Buenos días. Les comentamos algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria. Hasta que Marcelo Pereira regrese de su licencia, los apuntes del día estarán a cargo de un grupo de compañeros de la redacción.
¿Qué estaba haciendo Isaac Alfie en Washington? Su presencia en el juicio de la minera Aratirí contra el Estado uruguayo acaparó la conversación política durante el fin de semana. Anoche conseguimos comunicarnos con él para aclarar de qué forma el ex ministro de Economía (durante el gobierno de Jorge Batlle) y futuro director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto está involucrado en una demanda que podría costarle carísimo al país.
El “caso Alfie”, en todo caso, desvió la atención del anteproyecto de ley de urgente consideración (LUC) que el miércoles divulgó el próximo presidente, Luis Lacalle Pou. El tema nos viene ocupando desde entonces, y aquí pueden ver lo que publicábamos sobre la historia de las leyes ómnibus en Uruguay, una entrevista con Mario Layera, el director nacional de Policía, sobre los nudos del capítulo de seguridad de la LUC y nuestro editorial, en el que nos preguntamos qué habría pasado si la letra del proyecto hubiera circulado durante la campaña electoral.
En la edición de hoy, continuamos avanzando sobre la LUC. Por un lado, aparecen nuevas “sorpresas” dentro del largo texto: ahora no se obligará a los colonos a residir en los terrenos que el Instituto de Colonización les otorgue para explotar, en contra del espíritu con el que se creó la institución durante el segundo auge del batllismo. Además, publicamos dos análisis sobre el anteproyecto: una opinión sobre su carácter general y una aproximación al nuevo paradigma de la seguridad en espectáculos deportivos, que volverá a recaer sobre la Policía, aunque todavía no se aclara quién le pagará.
El espíritu de la LUC sobre la vigilancia en las canchas responde a la visión de Sebastián Bauzá, ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y futuro secretario nacional de Deportes. Es justamente el deseo de Bauzá de ocupar ese cargo y no candidatearse a la Intendencia de Montevideo (IM) lo que ha colocado a la “coalición multicolor” en un problema del que no termina de salir. Tras la negativa de Bauzá, que lograba el consenso en la mayoría de los coaligados, el jueves Guido Manini Ríos se postuló como candidato de la coalición, lo que generó reacciones adversas de los socios en el futuro gobierno. Ayer el Partido Colorado (PC), cuyos dirigentes habían sido los más locuaces sobre esto, rechazó formalmente la posibilidad de que Manini sea un candidato común. El propio Lacalle Pou, que se había mantenido razonablemente alejado de la interna departamental montevideana, debió pronunciarse para reforzar la idea de que sólo presentándose unidos los coaligados en el gobierno nacional tienen una oportunidad de ganar la intendencia de la capital.
Lacalle también tuvo que opinar sobre una de las consecuencias más complicadas (a corto plazo) de los movimientos que desató Manini: la posible postulación de Ernesto Talvi a la IM. Como se sabe, el líder del PC ha sido designado ministro de Relaciones Exteriores, y su dedicación a la campaña electoral no sería lo más deseable para los primeros meses del próximo gobierno. A ese problema con Talvi habría que sumarle el que podría presentar Alfie, y lo que ambos sumados pueden representar para la relación entre Lacalle y el PC, su socio principal en el gobierno.
El “caso Alfie”, además, despierta asociaciones con la crisis de 2002. Yendo a un pasado más remoto, les comentamos que una de nuestras notas más leídas durante el fin de semana trata sobre un dinosaurio gigante que habitó el territorio uruguayo hace 150 millones de años.
Hasta mañana.