La Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios del Uruguay, que participa en la 11ª ronda de negociación por los Consejos de Salarios como delegación empleadora en el grupo Servicio Doméstico, emitió un comunicado en el que expresa que “no ha recibido hasta el momento una propuesta concreta sobre las categorías”, su alcance y división. Además, señaló que espera que se considere otra serie de planteos por parte de las trabajadoras.

La organización está en conversaciones desde julio con el Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), que está afiliado al PIT-CNT. Sobre la ronda actual, la gremial señaló que “acompaña la propuesta de tomar como referencia los lineamientos salariales aplicados en rondas pasadas” y respalda la incorporación de más días de licencia por enfermedad de familiares. Acotó que coincide con otros reclamos de la plataforma, como las modificaciones en el pago del presentismo, el otorgamiento de licencia por salud mental y la creación de una Comisión de Protocolo sobre Violencia y Acoso –integrada por el gremio y la Liga–. “Estos son pasos concretos que acompañamos y que apuntan a seguir fortaleciendo el sector desde la formalidad y el reconocimiento mutuo”, destacó la gremial.

Con respecto a las categorías, la Liga expresó en el comunicado que “se mencionaron nombres, pero no se presentaron elementos clave que permitan discutir el tema de una forma seria y responsable”.

La organización expresó que entiende importante “participar activamente en los ámbitos formales donde se discuten mejoras para el sector doméstico”. Sobre este asunto, consideró que “es imprescindible contar con definiciones claras sobre qué tareas comprende cada categoría, qué diferencias porcentuales las separan y de qué manera estos cambios impactarán tanto en las trabajadoras como en el presupuesto de las familias empleadoras”.

En ese sentido, señaló que tienen sus reservas frente a ese planteo, porque “se observan dificultades prácticas que podrían afectar la continuidad del empleo formal y el buen entendimiento entre las partes, entre ellas, la naturaleza del servicio doméstico, que es muy diversa, ya que en la mayoría de los hogares una misma persona realiza varias funciones, lo que hace casi imposible encuadrar su labor en una categoría única”.

Dentro de las dificultades, la Liga visualiza que “el hogar es un ámbito privado donde la fiscalización resulta compleja, lo que puede abrir la puerta a conflictos e interpretaciones dispares”, y que “la creación de escalas diferenciadas puede impactar en el bolsillo de miles de familias empleadoras, especialmente de clase media, favoreciendo la informalidad”.

“Cuando hablamos de categorías, no estamos discutiendo una empresa con puestos definidos, sino la dinámica de un hogar donde hay diferentes tareas para realizar. Esa realidad, que es la más común, no se puede encasillar fácilmente en una sola categoría sin generar problemas prácticos”, afirmó Cristina Novello, vocera de la Liga, en la misiva. Además, sostuvo que “avanzar en el establecimiento de categorías tendría un impacto directo sobre miles de familias, y creemos que es algo que no se analizó en profundidad”.