Hace cinco años quienes consideraban que el cambio climático no era consecuencia de la acción humana, los llamados “escépticos”, ocupaban un lugar marginal en la agenda pública, pero últimamente muchas figuras relevantes de la política mundial adhirieron públicamente a esta teoría, como el futuro canciller de Brasil, Ernesto Araújo, quien considera que el cambio climático es un “complot marxista” que forma parte de una ideología “antihumana y anticristiana”. “Tenemos que dejar de preocuparnos por inventos y empezar a prepararnos para las verdaderas amenazas para el medioambiente, como la plaga de langostas que el Señor va a enviarnos si no combatimos la epidemia de sodomía entre hombres que afecta al mundo”, declaró Araújo. El domingo, algunas organizaciones ambientalistas denunciaron que el incontrolable avance de las posturas “negacionistas” quedó en evidencia el fin de semana en Buenos Aires, cuando se reunió una asociación de gente que no cree en el cambio climático. “Es un grupo integrado por personas muy importantes, llamado G20. Algunas de ellas, como Donald Trump, lo dicen abiertamente. Otros tienen más dudas, pero tenemos la sospecha de que Trump los está convenciendo a todos de a poco”, declaró un militante ambientalista. “De hecho, este grupo está integrado por los 20 líderes más importantes del planeta. Desgraciadamente, como casi todos ellos son casi subnormales, la situación es muy peligrosa”.