El buen desempeño de las exportaciones uruguayas históricamente se ha basado en la venta de bienes que incorporan escaso contenido tecnológico en su proceso de producción, situación que persiste actualmente aunque con algunos matices. Durante los últimos años ha crecido el valor en dólares de la exportación de productos con alto contenido tecnológico, pero su proporción de las ventas al exterior sigue siendo marginal. Además, durante los primeros siete meses de este año las manufacturas exportadas con alta incorporación de tecnología cayeron 19% respecto a igual período de 2009 y pasaron de representar 2,3% del total exportado en ese año a 1,6% en lo que va de 2010.

Este año las exportaciones de bienes han exhibido una clara tendencia al alza, que le permitió al país retomar el dinamismo tras la caída durante buena parte del año pasado. De acuerdo con el último informe de intercambio comercial de bienes publicado por el Banco Central del Uruguay, en los seis primeros meses de 2010 la venta de bienes al exterior sumó un valor de 3.235 millones de dólares, lo que significó un incremento de 26,4% respecto al mismo período de 2009. Por otra parte, si bien la recuperación del comercio exterior también se registró en el terreno de las importaciones, que crecieron 21% en el primer semestre de este año, el incremento de éstas fue inferior al de las exportaciones. Por lo tanto, se redujo el déficit comercial respecto a 2009, y al agregar las ventas al exterior realizadas desde zonas francas el resultado es una balanza comercial casi equilibrada.

Según el instituto Uruguay XXI, la soja pasó a ser el principal producto de exportación nacional en los siete primeros meses del año, representando 15,8% del total exportado por el país, con un crecimiento interanual de 56,7% y desplazando la carne bovina congelada del primer puesto. Ese tipo de carne se ubicó en el segundo lugar, con 13,5% de las exportaciones y un crecimiento de 27,3%. El arroz se mantuvo en su tercer puesto de 2009, pero su desempeño ha sido peor durante lo que va de 2010 y acumula una caída de 16,6% de sus colocaciones medidas en dólares. El trigo también ha sufrido una fuerte disminución, con un desplome de 50,4% que le hizo perder tres posiciones en el top ten de las exportaciones uruguayas, del cuarto lugar en 2009 al séptimo en lo que va de 2010. La situación del arroz y del trigo responde a un exceso de lluvias durante la cosecha que ha perjudicado el rendimiento de los cereales y en el caso del trigo ha llevado a una disminución del área cultivada.

Base básica

A pesar de las variaciones señaladas y de algunas otras que se han producido en el orden que ocupan de un año a otro los principales bienes de exportación, los primeros diez productos vendidos al mundo de enero a julio son los mismos del año anterior: habas de soja, carne bovina congelada, arroz, madera en bruto, carne bovina enfriada, leche y nata, trigo, quesos y requesón, artículos para el envasado de plástico y malta. Estas diez partidas representan 45% del total exportado en lo que va del año y, exceptuando los artículos para envasado de plástico, los restantes nueve corresponden a productos primarios y a manufacturas con base en recursos naturales.

Si observamos más detenidamente la composición de las exportaciones uruguayas de acuerdo con el contenido tecnológico que incorporan, constatamos que las dos categorías que incorporan menos tecnología en el proceso de producción son las de mayor incidencia. La suma de ventas de bienes primarios y de manufacturas basadas en recursos naturales representó 74,6% en el acumulado de los primeros siete meses de 2010, según el informe mensual de comercio exterior correspondiente a julio, publicado por la Cámara de Industrias del Uruguay, las exportaciones con bajo contenido tecnológico acumularon 11%; las de contenido medio, 7,8% y las de alto contenido tecnológico, 1,6%.

De acuerdo con un trabajo académico titulado “La restricción externa como limitante al crecimiento de la economía uruguaya en el largo plazo”, tesis de grado de los economistas Cinthia Álvez y Leonardo Falkin, los productos primarios son bienes muy básicos que no fueron transformados en ningún proceso industrial, con muy escaso o nulo contenido tecnológico, mientras que las manufacturas con base en recursos naturales “son productos que tienden a ser simples”, ya que el “trabajo incorporado en la producción de los mismos es poco calificado y dentro de los procesos productivos las habilidades técnicas o capacidades aprendidas no son estrictamente necesarias”. Los autores señalan que “la ventaja competitiva de estos productos está basada, generalmente, en la disponibilidad de recursos naturales”.

Las categorías que manejan Álvez y Falkin surgen de la clasificación de contenido tecnológico propuesta por el economista indio Sanjaya Lall en 2000, utilizada por numerosas agencias públicas y organismos internacionales. Lall sugiere que en las sociedades modernas el sector industrial es el principal responsable del crecimiento económico y le asigna un lugar preponderante a la exportación de manufacturas como indicador de desarrollo. Sostiene que las estructuras económicas que incorporen mayor tecnología en los procesos industriales tendrán mejores posibilidades de crecimiento en el futuro, ya que la demanda de este tipo de bienes suele ser creciente y que “una estructura basada en tecnología simple tiende a tener menor crecimiento de mercado, más limitado potencial de aprendizaje, menores alcances el crecimiento tecnológico y menores derrames hacia otras actividades”.

Vulnerables

La caída, este año, del porcentaje de exportación de manufacturas con alto contenido tecnológico no sólo se explica por el mejor desempeño del resto de las categorías, sino también por un descenso propio de 19%. Entre estos bienes tienen una alta incidencia los de la industria farmacéutica, que según el IUS XXI fue responsable de 83% de las exportaciones con mayor contenido tecnológico en 2009.

Los problemas de la economía local para incorporar mayor tecnología en los procesos productivos son de larga data y muestran una excesiva dependencia del comercio exterior uruguayo respecto a las posibilidades de colocar bienes básicos en buenas coyunturas externas. Entre otras cosas, esto hace que la oferta de bienes que Uruguay pone a disposición del resto del mundo sea sumamente sensible a la variación de los precios internacionales a los que se transan, lo que produce verdaderos estallidos de oferta cuando los términos de intercambio son favorables a nuestro país. La contrapartida es que la alta volatilidad de la demanda y de los precios de estos productos básicos, conocidos como commodities, hace vulnerable el comercio exterior de los países que concentran gran parte de sus ventas en bienes pertenecientes a esa categoría.