Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El presidente Luis Lacalle Pou ejerció ayer una inusual presión pública sobre los legisladores oficialistas reacios a votar la propuesta de derogación total de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), enviada al Parlamento por el Poder Ejecutivo en el proyecto de Rendición de Cuentas.

La Cámara Uruguaya de Televisión para Abonados (CUTA), que reúne a los operadores fuera de Montevideo, festejaba sus 26 años, y Lacalle Pou, que cumplía 23 más, se hizo presente, fue agasajado con una torta de cumpleaños y aprovechó para referirse a las disidencias dentro de la coalición de gobierno.

El presidente dijo que el Poder Legislativo “está en todo su derecho” si no aprueba la derogación de la ley SCA, pero que su “posición personal, hablada con miembros del gobierno”, es que en la Cámara de Representantes se debe proceder a la votación de los artículos, para “establecer claramente” la posición de cada diputado.

Obviamente, Lacalle Pou sabe bien qué legisladores se rehúsan a respaldar su propuesta, y si en algún caso lo ignora, poco le costaría averiguarlo. El motivo del mensaje público no puede ser la curiosidad, y más bien parece que su idea es que los dueños de grandes medios de comunicación, mucho más poderosos que los que integran la CUTA, tengan claro quienes se oponen a la derogación total que reclaman, en vez de atenerse a los términos, no escritos pero evidentes, de una alianza centenaria.

Desde los años 20 del siglo XX, cuando gobiernos del Partido Colorado comenzaron a adjudicar el uso de frecuencias de radio, seleccionaron a personas con las que tenían vínculos de confianza política, y esto tuvo consecuencias durante décadas debido a la incidencia de los medios de comunicación en la opinión pública.

A fines de los 50 y comienzos de los 60, nacionalistas y colorados aplicaron el mismo criterio cuando empezaron a emitir los canales privados de televisión. A comienzos de los 90, el entonces presidente Luis Alberto Lacalle Herrera hizo lo propio con la adjudicación de servicios de televisión por cable. Su hijo se esfuerza por atender las demandas de los propietarios de medios de comunicación masivos y también los ha favorecido con varias iniciativas no demandadas en voz alta.

Lacalle Pou envió al Parlamento, poco después de asumir la presidencia, un proyecto de nueva ley SCA, que hasta ahora ni siquiera ha sido aprobado en su primer destino, la Comisión de Industria de Diputados. Ahora propone, en el proyecto de Rendición de Cuentas, eliminar la norma vigente y restaurar otras establecidas durante la dictadura, pese a lo cual el ministro de Industria, Omar Paganini, sostiene que la derogación apunta a asegurar “la independencia de los medios y la libertad de expresión”.

Por distintos motivos, Cabildo Abierto y el sector colorado Ciudadanos rechazan esa iniciativa, y el voto negativo de cualquiera de los dos basta para que el resto del oficialismo quede en minoría. Lo llamativo es que tanto Cabildo como Ciudadanos están de acuerdo con habilitar a los cableros para brindar servicios de internet, que es la principal reivindicación de la CUTA, a la que Lacalle Pou pone por delante para defender otros intereses.

Hasta el lunes.