Uno de los eslóganes de campaña de Robert Silva, flamante candidato a vicepresidente por el Partido Colorado, ha sido el aumento de 7 a 60 liceos de tiempo completo durante este período de gobierno. El expresidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de la Educación Pública ha repetido el tema en diversas entrevistas, pese a que esa cifra se alcanzaría recién en 2025. De acuerdo a la web de la ANEP, de momento son 43 los Centros María Espínola en funcionamiento.

Estas declaraciones reiteradas derivaron en respuestas por parte de las antiguas autoridades de la educación de los gobiernos del Frente Amplio (FA), los sindicatos docentes y un ida y vuelta con las autoridades actuales. Algunas de estas voces de la oposición señalan que los nuevos centros María Espínola son un simple “cambio de nombre” a los antiguos liceos de tiempo completo o tiempo extendido, pero las autoridades explican y ratifican los cambios que implican su funcionamiento.

La oposición

Consultada por la diaria Verifica, la exdirectora del Consejo de Educación Secundaria Celsa Puente señaló que lo que hay es “un tema de uso del lenguaje” y que “una cosa es hablar de un modelo de tiempo completo y otra cosa es hablar de la extensión del tiempo pedagógico”.

“Lo que hicimos, sobre todo en el último gobierno del FA, fue desarrollar modalidades educativas de extensión del tiempo pedagógico”, explicó. Algunos de los liceos en los que se implementó esta modalidad eran de “tiempo completo”, es decir, un centro que atiende un solo turno de alumnos que asisten a sus horas curriculares, almuerzan en el centro educativo y cuentan con horas dedicadas a talleres o actividades adicionales.

Otra modalidad, de tiempo extendido, abarcaba 37 liceos donde los estudiantes realizaban sus horas curriculares en el turno diurno, tenían derecho a un alimento de consumo rápido (donde no había comedor), y sumaban talleres optativos dentro del edificio escolar o en instituciones aledañas al liceo.

Una tercera modalidad incluyó a centros de UTU, conocidos como Centros Educativos Asociados (CEA). Estos CEA son pequeños centros educativos que se construyeron al lado de algunas escuelas de tiempo completo, y donde se recibían estudiantes de sexto año.

“Lo que hizo Robert Silva fue plantarles el nombre María Espínola a esos liceos que ya estaban funcionando”, dijo Puente a este medio. Estas mismas críticas ya habían sido vertidas por la exdirectora de Secundaria en un hilo de posteos de X de marzo de 2023.

En sus mensajes, Puente señaló que durante los gobiernos del FA se crearon 26 CEA, 37 liceos de tiempo extendido, y 7 de tiempo completo, que totalizaron 70 centros con modalidades de extensión horaria para unos 14.600 alumnos.

Por otra parte, el dirigente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), Emiliano Mandacen, señaló que no están de acuerdo con esa afirmación, ya que “un nuevo liceo, más allá de la modalidad pedagógica que plantea Silva, implica condiciones materiales reales”.

“Hay una extensión del tiempo pedagógico, pero no implica que haya condiciones reales para la extensión de ese tiempo pedagógico”, afirmó. “Es una discusión que, más que de números, es pedagógica e ideológica. Si yo cambio el nombre del cartel a algo, pero no tengo un comedor para que la gente coma en serio, no tengo áreas específicas para el trabajo en talleres, es verso”, sentenció Mandacen.

Con cimientos en lo hecho

Respecto al proceso de creación de los Centros María Espínola (CME), la directora sectorial de Planificación Educativa, Adriana Aristimuño, señaló a la diaria Verifica que “no es que se contraponga lo que dice uno y otro”, ya que se retoma la infraestructura existente con una ampliación de la oferta pedagógica.

“Para generar los Espínola se hizo un estudio con un año y medio de anticipación, de ver dónde estaban los edificios y lugares donde se necesitaban, que además estuvieran atendiendo población de quintiles 1 y 2 (los de menores recursos), y donde hubiera condiciones sobre todo edilicias. Esta es una de los grandes condicionamientos limitantes que estamos teniendo, ya que tienes que proveer alimentación”, señaló.

Aristimuño resaltó la necesidad de disponer de un lugar para cocinar, otro para alimentarse y otro para la realización de talleres, algo que “no es un usual en liceos comunes”. Fue ante esto que algunos de los liceos de tiempo completo o extendido se reconvirtieron en CME algo que, advirtió la jerarca, “no son lo mismo”.

“Los Espínola tienen nuevas figuras, formación en servicio de todo el plantel docente, otro trabajo con la comunidad, intervenciones de El Abrojo, en lo que se llama el Programa de Revuelta Educativa para revinculación”, explicó.

“Obviamente que en el tema de planta física comparten las mismas necesidades, porque los liceos de tiempo completo y extendido también tenían talleres y un lugar para comer. No hay ningún misterio”, resaltó.

Respecto a los cargos, señaló que estos centros tienen “nuevas figuras” que implicaron un aumento de recursos y que “no fue un cambio de nombre”. “Tienen más gente, más adultos destinados a la coordinación de las actividades pedagógicas”, agregó.

En la rendición de cuentas 2023 de la ANEP, se establece que el año pasado concurrió una matrícula de 2.948 estudiantes de Secundaria a 20 CME, a los que deben adicionarse 703 estudiantes a cuatro liceos de tiempo completo. Por otra parte, unos 12.366 estudiantes concurrieron a liceos de tiempo extendido. Esto da un total de 16.017 alumnos, superior a los 14.600 que concurrieron al cierre del gobierno anterior a centros con extensión de horas en oferta pedagógica.

Asimismo, de acuerdo a la rendición de cuentas 2022, la cantidad de horas curriculares semanales por grupo en Secundaria, sin contar talleres, fue 105 para los CME, apenas por encima de las 98 horas de los liceos de tiempo completo. Los liceos de tiempo extendido, en tanto, tuvieron 80 horas curriculares, mientras que en los liceos de jornada simple fueron destinadas 74 horas semanales.

Además, debe tenerse en cuenta que la matrícula promedio de alumnos que asisten a los CME es muy inferior al promedio de centros sin extensión horaria. En los CME que están bajo la Dirección General de Educación Secundaria la matrícula promedio en 2022 fue de 214, distribuidos en 13 centros, mientras que los institutos con carga horaria simple alcanzaron los 767 en promedio: esto implica unos 203.000 estudiantes distribuidos en 265 institutos.

Por otra parte, en la Dirección de Educación Técnico Profesional el promedio de alumnos en los CME es de 173, mientras que en los institutos y las escuelas superiores la matrícula ronda un promedio de 1.400 alumnos.