La Comisión del Sistema Acuífero Guaraní se creó hace 12 años con el objetivo de convertirse en un ámbito de participación y gestión entre representantes del gobierno, usuarios del agua, academia y organizaciones sociales. Las reuniones en este ámbito deben ser promovidas por la Dirección Nacional de Aguas, pero, según consta en la página web del Ministerio de Ambiente, el espacio ha sido convocado apenas 11 veces desde 2013. La distribución de los encuentros varió con el correr del tiempo. Por ejemplo, entre setiembre de 2016 y octubre de 2020 no se citaron sesiones. Es decir, en el período de cuatro años no se abordó ninguna situación vinculada a la reserva de agua dulce subterránea en el ámbito participativo. En el período 2020-2023 la comisión se reunió una vez por año y en 2024 dos veces.

La última instancia se realizó en formato virtual el 1° de octubre del año pasado y el tema central fue la planta de e-metanol que pretende instalarse en Tambores. En la desgrabación de la instancia que disponibiliza la cartera puede leerse que gran parte del tiempo hablaron representantes de la compañía Enertrag —que lleva adelante la iniciativa— y el Ministerio de Industria, Energía y Minería. En paralelo, varios participantes señalaron que no quedaron conformes con las respuestas que otorgaron los privados sobre el uso del agua por parte del megaemprendimiento. No brindaron volúmenes específicos ni detallaron las fuentes de abastecimiento, según consta en la desgrabación. Únicamente se comparó con el consumo del agua que tienen otras actividades, por ejemplo, el arroz.

Recientemente, la compañía presentó el Estudio de Impacto Ambiental. En febrero, el Ministerio de Ambiente le pidió explicaciones sobre por qué realizó un “estudio de disponibilidad de agua (subterránea y superficial) para una demanda superior al consumo indicado” y señaló que varios elementos faltantes “no permiten una total comprensión del proyecto y evaluación de los impactos asociados”. ¿Por qué plantearon esto las autoridades? Enertrag contrató a la consultora Ingesur para estudiar la “disponibilidad hídrica” y realizar una “propuesta de suministro de agua” para la planta de combustible sintético. En el texto, Ingesur habla que la demanda del emprendimiento será de 4.400 m³ por día. Cuando obtuvieron la Viabilidad Ambiental de Localizaron, en 2022, estimaron que el volumen de agua requerido era entre 500 y 700 m³ por día. Es decir, realizaron un estudio de disponibilidad de agua para una demanda más de ocho veces superior al consumo pautado anteriormente. Según la información planteada por la compañía, el suministro de agua se hará a través de una presa y tendrá como “fuente de respaldo” pozos de agua subterránea. Cabe destacar que el Estudio de Impacto Ambiental aún no se encuentra en puesta de manifiesto (período en que la ciudadanía puede hacer llegar sus comentarios a las autoridades).

Ante la nueva información, organizaciones indígenas y defensoras ambientales ponen sobre la mesa planteos que giran en torno a la pregunta de si queremos una transición energética justa.

Participación “urgente” y “presencial”

Luego de tomar conocimiento de la reciente información, varias organizaciones enviaron una misiva a las nuevas autoridades de la cartera ambiental para solicitarles una reunión de la Comisión del Sistema Acuífero Guaraní en forma “urgente” y “presencial”. Entre los firmantes de la misiva están el Círculo Ateitén Hué, la Red Acuífero Guaraní, Agua es Vida, Ecotambores y la Asamblea Hue Mirī. Allí denuncian la “sistemática violación del artículo 47 de nuestra Constitución” y de “tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú”. “El referido acuerdo obliga a los estados que lo han ratificado a asegurar y garantizar una participación abierta e inclusiva en todo el proceso de toma de decisiones, es decir, en diseños de políticas, estrategias, planes, programas y proyectos en materia de ambiente y sobre todo en lo que hace a la gestión de un elemento vital como es el agua”, subrayan las organizaciones. Con respecto a los volúmenes de agua que pretende utilizar la compañía, piden que se “examine y actualice” el proyecto Tambor que “sigue avanzando sin nuestra participación”.

