Este martes se conmemora, como cada 30 de abril desde 2013, el Día del Trabajador Rural, establecido por la Ley 19.000, de noviembre de 2012. La norma consta de dos artículos, el primero declara el 30 de abril de cada año como Día del Trabajador Rural y “como feriado no laborable pago para los trabajadores que desempeñan esa actividad”, y el segundo establece que el Poder Ejecutivo “organizará y promocionará, durante ese día, las actividades y medidas necesarias destinadas a difundir la importancia de la labor del trabajador rural en nuestro país”.

Por esta conmemoración, se convocaron para este martes a distintas actividades, y la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (Unatra) emitió un comunicado en el que sostiene que este debe ser un día “de reflexión” sobre lo que se ha logrado y “todo aquello” que “resta por conseguir”.

“Año a año venimos diciendo que somos trabajadores de segunda en comparación con otros trabajadores que realizan porcentualmente los mismos aportes, pero nosotros no tenemos nigozamos de iguales beneficios por el mero motivo de ser trabajadores rurales, nuestro acceso al seguro por desempleo es mucho más exigente en cuanto a sus requisitos, por la incorporación de tecnologías o la adaptación a mercados internacionales, haciendo que las zafras sean cada vez más cortas y no tenemos miedo en decir que nuestro sector es el que más informalidad tiene y genera leyes que no contemplan las necesidades del trabajador rural”, agrega el texto.

La Unatra menciona también los riesgos a los que se ven expuestos los trabajadores rurales por “trabajar con maquinaria en mal estado” o por las “cuestiones climáticas”, y señala que en los últimos años “se han perdido muchas vidas de trabajadores, pero no se ha visto que la ley de responsabilidad empresarial” se aplique en el sector.

Añade que “no existe un real control sobre las distintas combinaciones” que se hacen para la aplicación de agrotóxicos y no se sabe “qué riesgos reales traen para la salud de los trabajadores”, y plantea que “casi siempre” se exige su aplicación “sin las protecciones adecuadas reglamentadas”.

Reclamos

Más adelante, el comunicado presenta una serie de reclamos del sector como el cese de las muertes por siniestros laborales causados por fenómenos climáticos, tanto en los establecimientos como en las rutas, ya que “gran parte de los trabajadores de este sector viven en centros urbanos y la mayoría de las veces para concurrir al trabajo lo hacen por medios propios y mayormente en motos, que circulan por rutas nacionales con lluvias y vientos fuertes”.

También se reclama por la igualdad de género en la asignación de las tareas rurales para romper “el esquema machista y el de etiquetar a las personas que históricamente se ha aplicado en el campo”, así como el pago de la misma remuneración por igual tarea, sin tener en cuenta el género. “¿Cuántas mujeres capatazas hay?, ¿cuántas mujeres laborando con tractor o maquinaria agrícola vemos?, seguimos en un sector muy machista al momento de dar responsabilidad y puestos jerárquicos a las compañeras”, sostiene la Unatra.

La organización, además, pide mayores controles por parte de la Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), recuperación salarial, participación igualitaria de empresarios y trabajadores en órganos de decisión del Estado, y el “trato preferencial con rebaja en la edad jubilatoria”, en materia de seguridad social. “El trabajo rural, en muchos de los sectores, es muy desgastante de la salud, a lo que se agrega el tipo de posturas y sobre todo las labores repetitivas, donde la gran mayoría terminamos con problemas de columna, que es un mal propio del sector, pero que no es una enfermedad profesional reconocida, por tanto ante la necesidad de un jornal, muchos compañeros deben convivir con el dolor de forma permanente”, describe el comunicado.

Por su parte, la Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay (Utrau) también brindó un mensaje en palabras de su secretario general, Germán González. El dirigente dijo que este año enfrentaron conflictos, luchas, “empresas que han cerrado” y empresas con las que han “logrado acuerdos”, y “despido de muchos compañeros, de militantes sindicales”. “Este año 2024 nos encuentra también con una elección nacional donde el gobierno cambiará el eje del país, sea quien asuma la presidencia, sea el partido que hoy está gobernando u otro partido de la oposición. Nos encuentra en un año complejo donde comenzaremos a debatir diferentes temas hacia lo que serán los años venideros. Por eso hoy más que un día de festejo, es un día de reflexión, es un día de lucha, y un día donde todos los militantes de la Utrau asuman el compromiso de seguir trabajando en la mejora de los derechos de los trabajadores rurales”, concluyó.

Asamblea de trabajadores azucareros

En tanto, la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) mantenía este martes en la ciudad de Bella Unión un encuentro entre trabajadores, por la conmemoración del Día del Trabajador Rural, en la sede de la organización sindical.

Juan Santana, dirigente de la UTAA, dijo a la diaria que el tema central a tratar pasa por las negociaciones para la concreción de un nuevo convenio colectivo. Comentó que la misma preocupación la comparte la Asociación de Plantadores de Caña de Azúcar del Norte Uruguayo.

El dirigente explicó el estado de situación en el norte del país. Comentó que entre los días 7 y 8 de mayo, debería comenzar la zafra, momento en el cual ALUR [Alcoholes del Uruguay] debe comenzar a recibir la caña, y que hay trabajadores que inician los cortes de caña entre el jueves 2 y viernes 3 de mayo. Señaló que la preocupación radica en que ya hace algunos años, “hay empleados asalariados que quedan fuera, y que en algunos casos, son contratados un mes después”.

“Como sindicato, no estamos de acuerdo con esas actitudes de los productores y de ALUR, y que de una manera u otra, la patronal siempre está amenazando a los trabajadores. Venimos de un 2023 con una zafra complicada, ya que la caña estaba muy enredada”, dijo Santana. Sí reconoció que a pesar de las dificultades, “los últimos cuatro años hubo zafra récord, y este año no será la excepción, pero vemos las condiciones de trabajo y la patronal no está cumpliendo”.

Agregó que si se alcanza un convenio, este “se tiene que cumplir”, y que si con las negociaciones el acuerdo es bueno y positivo, se podría firmar a dos años, pero si el mismo implica la pérdida de derechos y beneficios, y si hay dificultades con la patronal, el acuerdo colectivo podría firmarse a un solo año. Explicó además que otro punto que preocupa a los trabajadores es que los productores, conjuntamente con ALUR, están estudiando otro sistema para sacar la caña hacia afuera.

En ese sistema, explicó Santana, se utiliza un tractor con una pieza de extracción de la caña, algo que podría significar la eliminación de más puestos de trabajo. Afirmó que la ejecución de esa iniciativa representaría la pérdida aproximada de un 34% de salario a los trabajadores. Al respecto, dijo que ese formato de trabajo sí podría llegar a discutirse y negociarse, pero sin pérdida de salario y que se desarrolle, pero al final de la zafra, principalmente cuando hay jornadas de altas temperaturas.

“No queremos perder puestos de trabajo, y tampoco podemos perder el salario de los trabajadores. Por eso el sindicato solicitó un aumento de 30%, y esto está relacionado con el costo de la tonelada de caña. En 2023, la tonelada de caña terminó a un precio de 523 pesos. Planteamos un 30% para negociar, y ahora estamos en una prórroga solicitada por el MTSS”, concluyó.

Finalmente, esta tarde se realizó una asamblea abierta en Rincón de Valentín, departamento de Salto, convocada por el Sindicato de Peones de Estancia, UTAA, y el Sindicato Único de Trabajadores de Tambos y Afines.