Los trabajadores del Banco de Previsión Social (BPS), afiliados a la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), realizaron este jueves una asamblea abierta, en la que se analizó la problemática que afecta la atención y los servicios de salud que el organismo brinda.

La convocatoria fue en la sede del Centro Nacional de Referencia de Defectos Congénitos y Enfermedades Raras (Crenadecer). Asistieron trabajadores del centro de salud, usuarios y familias, quienes expusieron y denunciaron situaciones relacionadas principalmente con la falta de personal.

Los temas abordados en la reunión fueron cinco. Uno fue la restricción en el acceso a la atención médica. Sobre este punto, se discutió sobre “la sobreexigencia del personal debido a la falta de recursos, lo que afecta la seguridad de los pacientes y genera conflictos con los usuarios”. También se hizo mención a la reducción en la cantidad de pacientes cubiertos por la Ley 15.084 y a la falta de criterios en la asignación de órdenes de asistencia y en los protocolos de ingreso.

Como segundo punto, se trató el déficit de profesionales especializados y personal administrativo. En esa temática se habló acerca de la falta de reposición de cargos clave y médicos próximos a jubilarse, los retrasos en el pago de salarios de médicos destajistas, la reducción del personal de enfermería y falta de auxiliares de enfermería y la sala de procedimientos con carro de reanimación sin capacitación para su uso.

Otro asunto discutido fue la situación del personal administrativo y farmacéutico, generando retrasos y sobrecarga laboral, lo que ha provocado largas esperas para acceder a especialidades, principalmente para los usuarios del interior.

La falta de insumos y demoras en los estudios clínicos fue otro asunto considerado. Con eso, el desabastecimiento recurrente de medicamentos e insumos esenciales, los retrasos en estudios clínicos por dificultades administrativas y cambios en procedimientos y las demoras en la reparación de equipos médicos fundamentales.

El deterioro edilicio, la falta de mantenimiento, con filtraciones y riesgo estructural, la suspensión de refacciones por falta de presupuesto y la existencia de un esterilizador nuevo sin uso, que genera demoras innecesarias y gastos extra, fueron otros de los temas presentes en la asamblea.

La falta de una normativa clara se interpreta también como uno de los problemas principales que tienen los trabajadores del BPS. Se considera que hay “discrecionalidad en la asignación de prestaciones y pases médicos”, y también “la falta de especialistas disponibles, dejando a los pacientes sin opciones reales de atención”. Al respecto, desde junio de 2024, los trabajadores de Crenadecer han denunciado la “grave crisis que atraviesa nuestro centro y las consecuencias directas que esto tiene sobre la atención de los usuarios”.

Karina Sosa: “El conflicto sigue”

La presidenta de la ATSS, Karina Sosa, explicó a la diaria que “la asamblea fue un punto más de las reivindicaciones que venimos llevando adelante, desde que empezaron los recortes desmedidos en relación al personal, a los suministros de manejo de uso diario, ya sean administrativos como en salud, y tener en cuenta los cambios en la forma de trabajo, que eso tiene que ver con una muy mala gestión, no solamente de los recursos, sino de las formas, porque las directrices no eran totalmente claras”.

Resaltó que un cúmulo de situaciones ha “desencadenado un descontento generalizado, en una población que tiene problemas graves y que se vienen agravando muchísimo más al tener que afrontar diferentes tipos de espera, falta de especialistas, como lo es el caso de la psiquiatría, ya que hay un psiquiatra tanto para evaluación de incapacidad como para Crenadecer. Es que nos falta tanta gente y se ha jubilado tanto personal idóneo, que las nuevas generaciones no quieren asumir la responsabilidad por lo poco que BPS ofrece”.

Sostuvo que el conflicto aún se mantiene, y que el objetivo e intención de la asamblea abierta fue que padres, usuarios, trabajadores y sindicato se pusieran de acuerdo en cómo proceder en el futuro. Destacó que el conflicto no será levantado “hasta tanto no se den muestras claras del mejoramiento, tanto de la atención a los pacientes como de la recepción de los materiales que faltan”, como también las negociaciones colectivas con los trabajadores, “que hemos avizorado esta problemática desde el día uno, y no hemos sido escuchados”.

Acerca de si han mantenido contactos formales o informales con los futuros jerarcas del BPS, respondió que por el momento no, porque las venias se votaron el pasado martes 18, y porque además, de los directores que deben conformar el directorio, ya conocen a Ariel Ferrari y Rosario Oiz, quienes en el pasado fueron directores del banco, uno social y otro ocupando un cargo político. “Sabemos qué esperar de esta situación, y ya hemos solicitado una reunión para cuando ellos asuman sus cargos”, dijo.

Con referencia a la situación del personal, dijo que actualmente hay unos 3.100 funcionarios en todo el país, pero que en el último quinquenio (2020–2025), unos 1.000 trabajadores dejaron el BPS. Comentó que se espera que, una vez reunidas con las nuevas autoridades, se tomen cartas en el asunto, y adelantó que “como mínimo, se necesitan en los próximos meses 500 nuevos funcionarios, para dar una atención y un funcionamiento de nivel aceptable”. Dijo que para el final de la presente administración, en marzo de 2030, se aspira a que hayan ingresado 1.500 funcionarios en total.

Acerca de los atrasos, dijo que “tenemos más de 10.000 expedientes de jubilaciones que están esperando para ser resueltos. ¿Por qué? Porque se atiende muchísima gente, pero no hay nadie que pueda resolver los trámites después porque están mal distribuidas las tareas, y por supuesto muy mal gestionado el modelo de atención”.