“¿Por qué una y otra vez, en un país de matriz agropecuaria, los trabajadores rurales han sido los más olvidados?”, se preguntó el historiador y politólogo Gerardo Caetano durante la presentación del libro Derecho Laboral Agrario Uruguayo: Evolución histórica y análisis de la normativa vigente (2022), de la abogada especializada en derecho laboral Jimena Ruy-López
Para Caetano, los derechos de los trabajadores y trabajadoras rurales han habitado el “olvido” e incluso el trabajo en el campo “no pudo desplegar su plenitud ni siquiera en los momentos de ola reformista”, a tal punto que hasta la actualidad representa “un tema pendiente”. Según el historiador, el libro “combina un enfoque histórico y uno jurídico” para “registrar esa ausencia, ese rezago” de los derechos de estos trabajadores, así como mostrar las razones de su exclusión en los marcos normativos.
El libro de más de 500 páginas se divide en dos grandes partes, la primera dedicada a la evolución histórica de la legislación para este sector y la segunda al análisis de la normativa laboral vigente. La autora ofrece una mirada exhaustiva de la realidad de los trabajadores del campo, que junto a las trabajadoras domésticas han sido los más postergados. En ese sentido, también denuncia cómo esta exclusión fue deliberada y contó con la anuencia de los tres poderes del Estado.
La primera parte del libro, según Caetano, plantea a “la exigencia al trabajador rural, justamente, como factor de disciplinamiento social”, entre los siglos XVIII y XIX, incluso tras el Reglamento Agrario Artiguista. Luego, “es muy revelador cómo un espacio político signado por la reforma —y en particular por la reforma social como fue el primer batllismo—, con un profuso aporte en lo que tiene que ver con las leyes laborales, sin embargo, en lo que tiene que ver con la inclusión o no de los trabajadores rurales, también flaqueó”, planteó Caetano.
El historiador reconoció que la autora tuvo la “gran virtud” de registrar no sólo los proyectos de ley en esta materia que prosperaron en el correr del tiempo, sino también aquellos que naufragaron por falta de respaldo parlamentario, por ejemplo, el proyecto de salarios mínimos, el de comisiones de salarios, el de comités departamentales y el de salario rural.
En la encuesta rural, de 1920, —que para el historiador “es un estudio afirmado por el propio [Luis Alberto De] Herrera cuando integraba los elencos dirigentes de la Federación Rural, desde la perspectiva de los grandes hacendados respecto a cómo debían ser incorporados los trabajadores rurales”—, prevalece la visión “de que en la campaña la civilización es la estancia y el rancherío es la barbarie”. Asimismo, apuntó que en el libro se demuestra también que si bien esta no era la perspectiva del primer batllismo, sí había una desconfianza hacia la población del campo, y se “prefería a los colonos inmigrantes sobre los trabajadores rurales”. “Los trabajadores rurales siempre iban a ser la simiente de ‘aire libre y carne gorda’: las revoluciones”, apuntó.
“Una y otra vez lo que se ve es el desglose del trabajo rural, hoy se diría el ‘desenganche’ prematuro. Esta idea de que los trabajadores rurales, por las características de su trabajo, tenían que ser tratados en particular. Y ser tratados en particular era quitarles derechos”, observó Caetano. Esto motivó la movilización y organización de los trabajadores en los “años críticos”, entre 1955 y 1973. El libro también consigna las luchas, las conquistas y los fracasos de los trabajadores rurales organizados, destacó Caetano.
Por otra parte, remarcó que la autora no sólo presenta la “persistencia” de problemas históricos y la “injusticia del rezago de los derechos de los trabajadores rurales en la legislación social uruguaya”, sino también “la dificultad enorme para dar cumplimiento a la normativa, que reconocía derechos en la letra pero que luego en la soledad del medio rural se incumplían, y se incumplen”.
El historiador concluyó que Derecho Laboral Agrario Uruguayo: Evolución histórica y análisis de la normativa vigente es un “libro imprescindible para ver de otra manera y peinar a contrapelo la historia uruguaya”.
El “déficit crónico de acceso real a la Justicia”
Rosina Rossi, ministra del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Uruguay y profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de la República, manifestó que el libro es “conmovedor” en la medida que muestra cómo “el trabajador y la trabajadora rural son los últimos orejones del tarro, son los últimos a quienes el ordenamiento jurídico nacional prestó atención”.
