Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El Frente Amplio (FA) aprobó un plan de formación de militantes, que comenzará con algunas actividades este año y se prevé desarrollar durante 2023. Es una buena noticia, como lo es que el Partido Colorado (PC) esté realizando durante este mes, con apoyo del Instituto Batlle y Ordóñez y la fundación alemana Friedrich Naumann, un curso de formación política abierto al público.

Para el FA, esto implica además superar un largo período en el que no fue posible lograr acuerdos sobre contenidos y responsables de actividades formativas para cualquier frenteamplista, por diferencias entre sectores, pero ahora pesó más la conciencia colectiva de una necesidad.

Durante varias décadas se ha menospreciado la militancia política, presentándola como una matriz cultural que produce personas fanatizadas, rígidas, desconectadas de las mayorías e incluso ridículas. Estos cuestionamientos, nada inocentes, tuvieron puntos de apoyo en ciertas formas de concebir y practicar la militancia, que no son las únicas ni resultan inevitables.

Hay que decirlo en forma simple y cruda: cuando las organizaciones políticas no dedican esfuerzos a la formación de sus integrantes, debilitan su democracia interna y consolidan el predominio de una élite de dirigentes, que pueden llegar a la cima con muy escasa representatividad. Así se deteriora también la calidad de la democracia en el país, y a eso conduce, con intención o sin ella, el desprestigio de la participación política militante.

Esto no significa, por supuesto, que cualquier orientación de la formación política brindada por los partidos sea conveniente para la sociedad. Algunas ni siquiera les convienen a los propios partidos. Por ejemplo, las que apuntan hacia dentro, y ante todo capacitan a los militantes para manejar los códigos, la jerga y las doctrinas de la organización, en vez de darles recursos para que se relacionen con quienes no la integran, entiendan sus necesidades y demandas, y contribuyan a organizarlas con sentido político.

También hay desafíos contemporáneos vinculados con la metodología y las modalidades de la formación. Quedaron atrás los tiempos en que los partidos eran la vía fundamental de acceso a información política para mucha gente. Sabemos que hay procedimientos que refuerzan las relaciones de dominación y la competencia, mientras que otros estimulan la libertad y la cooperación. Los cambios tecnológicos y sociales han establecido nuevas formas de vinculación entre las personas, y es muy importante considerar con cuidado a cuáles y en qué medida es conveniente o necesario adecuarse.

El PC apela a un formato tradicional de charlas y conferencias, con asistencia presencial y posibilidad de conexión mediante internet para quienes viven fuera de Montevideo. Los planes del FA incluyen talleres presenciales en distintos departamentos y la creación de una plataforma virtual que permita, entre otras cosas, acceder a exposiciones, realizar aportes e intercambiar con otras personas. Seguramente hay muchas otras posibilidades, y sobre la marcha se puede aprender a aprender cada vez mejor. Lo primero es asumir la necesidad y la tarea.

Hasta el lunes.