Se cargó de adrenalina la definición de los play off de Segunda División. Miramar Misiones y Tacuarembó, luego de ir al alargue, dieron vuelta sus marcadores (1-3 en la ida, ambos) logrando imponerse en el global y pasar a la siguiente fase. Se suman a Torque, que ganó con dos tantos de su goleador Álvez, y a Boston River, que venció a Cerrito. Juntos, equipos e hinchas, también ganaron, sobreponiéndose a los horarios irracionales de los encuentros. No es normal jugar entre semana a las 14.00 y, sobre todo, un sábado a las 10.00, ¡en invierno! En fin, el miércoles habrá más y mejor.

Buenos partidos, cargados de emociones, y con el gol como sentencia. De un momento para otro cambiaba radicalmente la serie. Así lo sintieron Rampla Juniors, Atenas de San Carlos y Plaza Colonia, aunque el final les dijo que no.

Tacuarembó recibió a Rampla en el Goyenola con una diferencia en favor de los picapiedras de 3-1. No se toma la incidencia del gol de visitante para definir la eliminatoria empatada en puntos, por lo que los rojos del norte necesitaban un 2-0 para igualarla. A eso salieron al terreno de juego, y a eso asistió la populosa hinchada tacuaremboense. No les fue fácil ante un Rampla que buscaba defender el resultado obtenido en el Olímpico. Recién al final de la primera parte, el eterno Héctor Vázquez convirtió el primer gol, de tiro penal, para el Tacua. In extremis, para agonía de todos, fue el 2-0 que conquistó el goleador Gularte y llevó al alargue. A falta de 5 minutos para que terminara el partido y cuando la definición por penales era inminente, otra vez Sebastián Gularte infló la red y el pecho con el grito de gol. Enorme. Fue el veredicto: Tacuarembó sigue en carrera por el ascenso ante un Rampla que lo dio todo.

Historia similar era la de Miramar y Plaza. Los dirigidos por Luis Duarte necesitaban una diferencia de dos tantos para igualar la eliminatoria. Credenciales tenían, pero faltaba confirmar que eran capaces de sobreponerse a la reciente oportunidad de ascenso perdida con Rentistas, y ante un sorprendente Plaza ilusionado con más. Cuando transcurría casi la mitad del primer tiempo, Ignacio Christophersen logró el primer gol para los monitos; y a los 75 Davies Banchero, que había sido el artífice del 1-3 en Colonia que acortó la diferencia en el global, embocó el 2-0 con el que fueron a alargue. El gol como sostén de una eliminatoria. Y cuando faltaban 3 para el final, y todos esperaban los penales, Santiago Pallares metió el 3-0 definitivo. Fue una dura prueba para los monitos. Todo es posible, dirán, mientras recobran aquella esperanza de ascenso perdida para transformarla en un “se puede”.

En el estadio Obdulio Varela se enfrentaron Torque y Atenas. El resultado en la ida había sido 2-1 para los carolinos. Pese a la desventaja, el equipo de Torque tuvo un plus durante toda la temporada, que prevaleció en esta definición: Jonathan Álvez, el goleador, conjugando una dupla temible con Toscanini. A los 50 y 79 minutos Álvez fue el autor material de los goles que le permitieron a Torque ganar la serie y seguir soñando.

Es corta

La neblina ya se había marchado, el sábado amanecía con fútbol. ¡A la 10.15, viejo!, no puede ser, pero en el mundo de la T todo es posible. ¿Cómo que el partido que fui a ver fue televisado?, mientras en Tacuarembó se disputaría un partido que posiblemente tuviera más televidentes. Pero el hincha de la B, ese torneo tan bastardeado, se hace de fierro y aguanta atrás del alambrado en canchas perdidas y horarios incómodos. Yo me fui hasta el Maracaná, donde varios nos vichamos un partido que nos mantuvo en vilo hasta el final.

El estado del campo delataba una inconsistencia a base de barro que complicaba desde el arranque, y los visitantes eran los que trataban mejor la pelota ante un Cerrito que salió a ahogar. La victoria 3-2 del partido de ida en San José le daba ventaja a Boston River.

A los 22 minutos Peraza tocó con Leites, que se mandó dentro del área en velocidad, cuando Sebastián Galán lo tomó de la camiseta: penal. Serafín, con su zurda, se encargó de esperar a que el golero eligiera el palo izquierdo y la tocó sutilmente contra el derecho. La distancia en el marcador crecía, Cerrito estaba a dos goles y remaba a puro empuje. Palermo, uno de los que más peleaba arriba, se tenía que ir por un corte y la cosa se complicaba. Pero sobre el cierre apareció la varita mágica del Caña Cañarte, que le colocó una bola en la cabeza a Guillermo López ante una salida en falso del portero canterano de Danubio Franco Tornascioli. El equipo auriverde revivía. El destino le volvía a ser esquivo en el complemento a los dirigidos por Ramiro Martínez: el cerebro del equipo, Cañarte, se tenía que retirar por una lesión. Igualmente, Cerrito tiró para adelante y arrinconó por momentos a su rival, que especulaba y complicaba de contra. Boston River aguantó bien, y sobre el final, entre los dos delanteros que Carrasco colocó en el complemento fabricaron el gol de la victoria; Román Cuello la recibió de un saque de costado y tocó al medio, por donde entraba Lencina, sentenciando una victoria que se decretó con el pitazo final y la pelota dentro del arco.

El sabor amargo de quedarse otra temporada en Segunda División se masticaba entre los presentes, mientras el plantel de Boston y unos pocos hinchas festejaban este avance en busca del ascenso con el que la institución está coqueteando desde hace unos años.