El director general Forestal, Pedro Soust, mencionó en el Día Internacional de los Bosques que la deforestación es “uno de los problemas más grandes que tiene la humanidad”, el cual está incidiendo directamente en el cambio climático y en la calidad de vida de las personas. Agregó que desde la Dirección General Forestal (DGF) se trabaja “en intentar incluir la forestación en la ganadería y otras producciones, aprovechando la sinergia que puede existir entre una producción forestal, con su sombra y su abrigo, y la producción ganadera”. Calificó al programa Sistemas Productivos Integrados Agroforestales, del MGAP, como una apuesta “muy importante, interesante y previsora para el futuro de la ganadería y la forestación”, sobre todo para aquellos productores que quieren “hacer rendir más sus campos”.

A raíz de esto, el director general de Desarrollo Rural, José Olascuaga, explicó que ese programa apunta a “promover o desarrollar” la inclusión de bosques “protectores” en los sistemas productivos agropecuarios no forestales de productores familiares, procurando “disminuir su vulnerabilidad”, dados los “múltiples beneficios productivos, económicos, sociales y ambientales que brindan los sistemas agroforestales”.

“Esto no es ninguna novedad”, dijo y recordó que “en 1815 el Cabildo de la Villa de Guadalupe elevó a José Artigas un proyecto de agricultura que obligaba a todos los labradores beneficiados a plantar 500 pies de árboles por año, fundamentado en la necesidad de los árboles para la producción de leña, su importancia para el comercio y su utilidad para fertilizar el terreno ‘naturalmente’ seco”. “Ya desde ese entonces se veía [a la forestación] como un rubro integrado”, afirmó.

Con estos antecedentes, y apoyándose en los beneficios que trae aparejadas la integración de la actividad forestal a los productores pequeños y medianos que “hacen otro tipo de producciones”, Olascuaga adelantó que la idea es que se beneficien los productores cuyas explotaciones no excedan las 1.250 hectáreas y que, al momento de presentar su plan, tengan menos de 8% de la superficie de su predio con bosques artificiales plantados. “Hay beneficios económicos, pero también hay beneficios ambientales”, ya que la inclusión de bosques “le da otra sustentabilidad” a sus sistemas, “tanto por la diversificación de sus sistemas productivos como por los servicios ecosistémicos que los árboles brindan”. “Además, el llamado apunta a que los productores, posteriormente, puedan integrarse en las cadenas forestales que ya existen en el país”, agregó.

“El programa sugiere que los productores trabajen de manera agrupada”, dijo, en grupos de al menos cinco integrantes en un radio de hasta 30 kilómetros de distancia entre sí o que trabajen un campo colectivo. Agregó que, de presentarse en esta modalidad grupal, 70% de los productores deberán ser pequeños y el 30% restante, medianos. “El agrupamiento es favorable para lograr las escalas necesarias para las etapas de implantación y posterior comercialización, en caso de que se integren a la cadena forestal”, fundamentó.

Cada grupo deberá incluir módulos forestales como pueden ser la plantación de bosques para sombra y abrigo; la plantación en sistemas agroforestales innovadores; en áreas degradadas y recuperación de suelos erosionados; la plantación de frutales nativos (como guayabo del país, pitanga, arazá y guaviyú); el manejo del bosque nativo y su recuperación; y, de manera obligatoria, actividades relacionadas con el rubro de producción principal del predio asociadas a los módulos forestales propuestos. Así, deberán plantar “por lo menos” un cuarto de hectárea de bosque por productor y, en caso de agruparse, al menos diez hectáreas en total. Asimismo, explicó que el MGAP evaluará positivamente la homogeneidad de especies y productos dentro del grupo.

Los planes a presentar deberán contemplar la innovación tecnológica, orientados al uso sostenible de los recursos naturales y medidas de adaptación al cambio climático; la formación y consolidación de grupos de productores beneficiarios; la generación de nuevos procesos, productos y accesos a nuevos mercados. Olascuaga también adelantó que serán considerados “positivamente” los planes que favorezcan la articulación entre los productores e instituciones locales, departamentales o nacionales; y la inclusión de jóvenes de hasta 30 años y mujeres en la integración del grupo y en las capacitaciones. Respecto de éstas, comentó que los proyectos presentados deberán incluir un plan de capacitaciones a los productores en función de las actividades y procesos innovadores que se propongan.

El apoyo que brindará el MGAP será “no reembolsable” y cubrirá hasta 50% de los costos de la implementación del proyecto, donde serán incluidos la implementación de tecnologías y actividades vinculadas a la plantación y manejo de los bosques, complementando la producción animal o vegetal asociada (rubro principal del predio), el cuidado de los recursos naturales, las medidas propuestas para la adaptación al cambio climático en los sistemas productivos y registro de los bosques. Serán considerados parte de los costos los materiales e insumos vinculados, la asistencia técnica para la implementación del plan, y las capacitaciones. Asimismo, agregó que el máximo monto a entregar es de 8.000 dólares por productor, de los cuales entre 65% y 80% estará destinado a actividades forestales, y el restante asociadas a rubros “no forestales”, “porque entendemos que se debe encarar la unidad productiva como un sistema único, pensando en que debe haber inversiones asociadas a la infraestructura necesaria”. “Pretendemos que el abordaje sea lo más sistémico posible”, concluyó.