En el marco de los 30 años de la Psicología de las Organizaciones y el Trabajo (POT), en la Universidad de la República (Udelar) se presentó la actividad “Elogio y rechazo del trabajo en las sociedades neoliberales”, a cargo del docente y psicólogo Pablo Piquinela y de Daniel Alvaro, doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina.
La actividad tuvo como coordinador a Piquinela y como único expositor a Alvaro, para luego cerrar con un espacio de preguntas y aportes de estudiantes y docentes de la Facultad de Psicología de la Udelar. El encuentro fue parte de un ciclo de actividades y eventos académicos para analizar el presente de estas temáticas y sus proyecciones.
La organización estuvo a cargo del Programa de POT, perteneciente al Instituto de Psicología Social de la Facultad de Psicología.
Piquinela, en diálogo con la diaria, explicó el origen del tema y qué ejes se marcaron a la hora de determinar su contenido. “El tema surge en el marco de un ciclo de conversaciones celebratorias del programa de las organizaciones y el trabajo del Instituto de Psicología Social de la Facultad de Psicología, e invitamos a Daniel Alvaro. Nuestro objetivo fue introducir críticas al trabajo en Uruguay, pero situados en el marco del neoliberalismo, dentro del programa de la celebración o del escenario de lo investigable. Traer estas discusiones y que circulen dentro del programa”.
“La sociedad neoliberal se articula a través de un principio productivista”
Alvaro, que también dialogó con la diaria acerca de los principales ejes de su exposición, dijo que “partiendo del diagnóstico de que la sociedad neoliberal se articula a través de un principio productivista y de que, por lo tanto, el trabajo está en el centro de las exigencias sociales y también de los deseos individuales, intentamos problematizar el concepto de trabajo, que es un concepto muy antiguo y que en las últimas décadas empezó a ser cuestionado justamente como un vector liberador”.
En ese sentido, agregó a su argumentación que “en una sociedad articulada a partir de la productividad entendemos que el trabajo debe ser problematizado, en este sentido de ver qué posibilidades hay de reorientar el trabajo o de plantear lógicas alternativas al trabajo y la productividad con un modo de enfrentarse, resistir o, por lo menos, no reproducir el modo de producción en el que se vive”.
Otro de los puntos centrales de la exposición, y que ambos profesionales resaltaron, fue “cómo no ser productivo en tiempos de alta productividad”. Al respecto, Piquinela manifestó que “como docente de facultades de Psicología y como psicólogo también planteo cómo, al mismo tiempo, las fronteras entre trabajo y ocio se vuelven borrosas a partir de la extensión de la lógica del trabajo a la existencia”.
En ese sentido, sostuvo que “surgen una serie de intervenciones, saberes y técnicas, algunas que se presentan por fuera del campo disciplinar de la psicología, pero otras lo hacen por dentro”. “Son técnicas que están orientadas a trabajar o a brindar herramientas para que las personas trabajen sobre sí mismas, y son herramientas que son presentadas como una respuesta a las crisis que las personas pueden atravesar por diversos motivos, pero dadas las condiciones de su empleo, de alguna manera, invitan a las personas a trabajar sobre sí mismas para volverse más productivas, para adecuarse a las exigencias del mercado, para volverse flexibles y para ser exitosas y felices”, explicó.
Por su parte, Alvaro dijo que vive de manera bastante contradictoria el tema de la productividad y “el límite” con el ocio y el tiempo libre, porque “la verdad es que trabajo bastante”. “Como la mayoría de los investigadores, tanto en Argentina como en Uruguay, tengo exigencias de productividad cada vez más altas, por lo tanto, dedicarme a trabajar la cuestión del trabajo desde un punto de vista crítico me genera todo tipo de contradicciones personales y también epistemológicas. Argentina y Uruguay, si bien tienen recorridos diferentes en cuanto a la profesionalización de la investigación y tienen sistemas científicos diferenciados, se parecen bastante”, planteó.
Agregó, respecto de esto último, que “es también un desafío de las instituciones, en este caso de la Udelar, aceptar planteamientos críticos respecto del trabajo. Es un desafío institucional y político, porque implica la capacidad crítica de pensar al mismo tiempo que trabajamos”.
“Agradezco a la Udelar el haber participado en este espacio, el estar dispuesto a revisar de qué modo nos relacionamos con una palabra, por otro lado, tan querida como el trabajo, sobre todo en las tradiciones políticas progresistas y de izquierda, con la importancia que tiene esa palabra dentro del movimiento obrero internacional. Es difícil hacerlo cuando se tiene un posicionamiento crítico de la sociedad capitalista”, resaltó Alvaro.
A modo de reflexión sobre su propia exposición, el investigador afirmó que “cada vez cuesta más diferenciar el trabajo de la vida” y que “la pregunta que tenemos que hacernos es qué tipo de vida queremos y qué tipo de vida podemos llevar adelante en este contexto, que no esté dedicada solamente al trabajo”.
“Las nuevas tecnologías muchas veces vienen a ocupar lo que antes llamábamos tiempo libre u ocio”
Finalmente, acerca de los cambios en el mundo del trabajo y la incursión de las nuevas tecnologías, Alvaro respondió que “la tecnología y las nuevas tecnologías muchas veces vienen a ocupar lo que antes llamábamos tiempo libre u ocio. Lo problemático de esta situación es que muchas personas creen estar haciendo uso del tiempo libre cuando en realidad están haciendo trabajar un algoritmo que reproduce esa vida de trabajo que supuestamente en ese momento está suspendida por el ocio”.
Acotó que “el tiempo dedicado a todo tipo de plataformas, aplicaciones y redes sociales casi nunca son tiempos libres o de ocio, sino que, de una u otra manera, ese tiempo está alimentando y reproduciendo el mismo sistema que supuestamente esa actividad pone en suspenso”.
Al ser consultado sobre ese tema, Piquinela contestó: “Sin ocupar una posición como tecnófobo, en esta proyección del reemplazo de los empleos, ¿cuál es el rol de las inteligencias artificiales (IA), sobre todo en su función creativa?, ¿cuáles son los empleos que va a venir a reemplazar?, ¿cuáles van a ser las capacidades humanas sobre las cuales nos vamos a recostar o vamos a pelar a las inteligencias? Si es que van a servir para que trabajemos menos o, por el contrario, exigirán una mayor productividad y simplemente aumentarán la acumulación del capital”.