El proyecto de Enertrag es una planta de combustibles sintéticos que se elabora a partir de hidrógeno verde. En este sentido, las organizaciones cuestionan la Hoja de ruta del hidrógeno verde y derivados que presentó el Ministerio de Industria, Energía y Minería en 2024 porque “no hubo participación de la sociedad y de las organizaciones sociales”. Desde su perspectiva, “debería anularse por falta de un requisito esencial para su elaboración”.

Durante la última reunión de la Comisión del Sistema Acuífero Guaraní, en octubre de 2024, una integrante de la cartera energética al ser consultada sobre la falta de participación dijo, según consta en la desgrabación: “Nosotros entendemos que estamos teniendo estas discusiones en una fase temprana del proceso, tanto para este proyecto [Tambor] como para toda la hoja de ruta. La hoja de ruta tuvo procesos participativos, tal vez no fueron los suficientes, claramente por las reuniones, pero estuvo un año hasta tener la versión final, el documento colgado y con instancias para poder participar”. En esta línea, las organizaciones indican que la desgrabación de las reuniones, por momentos, se torna incomprensible y dificulta el entendimiento de los planteos.

Una historia que nace en lo subterráneo

Paula Piñeyro es abogada e integrante del Círculo Ateitén Hué. Cuenta a la diaria que su vínculo con el Acuífero Guaraní se profundizó el año pasado. En aquel momento, el Ministerio de Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura invitaron a organizaciones de pueblos originarios para participar en un taller que se llamó “Diálogos regionales con pueblos indígenas: perspectivas para la gestión del Sistema Acuífero Guaraní”. Tuvo lugar en Misiones, Argentina, y ella fue una de las representantes. “Nuestra organización nace en primera instancia del intercambio y articulación entre organizaciones indígenas de Uruguay. De este intercambio, se eligen tres referentes para viajar a Misiones. Así empezamos toda nuestra historia, que nace justamente por la gestión del Sistema Acuífero Guaraní”, recuerda.

Enseguida, pone sobre la mesa que su lucha tiene que ver con la historia. “Entendemos que es la continuidad del colonialismo que vino hace más de 500 años y continúa. El colonialismo ha sido así siempre en todos los territorios. Desde nuestra perspectiva no se puede vender el agua del acuífero para hacer combustible para Europa, porque Europa quiere seguir sosteniendo su estilo de vida. Siguen poniendo parches, seguimos buscando atajos a un planteo más profundo que tiene que ver con nuestras formas de vida”, apunta.

Foto del artículo '“No se puede vender el agua del acuífero Guaraní para hacer combustible para Europa”: cuestionan proyecto de e-metanol'

Foto: Martín Hernández Müller

Piñeyro entiende que con las palabras “hidrógeno verde” se genera la ilusión de que “es una solución al cambio climático, cuando en realidad no es tan así”. “En definitiva, lo que buscan es hacer metanol, combustibles sintéticos, fertilizantes, sobre todo para exportar. Ellos tienen el manejo de la palabra y nosotros tenemos que estar atentos. Por ejemplo, en la marcha en el Día Mundial del Agua se decía ‘el agua no se vende’. Ni siquiera la venden, la dan, porque no se cobra ningún canon. Este es uno de los temas que se ha planteado en la Comisión de Cuenca del Sistema Acuífero Guaraní. No es que el agua no se venda, no hay que regalarla, porque ni siquiera la venden”, manifiesta la defensora. Aclara que ellos no están de acuerdo con la iniciativa de Enertrag por más que se cobre un canon por uso del agua.

