El Cerro está de fiesta, en el barrio se respira un aire primaveral con gustito a victoria. El equipo albiceleste homónimo del barrio más populoso del oeste montevideano consiguió una gran victoria frente a River Plate, equipo al que superó en el marcador y en la cancha. Además, los pibes del club siguen dando alegrías. Los dos futbolistas que marcaron son canteranos del club villero: el zaguero convocado para los Juegos Panamericanos Guillermo de los Santos y el Loco Mauricio Alonso, mediapunta derecho de tan sólo 17 años.

El orden táctico en la zona defensiva, la dinámica, velocidad y acople de los players en la mitad de la cancha hacia adelante son las características del conjunto dirigido por el Tato Ortiz. River Plate, que traía a cuestas una goleada demoledora frente a Peñarol, venía golpeado y eso se notó. Los darseneros no pudieron generar los circuitos futbolísticos, que en el correr de las primeras fechas les habían otorgado resultados positivos.

Cerro fue el protagonista de la tarde soleada en la que el cielo se vestía con los colores de su camiseta. De entrada avisaba el buen volante Washington Camacho con un latigazo a distancia que chocó contra el caño izquierdo del arco de la tribuna Chile, donde se ubicaban, al igual que en Argentina, muchísimos parciales albicelestes. Estaba mejor afianzado en el terreno el local, los cimientos Ojota Morales y Seba Suárez, quienes dominaban el medio. Los puentes en dirección al arco de River Plate los tendían Pagua y Camacho, que complicaban muchísimo con bolas áreas cruzadas. Los de la aduana, que jugaron con la primera camiseta del viejo River FC -toda negra, color que aquellos laburantes del puerto optaron por su filiación libertaria- no tenían a los brasileños Pires y Pereira enchufados, pero igualmente Maureen Franco se ingeniaba para crear alguna jugada peligrosa. A pesar de que las instancias del juego se inclinaban para lo locales, el cero reinaba en el marcador al finalizar la primera parte.

En el arranque del complemento el conjunto rojiblanco fue más pasivo que en la primera parte. No le salía una, por imprecisiones propias y virtudes ajenas que limitaban a los del Prado. Cerro siguió insistiendo, sin perder la calma, generando la sensación de que el gol caería en cualquier momento, especialmente cuando la guinda surcaba el cielo visitante. Cuando corrían los 59 minutos llegó el gol del zaguero que gana en las dos áreas, el Guille de los Santos, tras una serie de rebotes, calzó la bola con un zapatazo dentro del área que atornilló el esférico contra el palo izquierdo. El Guille Almada realizó algunas variantes intentando cambiar la pisada, pero su equipo no respondió frente a un Cerro práctico que generaba seguridad a su gente. Tanta seguridad que el Mauri Alonso, con un frentazo fatal, sentenciaba la tarde a una victoria local. El villero es un alumno aplicadísimo, por ahora es escolta, pero perfectamente podría ser abanderado, la chance la tiene, la ilusión también.