En los últimos días se abrió un debate entre distintas figuras políticas que propició ante la opinión pública un desfile de cifras referentes al salario y la capacidad de compra de los uruguayos. El puntapié inicial se dió en enero luego de que el Instituto Cuesta Duarte publicara al cierre del año pasado su informe sobre salario y empleo. En dicho informe consideró que al cierre de 2023, y tras cuatro años de gestión de Luis Lacalle Pou, el salario había “empatado” los niveles de la prepandemia.
Rápidamente, desde el oficialismo salieron a contrastar y contextualizar esa visión. El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, si bien consideró serios los análisis del Cuesta Duarte, vertió sus impresiones en una conferencia en la que aseguró, entre otras cosas, que “el salario cayó en el mundo entero”.
Al ser consultado por la diaria, afirmó que, de acuerdo a los informes de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), “el salario cayó en el mundo entero” producto de la pandemia mundial y que, “a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, las economías desarrolladas tuvieron caídas muy importantes del salario real porque se les disparó la inflación”. Esto es verdadero de acuerdo al último Informe Mundial sobre Salarios publicado por la OIT para el período 2022-2023: en el primer semestre de 2022 el mundo en su conjunto sufrió una contracción del salario real de 0,9%, y es esta la primera vez que ocurre desde que comenzó la publicación del informe en 2008. Aun así, hubo países que en ese año fueron la excepción, y Asia en su conjunto vio crecer su salario real.
“La caída no es sostenida ni lineal entre países”, aseguró a la diaria Verifica la economista del Instituto de Economía de la Universidad de la República, Ivone Perazzo. Y explicó: “Hacer esas afirmaciones muy generales nunca es del todo correcto porque efectivamente la evolución ha sido dispar en el mundo. Según ese informe de la OIT, la caída del salario real mundial se dio en 2022 y sería debido a la inflación por la guerra. En cuanto al efecto de la pandemia, se indica que fue desacelerador del crecimiento de los salarios reales, que venían creciendo en el orden de 2% antes y pasan a crecer menos en 2020 y 2021. Pero mirando sólo el promedio de los países de América Latina y el Caribe, la evolución es completamente otra. El salario real crece en 2020 y cae en 2021 y 2022”.12
De este modo, la afirmación es correcta sólo para el breve período de 2022, pero aun así grandes sectores del mundo sostuvieron sus valores salariales. El salario sufrió distintas evoluciones según el conjunto de países que se analizan. Mientras que hubo regiones como América del Norte, América Latina y el Caribe, Europa, Asia Oriental y los Estados Árabes que atravesaron 2020, primer año de la pandemia, con crecimiento del salario real (en el caso de las Américas con fuertes subas de 4,3% y 3,3%, respectivamente), otras tuvieron evoluciones negativas. Los trabajadores de Asia Central y Occidental sufrieron retracciones de -1,6% de su poder adquisitivo y los de África, los más castigados, una vertiginosa caída de -10,5% en sólo un año.
Incluso si se analiza todo el período de pandemia hasta 2022 inclusive, regiones como Asia Oriental y el Pacífico, la más densamente poblada del mundo, así como los Estados Árabes, no sufrieron detracciones de salario real en todo el período de pandemia.
Por otro lado, Mieres sostuvo que “Uruguay fue una excepción en la velocidad de recuperación del empleo y del salario”. Como fue mencionado, no todas las regiones evolucionaron de forma similar en materia salarial. Mientras que en algunas el comienzo de la pandemia fue acompañado de aumentos sustanciales de salario para luego sufrir pérdidas durante 2022, al final del período de pandemia (en el caso de los países del G20 propiciados por la disparada de la materia prima producto de la guerra entre Rusia y Ucrania), en otras no hubo retracciones de salario en todo el período.
En nuestro país, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística, el salario real medido de diciembre a diciembre acumuló caídas de -1,52% en 2020 y de -1,56% en 2021, para ver por primera vez una recuperación de 1,03% en 2022.
El caso de Uruguay fue diferente y recién se empieza a recuperar en 2023 si se mide el salario medio. “Tampoco es tan excepcional la recuperación. Si ves en el informe de la OIT, hay países como México que han evolucionado muy bien, sobre todo por políticas de recuperación del salario mínimo. Algo similar se ve cuando combinás datos de empleo y salarios [masa salarial], según el panorama laboral 2023, Uruguay está entre los que logra recuperarse más, pero hay otros países como Brasil y sobre todo México que también se recuperan, México más que todos”, señaló Perazzo.
Con relación a la recuperación laboral, Mieres indicó a la diaria Veririfica que había comparado los valores de empleo entre inicios de 2020 y fines de 2021, que ponían a Uruguay con una ventaja comparativa respecto de algunos países de la región como Argentina, Perú, Colombia y Chile. En los datos proveídos a este medio no comparó con Brasil y México dado que no miden la tasa de empleo, pero sí midió las tasas de desempleo: en esa lectura, la baja de desempleo en Argentina fue muy similar a la uruguaya.