Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El diputado sanguinettista Germán Cardoso compareció ayer, como denunciado, ante la comisión investigadora parlamentaria sobre su gestión en el Ministerio de Turismo (Mintur). Presentó un relato que tiene pocos puntos de contacto con la evidencia disponible, y parece decidido a huir hacia adelante.
El exjerarca se presentó como víctima de una campaña de “infamias constantes” por parte de legisladores del Frente Amplio (FA), pero aseguró que “no hay evidencia de nada” y que “en los expedientes” se puede comprobar que no se apartó “del marco regulatorio del Estado”.
Cabe recordar que no lo denunció el FA, sino el también colorado Martín Pérez Banchero, que era director nacional de Turismo. Ante esto, Cardoso le mostró algún expediente al presidente Luis Lacalle Pou, pero rápidamente se supo que había omitido referirse a otros actos irregulares, y tuvo que renunciar. Él dice que lo hizo para evitarle daños al gobierno y al Partido Colorado, y no queda claro qué daños podía causar una actuación que reivindica como impecable.
Con el paso de las semanas han ido apareciendo, en la prensa y en la investigadora, evidencias e indicios de hechos aún más graves, pero Cardoso no se da por aludido. Afirmó que es víctima de represalias por haber cortado “privilegios” en el ministerio, sin decir los de quiénes, y no fue posible lograr que lo explicara porque se negó a contestar preguntas.
La distancia entre el alegato del exministro y los hechos investigados queda de manifiesto si se repasa el episodio que más desafía la capacidad de asombro. Cardoso intentó pagar por adelantado 280.000 dólares a la empresa Kirma Services para que intermediara en la difusión de publicidad mediante internet, dirigida al mercado interno por las restricciones de la emergencia sanitaria.
Kirma, con domicilio en Estonia y propiedad de un chipriota, tiene como único antecedente en la región haber figurado como encargada de parte de la difusión de un sitio de apuestas en internet que opera desde Paraguay. Ese sitio es propiedad de Elbio Rodríguez, amigo de Cardoso desde que ambos eran adolescentes, quien trasladó el negocio a Paraguay para aprovechar beneficios tributarios y porque las regulaciones en Uruguay no le permitían trabajar como más le conviene.
Rodríguez dijo a la comisión que actuó como colaborador honorario de Cardoso en el Mintur, y reconoció qué el le presentó a la agencia de publicidad Young & Rubicam, que trabaja con el ministerio, la propuesta de contratar los servicios de Kirma, para iniciar un vínculo que pudiera ser lucrativo, pero que actuó así sin que Cardoso lo supiera.
Ahora el exministro niega que Rodríguez haya sido su colaborador, y sostiene que lo de Kirma fue un “tema de privados”. En otras palabras, alega que la agencia no aceptó a Kirma porque la respaldara un colaborador del ministro (y también su adscripto Daniel Reta, otro amigo), sino debido a los buenos oficios de alguien que, sin tener nada que ver con el Mintur, la convenció de que esa ignota firma era lo que el Mintur necesitaba.
Cardoso huye hacia adelante, pero adelante lo espera un proceso judicial, debido a denuncias que ya fueron presentadas. Veremos cómo le va.
Hasta mañana.