No te voy a hablar del golpe cívico militar de los saavedristas a los morenistas en la Buenos Aires agitada del 5 y 6 de abril de 1811, te voy hablar del partido de fútbol con 11 goles, de algo que no pasa seguido, de un 6-5, de un partidazo. En la fecha pasada un cronista que afila su pluma en estas páginas nos contaba la historia de un partido del que nadie se iba a acordar, de ésos que se pierden y caen en un agujero negro. Rentistas había jugado la semana pasada en ese partido olvidable, y ayer por la mañana en el Montevideo rural logró una victoria heroica de atrás en la hora y anotó seis goles. Enfrente estaba Defensor Sporting, ese equipo que ahora está pasando por un momento de renovación que se enlaza con irregularidad. Para un cuadro como Rentistas, recién ascendido, con limitaciones institucionales y económicas, lograr una victoria ante Defensor Sporting, al que ganarle es un orgullo para la mayoría, es un triunfazo, y más así como se dio.

Ya te conté una vez que este Rentistas es recontra terco, que muchas veces no le sale la jugada, pero siempre está ahí; ayer no bajó los brazos, en un partido con tantos goles como otros de un tiempo de básquetbol antiguo, cuando no existían los 24 segundos de posesión. Campañún el del equipo de Fito Barán, que tiene jóvenes que, cuando andan despiertos, despliegan un fútbol dinámico ordenado, vertical, con limitaciones y tropiezos, pero que le está dando alegrías a la gente del Cerrito de la Victoria en la vuelta a Primera División.

La mañana despertó hermosa y con la frescura del viento en los campos de Perrone. Los violetas, que estaban de blanco, y los bichos colorados se disponían a iniciar esa catarata de goles. Defensor Sporting se plantaba en el arranque más firme en un campo de juego averiado. Felipe Gedoz, uno de sus futbolistas más creativos y audaces, encontró el primer gol gambeteando y arrimándola a la red con un zurdazo. Rentistas se fue enchufando con un Gabriel Costa activo y con Guillermo Maidana determinante en el ataque. Maidana peleó una bola y Bazallo aprovechó e igualó. Ya arrancaba a pelearla de atrás el local. Pero volvió a verse superado, porque el mundialista De Arrascaeta y Luna estaban jugando muy bien. Luna de rebote marcó el 2-1 y un minuto después De Arrascaeta le colocó una asistencia fenomenal a Aníbal Hernández, que colocaba a su equipo dos goles arriba de su rival.

Metido y ordenado, Rentistas no se desesperó y sobre el final de la primera parte, en el minuto 43, Gabriel Costa, con un cabezazo dentro del área, arrimaba el bochín. Dos minutos más tarde, otro grito de gol violeta de Adrián Luna volvía a alargar la distancia a dos goles y el equipo de Tabaré Silva se iba al vestuario ganando 4-2. Me parece que también ya te hablé de dos chiquititos pícaros que llegan del banco de Rentistas: David Terans y Chelo Fernández. Chelo en el arranque del complemento, con un guascazo, marcaba el 3-4, pero el ida y vuelta del partido enseguida le daba otra alegría a la banda Marley, cuando Mario Risso ganaba en el área rival y el 5-3 parecía que no se levantaba ni con una grúa. Sin embargo, apareció el otro chiquito del Renta que no perdona con su zurda: David Terans, con dos zurdados, uno de tiro libre y otro de jugada, empataba el partido cuando quedaban por jugar 20 minutos. 5-5 y el cotejo estaba electrizante. Tabaré movía el banco para encontrar aire en la zona ofensiva, el Renta se replegaba y apostaba a la contra. Con un hombre de menos -tras la expulsión de Facundo Moreira a los 89 minutos-, el partido iba en el sendero del empate, con un Defensor ya sin fuerza y un Rentistas replegado. Pero llegó esa última jugada. Luego de que el palo le negó el gol a Terans, Fernández con su bocha la arrimó para el sexto grito de gol agónico, ya sin garganta y con el corazón al mango. Rentistas volvió a vibrar en este torneo, en el que ha tenido derrotas normales y otras para el olvido, que se opacan con victorias épicas como la del domingo, de ésas que no se olvidan más.