Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El movimiento Un Solo Uruguay (USU) volvió a realizar ayer un acto en el predio de la Sociedad Rural de Durazno, cinco años después del que marcó su entrada en el escenario social y político. La proclama confirmó a la vez características, tensiones internas e incertidumbres.
Ya en 2018 USU mostró fuertes vínculos con los sectores políticos que en aquel momento eran opositores al gobierno del Frente Amplio (FA) y hoy son oficialistas. Fue el espacio social para presentar una plataforma de reclamos articulada en torno a los de buena parte de los productores rurales, pero que buscaba incorporar también intereses de sectores cuyas actividades están vinculadas con estos, como las de comerciantes, transportistas y algunos profesionales.
Estos reclamos se fundaban, como los de las grandes gremiales tradicionales agropecuarias, en la narrativa sobre un “país productivo”, generador de la riqueza del país fuera de Montevideo y menospreciado por un Estado centralista, que le extrae, mediante tributos y tarifas, dinero en exceso para costear sus gastos.
Por supuesto, planteaban además que tales características del Estado habían sido exacerbadas por el FA, y en este sentido se ligaban con el relato sobre despilfarros y gasto social desencaminado que asumió la “coalición multicolor”, pero a la vez proponían a USU como un actor social mucho menos integrado a las estructuras de poder político que, por ejemplo, la Asociación Rural.
Sin embargo, también desde el comienzo fueron notorios los vínculos con el movimiento “autoconvocado” de algunos dirigentes partidarios, que a la vez competían y todavía compiten entre sí por perfilarse como los más fieles representantes de las demandas de USU.
Los hay del Partido Nacional, de Cabildo Abierto e incluso del Partido Colorado, y algunas polémicas internas del actual oficialismo son la expresión pública de esa puja, en la que los cabildantes operan con la ventaja, relativa pero ventaja al fin, que les confiere la opción por mantener cierta distancia con las decisiones del gobierno nacional que integran.
Desde que Luis Lacalle Pou asumió la presidencia, USU mantiene un perfil más bajo, pero varios de sus portavoces han expresado que están insatisfechos e incluso defraudados, sin embargo, ayer no hubo juicios generales en la proclama, que tuvo como eje principal el reclamo de diversas medidas de apoyo a los productores afectados por la sequía. Esto implica probablemente la opción por un tema que no divide, como seguramente lo habrían hecho referencias, por ejemplo, al proyecto de ley forestal impulsado por CA y vetado por Lacalle Pou. De todos modos, sí hubo críticas al acuerdo con UPM.
Lo más llamativo fue que no haya ocupado un lugar preponderante el destaque de la participación de candidatos de USU en la elección de representantes sociales para el directorio del Banco de Previsión Social, que llevó a la elección de José Pereyra tras derrotar a la lista tradicional de las grandes cámaras. Esto implica el pasaje a una posición institucional nueva para el movimiento, y es posible que también haya una discusión interna no resuelta sobre el tipo de planteamientos que se impulsarán desde ella.
Hasta mañana.