Los activos de Citrícola Salteña SA y Nolir SA (empresas que pertenecían al grupo Caputto) fueron adjudicados en bloque a la multinacional estadounidense Frutura, tras la subasta judicial realizada este martes en la sede de la Liga de Defensa Comercial (Lideco), según informó esta entidad en su sitio web.
“Se preserva la unidad productiva, se mantienen puestos de trabajo y acreedores cobrarán la mayor parte de sus créditos”, destaca Lideco.
Futura fue el único oferente, superando la base de poco más de 36 millones de dólares. Entre los bienes adjudicados están 3.000 hectáreas de plantaciones de cítricos, y las plantas de packing y de elaboración de jugo. La mayoría de la producción de la ex Caputto se destina a la exportación.
Según Lideco, la entrega de la posesión “está prevista para el próximo 30 de marzo, luego de lo cual tendrá lugar el inicio de la zafra, ya a cargo de la empresa compradora”.
“Esta operación mantiene más de 1.400 puestos de trabajo que son muy valorados para el departamento y para el país. Asimismo, los acreedores con garantías reales van a cobrar gran parte de su crédito y se van a pagar parte de los créditos posteriores al decreto de concurso”, se agrega.
También se informó que este martes se remató una chacra, que formaba parte de los activos de la empresa salteña, en 910.000 dólares.
Entre los acreedores que se verán beneficiados por esta subasta en bloque están el Banco República (unos 15 millones de dólares), varios bancos privados (unos cinco millones de dólares), el Banco de Previsión Social, y UTE.
Lideco hace un repaso del proceso y recuerda que hubo una solicitud de concurso por parte de la empresa en febrero de 2019, que en mayo de 2020 se decretó la liquidación, y que luego de un año y medio de negociaciones “con los acreedores y el deudor, en noviembre de 2021 se llega al acuerdo para la venta de los activos de la empresa”.
“Se trató de un proceso intenso que no estuvo exento de dificultades e incertidumbre para todos los involucrados. Las extensas negociaciones implicaron concesiones de todas las partes en el marco de la apuesta por un fin superior: mantener activa la unidad productiva y minimizar la pérdida de valor económico de la misma, transitando por dificultades económicas, dificultades climáticas y dificultades logísticas impuestas por la pandemia y los mercados, entre otras”, afirma Lideco.
Vale recordar que en este proceso, los trabajadores zafrales tuvieron atrasos en el cobro de salarios, aguinaldos y otros créditos laborales cada año.
En un comunicado de Frutura, consignado por El Observdor, la firma con sede en California indica que esta compra “representa un nuevo hito de creciente importancia en Latinoamérica para Frutura Inc., que el año pasado también adquirió la peruana Agrícola Don Ricardo, anticipando con este nuevo paso importantes sinergias en la región, gracias a su creciente red global de clientes y socios estratégicos”.