Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La cantidad diaria de casos nuevos de covid-19 ha aumentado, y si bien esto era en parte previsible por la reanudación de actividades, hay a la vez un abandono de precauciones. Hace falta un diagnóstico fino, basado en evidencias y no en opiniones, para identificar y corregir lo que está fallando.

Los problemas no son los mismos en todas partes y las soluciones tampoco. Ayer se reunió el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales de Montevideo, y el intercambio en su seno, que se prolongó durante una conferencia de prensa, reafirmó que tirar al bulto puede ser tan ineficiente como injusto.

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, expresó que el aumento de contactos y contagios se vincula, en los últimos tiempos, con la movilidad social excesiva de los jóvenes. La intendenta electa Carolina Cosse acotó que no se trata de “los jóvenes” en general, sino quizá de “las personas que van a determinadas fiestas”.

Cosse indicó que la precisión es necesaria para identificar a quiénes hay que dirigir mensajes para que modifiquen su conducta, y a la vez tener claro para qué tipo de actividades hay que ajustar protocolos y reforzar las inspecciones. Agreguemos que esto también tiene que ver con los procedimientos policiales, para evitar que se actúe en forma excesiva contra jóvenes que no están haciendo nada muy peligroso en una plaza, pero que se haga la vista gorda cuando otras personas, de cualquier edad, se comportan en otros lugares de un modo muy inconveniente.

La atención a los detalles abarca, por supuesto, el uso del lenguaje, y en este sentido es muy interesante registrar que las autoridades ya no hablan sólo de “libertad responsable”, sino también de “libertad solidaria” y de “convivencia solidaria”. Son matices que modifican el mensaje, sin tanto énfasis en la conducta individual y dándole mayor peso a lo colectivo.

En la discusión del proyecto de presupuesto hay, asimismo, detalles que exigen gran precisión. Un ejemplo es la discusión en curso sobre cuándo y cómo se producirá la recuperación del salario real que los trabajadores del sector público van a perder el año que viene. La elección de las palabras tampoco es menor en este terreno.

Cuando el oficialismo habla de “recuperación”, se refiere a que el poder de compra de los salarios caiga durante un período y luego vuelva a su nivel anterior. Pero si a los trabajadores no se les va a devolver lo que se les quitará durante ese período, es falso que “no habrá pérdida de salario real en el quinquenio”.

Otros debates sobre presupuesto tienen que ver con controles detallados. El proyecto original le permitía al Poder Ejecutivo frenar la ejecución de partidas cuando considerara que estaba en peligro el cumplimiento de sus metas fiscales (que, según muchos expertos, son excesivamente optimistas). En Diputados se acordó que esa potestad no afectara los recursos previstos para la ANEP, la Universidad de la República y el Poder Judicial.

Ahora el Ministerio de Economía plantea que el Senado elimine esas excepciones, y lo que está en juego es transferirle al Ejecutivo potestades que, según la Constitución, le corresponden al Parlamento.

Hasta mañana.