estilo, que es importante para la plaza, no puede tener como contrapartida el despido de trabajadores. Es un contrasentido y una afrenta para aquellos actores que hoy en el Uruguay, más allá de la baja de la actividad, pelean y le buscan la vuelta para mantener el nivel de empleo”, concluyó Iglesias.