En ese sentido, recordó que los trabajadores rurales y domésticos accedieron al reconocimiento de la limitación de la jornada laboral a ocho horas hace apenas unos años, mientras que para el resto representa un derecho adquirido hace más de un siglo.
La jurista destacó que el libro de Ruy-López presenta el problema del trabajo rural con “profundidad y sistematización” y consideró que con él la autora se consagra como una referente en la materia. “Este libro va a pasar a ser el referente del estudio del derecho rural, del trabajo rural en Uruguay”, vaticinó.
Asimismo, destacó la perspectiva de género y de derechos humanos que incorpora el texto. “El problema desde la mirada de género parte del problema del principio de igualdad”, consideró, y se refirió al artículo 14 de la Convención Universal sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (Cedaw) que cita el libro, que señala cómo a las mujeres rurales “la pobreza y exclusión les afecta de manera desproporcionada” al resto de la población.
“La demanda de tutela del trabajo rural, y muy especialmente de mujeres rurales en Uruguay, sufre un déficit crónico de acceso real a la Justicia”, afirmó. Y explicó: “El acceso a la Justicia no solamente consiste en poder llegar a presentar un juicio: el acceso a la Justicia supone el derecho real a poder defenderse y a poder probar los hechos de la vida dentro de un proceso”. En esa línea, señaló que la dificultad en estos casos radica en el “aislamiento” que hace que esas “personas se pierdan el derecho a la prueba”.
Sobre esto, destacó que en el libro se analizan las sentencias de la Justicia, que marcan que en la mayoría de los casos de juicios laborales el debate gira en torno a si había o no una relación de trabajo. Esto, para la jurista, tiene origen en “la precariedad” en este sector, que se refleja en el “trabajo indocumentado”.
“El libro de Jimena corre el velo y nos alienta a todos a seguir trabajando y a seguir defendiendo a trabajadoras y trabajadores rurales”, concluyó Rossi.
Por su parte, el abogado especializado en derecho laboral Nelson Loustaunau, quien también fue responsable del prólogo del libro, expresó: “Tal vez esto no les suene demasiado académico pero a veces —y sin a veces— la vida no es para hipócritas y la autora no es una hipócrita, es un ejemplo de mucha valentía”.
“La revolución industrial revalorizó el trabajo humano y bajo la bandera de ‘ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho para el ocio recreativo, dotó a los trabajadores industriales de mejores condiciones laborales. Sin embargo, este proceso no surtió efectos sobre los trabajadores rurales, salvo en el caso de aquellos que migraron del campo a la ciudad”, introdujo Loustaunau en el prólogo del libro.
“Jimena Ruy-López, a través de estas páginas, realiza una perseverante e incansable búsqueda de la razón de esa imposibilidad de que los trabajadores industriales, comerciales y los rurales poseyeran idéntica protección, y la respuesta que encuentra no la satisface. Es una respuesta infundada, es como decir: 'no trates igual a los desiguales', sin explicar el motivo de esa diferencia”, concluyó.
Jimena Ruy-López es abogada, funcionaria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Fue delegada del Grupo N.° 23 de los Consejos de Salarios (viñedos, fruticultura, horticultura, floricultura, criaderos de aves, suinos, apicultura y otras actividades) desde su constitución (2006) y hasta 2023, y presidió dicho grupo durante el período 2012-2023. Tuvo a su cargo la redacción de la Guía de Trabajo Rural publicada por el MTSS (2014, con reedición en 2018).
Actividades conmemorativas
Desde 2013 se conmemora el Día del Trabajador Rural en Uruguay, establecido por la Ley 19.000, del 15 de noviembre de 2012. Entre las diversas actividades previstas para hoy, habrá un fogón y conversatorio sobre asuntos de interés para trabajadores asalariados de caña de azúcar, arroz y ganadería, en Rincón de Valentín, ruta 31, kilómetro 75, departamento de Salto, a partir de las 10.00.
Por otro lado, a las 20.00, en el salón Mevir 2 de Santa Rosa, departamento de Canelones, la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) realizará una actividad con espectáculo, parrilla y concurso de talentos.