Fueron aplausos cálidos que contrastaban con el frío asolador lo que ofrendaron los hinchas de ambos equipos al terminar el partido. Los locales tuvieron más chances y en un momento sacaron una ventaja considerable, de dos goles, y aunque sintieron el golpe del descuento, finalmente se quedaron con la victoria. Los de Central, con su reciente oficio de campeón, rescataron la chance de quedar un gol abajo para definir en casa este partido de 180 minutos que son las semifinales de la Copa Nacional de Clubes.

Fue complicada la parada para el actual campeón, que desde el arranque sufrió la presión del Sanca, que ahogaba y no permitía pasar la mitad del campo. Los rojiblancos, impulsados por la arenga de su gente, acorralaron el arco de Mauricio Calero, que aguantó el primer remate peligroso de Jonathan Sosa, que estaba muy inquieto y que con la pelota sabe: tiene buena pegada y, además, encara. Sosa probó de nuevo unos minutos más tarde, pero rozó el palo derecho. San Carlos estaba cerca y generaba un córner tras otro, que la defensa de Central despejaba.

Los dirigidos por Pabloaníbal de León encontraban en Germán Suárez al armador que se conectaba con Sosa. Rafael Bernales acompañaba en el medio, y raspando estaba el histórico Cafú Martínez, que metía la patita bien fuerte. Central intentaba salir del cerco; hilvanó un par de combinaciones, pero el picarón Sebastián Gandini no se pudo juntar nunca con Cabrera para llegar al gol. El buen pie de Eduardo Hernández mandó alguna que otra pelota al área, que la defensa local conseguía rechazar con firmeza.

El primer tiempo se agotaba. El empate sin goles dejaba poco margen para los locales, pero a Diego Colo lo toparon en la entrada del área y... penal. Cafú se encargó de la falta y la tocó contra el palo derecho. Calero eligió el otro. Festejo de gol en apilada sobre el moreno y corpulento volante, con el pitazo final del primer tiempo. San Carlos se fue al vestuario con una ventaja que resultaba justa teniendo en cuenta lo que había hecho; el destino pagaba su deuda.

El complemento arrancó como la primera parte, con Central atrás y San Carlos tratando de aumentar la ventaja. A los cuatro minutos Diego Colo la cruzó, alojándola en el ángulo izquierdo para desatar un grito de locura,lleno de vapor, que le daba calor a una tarde de hielo.

La situación adversa agrandó a los visitantes, que despertaron y se fueron levantando, con un Pablo Cabrera que empezó a bancar todas arriba. Hernández, Cabó y Velazco mejoraron en la mitad del campo, y el partido se fue equilibrando. La cabeza del Flaco Cabó, que se elevó dentro del área, acorraló la bola contra el palo izquierdo, y un grito de “aca está el campeón” sonó en el estadio. Central estaba a tiro y, encima, el Pelado Fernando Garracino pesaba y complicaba arriba. De todos modos, San Carlos no se descontroló ante el gol del rival, mantuvo el orden y continuó buscando, aunque se fue desgastando. El partido, segundo tras segundo, mientras la temperaura descendía y los pies se me congelaban, se fue muriendo. Ninguno los dos arriesgó. Cuidaban lo propio, ya pensando en el partido que viene en San José.

El próximo fin de semana en el Casto Martínez Laguarda se definirá esta semifinal, pareja, abierta, en la que los planteos de los dos equipos quizá sean diferentes. Esperemos que el sol al menos se apiade de nosotros.