En su tercer partido en el marco del grupo A del Mundial de Inglaterra, Uruguay cayó 47-15 con Fiyi, en el partido celebrado ayer en la ciudad de Milton Keynes.

El duelo ante los isleños tuvo el peor inicio posible. A los dos minutos, Uruguay recibió un try penal y la tarjeta amarilla a Agustín Ormaechea por cometer un tackle peligroso. De arranque, nomás, los Teros estaban 7-0 abajo y con un jugador menos por diez minutos. Con ese inicio, Uruguay fue un manojo de nervios, cometió infracciones tontas que lo arrinconaron en su terreno y a los ocho minutos tuvo otro try en contra, fruto del scrum, en el que Fiyi mostró neta superioridad.

Recién a los 14 minutos los celestes pudieron hacer pie. Juan Manuel Gaminara tomó la posta y forzó un penal a favor para tomar aire. El line se convirtió en la plataforma desde la que Uruguay pudo proponer y generar daño a los isleños. Así vino una nueva infracción, que Alejo Durán aprovechó y desde larga distancia sumó los primeros tres puntos de Uruguay, justo cuando Ormaechea cumplió su sanción.

Con el reingreso del Colo, los Teros encontraron su mejor juego. El medio uruguayo explotó espacios en la defensa rival e hizo correr a Santiago Gibernau, cuidó bien la pelota, se acumularon tres fases y a diez metros del ingoal, Ormaechea corrió la base y generó el espacio para que Carlos Arboleya llegara al festejadísimo primer try uruguayo en el Mundial. El partido se puso 12-10 y la esperanza revivía como nunca.

Uruguay emparejó el uno a uno, con el clima y la cancha mojada como principales aliados, ya que frenó las pretensiones de juego veloz de los isleños. Entonces, Fiyi recurrió al arma menos pensada: el scrum. Esa formación fue un verdadero calvario para los celestes, que generaron infracciones que los obligaron a jugar en su campo todo el primer tiempo. Encima, al minuto 27 llegó un nuevo try penal desde el scrum y Fiyi quedó arriba 19-10.

Si bien a los 33 minutos Uruguay tuvo una nueva chance de sumar puntos, con un penal que Ormaechea no pudo aprovechar, sobre el cierre, Fiyi logró hilvanar una jugada de pases y carreras que inició Nemani Nadolo, el wing de 125 kilos, que dejó el try para Leone Nakarawa, que puso las cosas 26-10, resultado con el que terminó el primer tiempo.

Otra cara

Los primeros 20 minutos del segundo tiempo fueron los mejores de Uruguay en el partido y quizá en todo el Mundial. El equipo de Pablo Lemoine mejoró en el scrum, tackleó con firmeza, no involucró jugadores en el ruck, no dejó espacios e hizo menos infracciones. Fiyi se vio obligado a patear la pelota, sin ideas. Eso fue todo un logro para los Teros, porque de la defensa vino el segundo try, conquistado por Agustín Ormaechea. La jugada se inició con una buena presión que provocó malos pases de Fiyi, y Rodrigo Silva se llevó la pelota con el pie, corriendo muchos metros hasta que lo frenaron muy cerca del ingoal, donde el Colo pudo levantar la pelota y apoyar contra la bandera. Así las cosas, quedaron 26-15, con la sensación de que no es imposible.

A partir de ese momento, Fiyi tomó protagonismo y, una vez más, desde el scrum vino la reacción. Generó una nueva infracción que llevó a Uruguay a su campo, y tras acumular fases, apoyó el quinto try a los 24 minutos, para dejar el partido 33-15.

Desde la salida, Fiyi mostró su potencia y velocidad. Con tackles errados de primera fase, los isleños corrieron toda la cancha para una nueva conquista: 40-15, pero lo peor fue la segunda amarilla a Ormaechea, que lo dejó fuera del partido y posiblemente del cierre contra Inglaterra el sábado. La peor baja posible para Uruguay.

A partir de entonces el partido fue impreciso, entreverado, aunque -increíblemente- Uruguay se vio más sólido. Sin su conductor, los Teros sacaron todo su amor propio para recuperar la pelota, cuidarla y animarse a jugar. Es justo decir que no generaron chances de try, pero con uno menos, emparejaron las acciones y dejaron a Fiyi pasivo, sumido a la defensa.

Sin embargo, como ya es costumbre, en la última jugada del partido los isleños llegaron al try. Los jugadores celestes mostraron un cansancio importante, fruto de la exigencia en el contacto, las coberturas para cerrar espacios, el estado del campo de juego y el hecho de jugar durante casi 20 minutos con un hombre menos.

El resultado final fue 47-15. En la previa, quizá, se esperaba un resultado así, pero nunca de la manera en que se desarrolló el encuentro, porque, contrariamente a lo que se podía esperar, el scrum fue la principal arma de Fiyi. A partir de ese momento recuperó la pelota, creció en el juego, generó infracciones y hasta sumó puntos.

Uruguay pudo frenar durante largos intervalos el poderío ofensivo de los fiyianos voladores, no recibió tries de maul -el gran debe frente a Australia y Gales-, impuso su estilo de juego por momentos y marcó dos tries.

El saldo que queda tras esta tercera presentación es positivo. La entrega y el sacrificio estuvieron, y a eso los celestes le sumaron buen juego y sistema defensivo. De acá al sábado deben recuperar energías para el partido contra Inglaterra, que será el cierre de la actuación de los Teros en el Mundial.