Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Hace casi ocho meses que el presidente Luis Lacalle Pou anunció la perspectiva de un tratado de libre comercio con China, pero desde entonces no hay noticia de avances relevantes en ese terreno. Hace casi cinco meses el canciller Francisco Bustillo informó que en marzo de este año comenzarían negociaciones apuntando al mismo objetivo con Turquía, y esto ha ocurrido, pero trajo consigo complicaciones de importancia.

El sábado se inauguró una embajada de Turquía en nuestro país con la presencia del ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlüt Çavuşoğlu. La fecha elegida no era la más propicia, ya que al día siguiente (ayer) se conmemoraba un nuevo aniversario del comienzo del genocidio armenio en 1915, que llevó adelante el gobierno de los llamados Jóvenes Turcos en el entonces Imperio Otomano.

En 1965 Uruguay fue el primer país en reconocer ese genocidio, negado por el actual gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, que además apoyó a Azerbaiyán en su conflicto armado con Armenia, de setiembre a noviembre de 2020.

Como era previsible, mientras Çavuşoğlu se reunía con Bustillo integrantes de la numerosa colectividad armenia en Uruguay realizaron una movilización callejera de protesta, y cuando el canciller turco se retiraba lo increparon duramente. El alto funcionario extranjero no tuvo mejor idea que provocarlos haciendo con su mano derecha el gesto que identifica a los Lobos Grises, una organización paramilitar ultraderechista creada en Turquía, que ha realizado en ese país y en varios más, entre otros actos de violencia, ataques contra personas de origen armenio. Francia ilegalizó al grupo en 2020, y el Parlamento de la Unión Europea (UE) pidió el año pasado que fuera considerado una organización terrorista en todo el bloque.

Ya sabíamos, por el intento en curso con China, que el Poder Ejecutivo no guía su política comercial por consideraciones acerca del respeto por la democracia y los derechos humanos en los eventuales socios, pero cabe señalar que, durante las dos décadas que Erdogan lleva como figura central de la política turca, ese país ha acumulado una notoria cantidad de cuestionamientos, que complican mucho sus esfuerzos por convertirse en un miembro pleno de la UE.

Estos cuestionamientos se refieren, entre otras cosas, a la orientación autoritaria del gobierno, la censura de medios de comunicación tradicionales y redes sociales, la corrupción, la cercanía con grupos fundamentalistas islámicos violentos, su manejo del conflicto en el Kurdistán y situaciones muy preocupantes en lo referido a los derechos de las mujeres (el año pasado el Estado turco se retiró de la convención europea contra la violencia hacia las mujeres y la violencia doméstica) y a la diversidad sexual.

La provocación de Çavuşoğlu fue condenada por dirigentes oficialistas y opositores. Lacalle Pou dijo ayer que fue un hecho “lamentable” y que la colectividad armenia en Uruguay está dolida con razón. Bustillo convocó al embajador de Turquía, Hüseyin Müftüoğlu, para discutir hoy el incidente. Se podría decir que las negociaciones comerciales comenzaron con el pie izquierdo, pero fue más bien una metida de pata derechista.

Hasta mañana.