Pese a que el subgrupo 6 del grupo 1 de los Consejos de Salarios se cerró con los lineamientos presentados por el Poder Ejecutivo, los trabajadores del sector de la sal, bajo la orbita de la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines (Foemya), analizarán nuevas medidas de lucha, ya que están disconformes con lo resuelto en la décima ronda de los Consejos de Salarios. Las negociaciones se definieron con una votación, que tuvo a favor al gobierno y a los empresarios pero en contra a los trabajadores.
La próxima semana habrá una asamblea para tomar definiciones y los pasos a seguir, pero sí está resuelto que el conflicto se agudizará. Además, hasta la fecha no se descarta ningún tipo de medida, por lo que serán considerados distintos escenarios.
El sector de la sal emplea a unos 270 trabajadores directos actualmente, y en el mercado hay tres empresas, todas ubicadas en Montevideo (con capitales nacionales). Solsire, Urusal y Deambrosi fueron representadas en las conversaciones con los trabajadores por la Cámara de la Industria Salera del Uruguay, en el subgrupo que alcanza a los molinos de trigo, harinas, féculas, sal y fábricas de raciones balanceadas.
Carlos Achar, dirigente de la Foemya, explicó a la diaria cuál es la situación actual en el sector. Señaló que “en el inicio de la negociación colectiva, el pasado 3 de agosto, las patronales tomaron de rehén un conflicto entre el sindicato de la empresa Urusal y la empresa, para no negociar a nivel de rama en los Consejos de Salarios, siendo cómplice la cámara que representa a las empresas”.
Agregó que “lo que proponía la cámara empresarial era que hasta que los trabajadores no levantaran las medidas que el sindicato mantenía las empresas no iban a negociar. Posteriormente se pudo llegar a un acuerdo en el conflicto e iniciar las negociaciones en los Consejos de Salarios, pero la negociación se estancó en la segunda reunión, después de presentada la plataforma de los trabajadores ante los negociadores en la Dinatra”.
El dirigente explicó que, ante ese cuadro de situación, los empresarios aludieron que se iban a alinear con la pautas presentadas por el Poder Ejecutivo. “Después de algunas reuniones más, y sin tener avance alguno, se procedió al acta de votación. Hoy en día seguimos tomando medidas en pos de una negociación colectiva que tenga relación con mejoras salariales y condiciones de trabajo”, dijo.
Las medidas que tomaron los trabajadores fue la instalación de una carpa en cada empresa del sector -del 3 al 13 de octubre-, con paros perlados en todas las ramas, para así realizar asambleas generales. Las resoluciones fueron tomadas por cada empresa y las definió el delegado de cada gremio, esto según el grado de movimiento de cada una, y generalmente sin aviso alguno. Esas medidas se mantuvieron hasta el pasado 13 de octubre. El conflicto para los trabajadores se inició en los primeros días de setiembre.
Consultado sobre si el mercado corre algún riesgo en cuanto a la falta del producto en los establecimientos, Achar respondió que no, “pero sí demoras o atrasos en las entregas y no cumplimiento con los compromisos de los clientes que tienen fecha de entrega”.
Con referencia al relacionamiento actual entre la federación y la cámara de la industria salera, el delegado respondió que “seguimos con los diálogos abierto en pos de poder llegar a un acuerdo de negocio colectiva, hoy estamos con posiciones diferentes pero creemos que se puede llegar a un acuerdo si la parte así lo quiere”.
El convenio
El acuerdo que se definió por la votación de los lineamientos del Poder Ejecutivo abarca el período comprendido entre el 1° de julio pasado y el 30 de junio de 2025. Se dispone que se aplicarán ajustes salariales el 1° de julio, el 1° de enero y el 1° de julio de 2024 y el 1° de enero de 2025. Este convenio se ejecuta para todas las empresas y los trabajadores dependientes del sector. Cabe precisar que la votación en este sector se produjo el 12 de octubre.