“Como ciudadanía nosotros tenemos que cuestionarnos, tenemos que tener acceso a la información. Por eso elevamos la nota a las autoridades y solicitamos integrar la Comisión del Sistema Acuífero Guaraní. El artículo 47 consagra nuestro derecho a participar en la planificación de lo que ellos llaman recursos hídricos, que nosotros llamamos elemento vital. Además el Acuerdo de Escazú es ley en nuestro territorio y consagra justamente este derecho de acceso a la información y participación. La participación es muy difícil porque no es vinculante. Nosotros participamos, pero ellos avanzan y siguen prácticamente sin escucharnos, entonces buscamos alianzas con algunos sectores de la academia para apoyarnos y asesorarnos en los aspectos más técnicos”, cuenta. Adelanta que las nuevas autoridades del Ministerio de Ambiente les respondieron que la sesión de la Comisión del Sistema Acuífero Guaraní será a “mediados de abril”.

Por otro lado, se consultó a Piñeyro sobre cómo observa la asiduidad con que son convocadas las reuniones. “Si las organizaciones sociales no participan y no ejercen presión, fijan una o dos sesiones al año. En estas sesiones ellos se presentan y van para adelante con todos sus proyectos. Cuando las organizaciones ejercen su derecho a participar, la historia cambia”. Asimismo, indica que ellos se enteraron de las novedades del proyecto Tambor por la prensa, cuando “debe ser comunicado en las comisiones, es justamente el espacio para tratar estos puntos”.

“Hacer funcionar” los espacios de participación

Óscar Núñez integra el Clan Gubaitase Charrúa y el colectivo Ecotambores. Describe que vivió toda su vida en Tambores, donde pretende instalarse la planta de combustible sintético. Al consultarle sobre por qué piensa que la compañía busca instalarse en la localidad, dice: “Somos gente que no acostumbramos increpar o hacer manifestaciones. No nos revelamos a no ser que sea algo demasiado grande. Tenemos agua, que es un recurso finito. En realidad nosotros decimos que no es un recurso, sino un elemento vivo. Tenemos sol, viento constante, porque estamos en la cresta de la Cuchilla de Haedo. Tenemos el factor humano, nuestra idiosincrasia es muy mansa, lo que para este tipo de empresas es buenísimo. No es lo mismo poner este proyecto aquí que ponerlo en Canelones o Montevideo, donde se arma tremendo relajo. Nosotros, además, somos muchos desparramados en la campaña. No hay alta densidad, la localidad está repartida entre dos departamentos. Una avenida separa Tacuarembó y Paysandú, pero somos un pueblo, vivimos todos juntos en una misma comunidad”.

El locatario también dice que las posibilidades de empleo son escasas. “Esto es otro factor con el que se engaña a la gente: la promesa de trabajo. Sabemos que estas plantas, si bien generan puestos, no van a ser para gente del pueblo. Es decir, va a ser mano de obra calificada, que mucha de ella va a ser extranjera y otros vendrán de más pueblos. No va a generar el trabajo y la expectativa que se dice”, considera. Por otro lado, muestra preocupación por los cambios que pueden darse en la localidad en cuanto a la seguridad. “Nosotros acá dormimos con la puerta abierta, si dejamos un vehículo puede quedar con la llave puesta, dejamos la bicicleta tirada”, ejemplifica. En esta línea, señala que los megaemprendimientos suelen aumentar la explotación sexual.

Núñez considera que el “hidrógeno verde es una falacia, pero que vende bien, cotiza en bolsa”. “Todos están detrás de lo que sea verde, ecológico, y sabemos que en este caso es mentira”, lamenta. A su vez, también hace referencia a los cambios de uso del suelo que generan estas industrias, que suelen ir acompañados por grandes parques fotovoltaicos y eólicos. Y finaliza: “Nosotros proponemos una reunión de la Comisión del Sistema Acuífero Guaraní urgente para cambiar la forma de trabajo que viene llevando. Más allá de que sea una comisión que quizás tiene muy poca resolución, muy poca ejecutividad, tenemos que hacerla funcionar”.