En un nuevo capítulo del conflicto del supergás, la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social de la Cámara de Senadores recibió a una delegación de trabajadores de Riogas y la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios. En el caso de Riogas, la empresa desvinculó a un total de 26 trabajadores el 31 de marzo, de los cuales ocho siguen reclamando su puesto en la empresa, según dijo a la diaria Pablo Oronel, vocero de los trabajadores despedidos.

Oronel destacó que entre los principales motivos de la visita al Parlamento estaba su intención de “desmentir” las versiones que dio Riogas en su visita a la misma comisión el 20 de abril. De acuerdo a él, los representantes de la empresa mintieron cuando les dijeron a los legisladores que los trabajadores sabían que iban a ser despedidos si Riogas no lograba la renovación de su contrato licitatorio con Ancap.

Otro punto que buscó contradecir el sindicato fue una acusación de la empresa de que el propio Oronel fue despedido por ir sólo a trabajar “tres días el año pasado”. De acuerdo al vocero, se les presentaron pruebas a los legisladores, que consisten en comunicaciones con recursos humanos de la empresa y certificaciones que dan fe de la veracidad de su versión y contradicen la de la empresa.

Los trabajadores también presentaron a la comisión su duda sobre si Ancap sigue subsidiando el segundo turno de envasado de Riogas, aun con los trabajadores despedidos. “Si lo subsidian y se despidió a la gente que trabajaba en el segundo turno, ¿quién se queda con la plata?”, se preguntó. Según Oronel, Ancap no recibió a los trabajadores para aclararles esa duda, pero los legisladores quedaron “de hacer la gestiones pertinentes para ver si esto es así o no”.

“Directamente a la precarización del trabajo”

Entre los 26 trabajadores despedidos por Riogas, 22 eran trabajadores sindicalizados. Al igual que en el caso de Acodike, los desvinculados de Riogas pertenecen al segundo turno de la planta de envasado, que funciona en la tarde, y en el que se encuentra la mayoría de los trabajadores organizados.

En ese sentido, Oronel planteó que Riogas no contrató directamente personal tercerizado para sustituir a los despedidos, como sí lo hizo Acodike. Sin embargo, señaló que el año pasado Riogas empleó a 37 trabajadores de forma tercerizada para ocupar el turno de la mañana, que originalmente ocupaban los empleados directos de la empresa, quienes pasaron al segundo turno.

Por ese motivo, les preocupa que Acodike deje de tener definitivamente el turno de la tarde, ya que Riogas, “por un tema de competitividad”, también buscaría prescindir del suyo. De todas formas, apuntó que no cree que las empresas puedan justificar la necesidad de no contar con el turno, ya que es necesario su trabajo. Por ejemplo, manifestó que debido a este conflicto, se vio afectada la “calidad del producto” y la “seguridad” de los envases.

Pero además, dentro de los 26 trabajadores del turno de la tarde desvinculados, Oronel apuntó que 17 están lesionados o con enfermedades. Contó que en su caso particular tiene una lesión en el hombro por un accidente laboral y que hay otros tres de sus compañeros con lesiones graves generadas por sus empleos.

Incluso, comentó que Riogas despidió a un empleado que estaba certificado por una operación al corazón luego de un infarto y a otro que tenía un cáncer terminal y que falleció dos semanas después de ser desvinculado: “Riogas estaba consciente de que estaba padeciendo la enfermedad, hasta mandó una corona al velatorio”, contó. Afirmó que en el pasado la empresa tenía “empatía” e intentaba reubicar a los lesionados, pero ahora “van directamente y de forma explícita a la precarización del trabajo”.

En cuanto al argumento de la empresa sobre la decisión de efectuar los despidos, indicó que “va variando”, ya que “en principio era culpa de Ancap, pero ahora aparentemente con Ancap está todo bien”. Según él, el motivo que esgrime Riogas actualmente es que las desvinculaciones se deben a “un tema de productividad”. De acuerdo a Oronel, la empresa lleva a cabo una política antisindical que comenzó cuando asumió la actual gerencia, dirigida por Diego Guerrero, en 2016.