HN Kakaroto’ es el nombre que utiliza Hernán Novick en el paño de las mesas virtuales de póquer, donde hace destrozos, y luego posa en companía de dos chicas con un cheque de 100.000 verdes (http://www.pokerstarsblog.la/2010/hn-kakaroto-de-uruguay-la-rompe-en-omaha-070013.html) .

El domingo por la mañana no se fue con los bolsillos reventando de benjamines Franklin, pero sí se empachó con la ovación de toda la barriada capurrense que se arrimó hasta el Parque Roberto. El rubio volante albivioleta fue determinante: siendo el eje ofensivo de creación, hizo un golazo y asistió en el otro.

Racing y Fénix chocaban nuevamente reeditando este duelo que tomó gustito a clásico en la década del 70, cuando las dos instituciones pelearon en reiteradas ocasiones el ascenso. Ambos comenzaron el partido expectantes, con un ida y vuelta particular, porque raspaban mucho a la hora de defender y eran imprecisos cuando intentaban concretar el peligro sobre el arco rival.

A los 10 minutos se rompió el hielo. Una bocha cayó en la puerta del área, sin intención, Carlitos Díaz la tocó con la mano y el juez Martín Vázquez sancionó tiro libre. Novick se encargó del remate, la bola pasó la barrera, pegó en el travesaño, luego en la espalda de Odriozola, para colarse finalmente en el arco de la calle Tacuabé. Con su as ganador, el enganche arrimaba las fichas de la victoria para los suyos, al mismo tiempo que en el banco local el director técnico floridense de la escuelita, Jorge Giordano -que ascendió con Fénix en 2009-, se quejaba efusivamente por la interpretación del juez de la mano y se retiró expulsado.

Racing peleaba, intentaba ir al frente pero le faltaba orden. Los pibes Gamarra y Guichón querían conectarse con Líber Quiñones pero no hallaban los caminos. Encima perdían al chiquitín Acosta por lesión y en su lugar ingresó Falucho Silva. Los de Capurro, que estrenaron una coqueta camiseta negra con una franja violeta y blanca, se metieron a los vestuarios con una victoria parcial, con las fichas justas, pero había que seguir apostando y el rival también lo haría.

Los locales comenzaron a ver la luz. Primero lo tuvo Falucho Silva, que saboreó un gol tras un rebote de Manotas Mejía, pero culminó trastabillando y malogrando su intención. Las cartas altas generan peligro, tanto en póquer como en la cancha, así que fue Líber Quiñones el que por arriba, con un cabezazo certero, puso el empate, muy festejado por la gente de la escuelita, que se sacaba la bronca y alentaba.

Pero la suerte y el destino jugarían para los albivioletas. Faltando 10 minutos, el armador Novick abrió bien los ojos, miró la mesa y a los jugadores: el Armenio Guevgeozian captó el pase, les ganó la espalda a los defensores y definió bien haciendo delirar a la hinchada visitante. Fue una sentencia, ya que no hubo respuesta para ese aluvión final. El conjunto del Lolo Favaro es puntero y suma para la tabla del descenso, procurando que “el Feni no baje”, pero al mismo tiempo endulzándose con el Apertura. Jugando con lentes oscuros ocultando el brillo de los ojos, las sacudidas de las emociones, y enmascarando las intenciones para tumbarte en el momento justo, como en el póquer.