Rossina Soca, Joaquina Rosillo, Paula Fynn, Mercedes Saiz, Paula Basaistegui, Mariana Gómez, Ornella Palla, Fernanda Marrochi, Soledad Faedo, Alejandra Ferrari, Jussara Castro, Mariana Fleitas, Eliana Falco, Sofía Cherone, Viviana Ferrari y Noelia Artigas seguramente sepan poco de esa camiseta roja que representa de manera secundaria al deporte uruguayo, de ese color con el que nació el mito de la garra charrúa.

Es que en 1935, cuando las bisabuelas de estas gurisas nunca habían podido votar, no porque no tuviesen edad sino porque, a pesar de que ya se había aprobado el voto universal femenino, estábamos en la dictadura de Terra y no había elecciones, en Santa Beatriz, en Lima, Uruguay y Argentina se volvieron a enfrentar por primera vez desde la final del primer Mundial de Fútbol, el de 1930. Los viejos gladiadores uruguayos, fruto de burlas provenientes de la afición limeña, enfrentaban a los jóvenes y vigorosos argentinos, claros favoritos. El final de la historia -con el copyright de Celestes Producciones y la banda musical de Pitufo y Tenfield “Descolgando el cielo”, aquella que dice: “Nunca favoritos, / siempre desde atrás; / milagro que nos abraza / en el minuto final”- es el que ustedes imaginan: Uruguay, de rojo, estrenando la garra charrúa, derrotó 3-0 a los favoritos.

Seguramente mucho menos sepan esas gurisas que ayer hicieron historia en el balonmano local acerca de que en ese mismo partido en el que la roja entró en la historia, con un machismo predominante y a años luz de una presunta igualdad de género, cuando Lorenzo Fernández estaba tirado en el piso, acalambrado hasta…, el capitán de los uruguayos, el Terrible José Nasazzi, lo movió diciéndole: “Levántese, Gallego, o si no en Montevideo van a decir que usté es mujercita”.

Lo que sí saben estas 16 muchachas es que ayer, cuando perdían 15-12 ante las favoritas argentinas, tenían garra y fuerza para estirar el umbral de los sueños y creer en que se puede y en sí mismas y pasar al frente, seguir de largo 19-15 y llegar al 19-16 con el que Uruguay venció a Argentina e inscribió su primer victoria en la historia de los mundiales de balonmano femenino. Los comentaristas de TyC Sports que trajeron en vivo el partido desde San Pablo, obviamente, relataban para sus connacionales y afirmaban que era la peor derrota en la historia y el más importante triunfo de Uruguay.

El primer objetivo está cumplido: ganar un partido y hacer historia. Uruguay jugó cuatro mundiales: en 1997 fue 24°; en 2001, 23°; en 2003, 24°, y en 2005, 23°.

Con el resultado de ayer ya superó cualquiera de esas posiciones y va por más, ya que si consigue un buen resultado hoy ante Costa de Marfil se meterá entre las 16 que pelearán por ser las mejores del mundo. Las africanas, que son realmente fuertes, cayeron con Croacia, Suecia y ayer ante Dinamarca 36-20, y le ganaron a Argentina, por lo que, al igual que las nuestras, tienen una victoria. Croatas, danesas y suecas están empatadas en el primer lugar del grupo D y ya clasificadas.

Las dirigidas por Leonardo Puñales llegaron al Mundial, tras su positiva participación en los Panamericanos de Guadalajara, con firmes esperanzas de alcanzar esta victoria, a pesar de que habían perdido los tres partidos anteriores en este Mundial, ante los tres equipos europeos de su grupo: Dinamarca, Croacia y Suecia. Ante las suecas llegaron a ir ganando en los primeros 20 minutos haciendo un muy buen partido. A partir de mañana, los cuatro primeros de cada grupo irán por el título, mientras que los demás jugarán por las posiciones del 17 al 24.