Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Un nuevo llamado a sala frenteamplista al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, terminó en la mañana de ayer con resultados notoriamente desprolijos.
Los representantes de los partidos Nacional, Colorado e Independiente quisieron aprobar una moción en la que expresaban “su total y absoluto respaldo a lo expresado y actuado” por Heber, y declaraban “plenamente satisfactorias sus respuestas”, pero la bancada de Cabildo Abierto (CA) tenía otros planes.
Los legisladores del partido conducido por Guido Manini Ríos presentaron un texto propio, con críticas a la gestión anterior del Frente Amplio (FA) pero también a la de Heber, para reafirmar la tesis de que su orientación política no es la del FA pero tampoco la del resto del oficialismo.
El FA pidió que se votaran por separado los dos bloques de cuestionamientos, y CA lo aceptó. Cabía, teóricamente, la posibilidad de que la moción cabildante terminara siendo aprobada en su totalidad, con apoyo frenteamplista en una parte y de toda la coalición de gobierno en otra, pero los socios de Cabildo no estaban dispuestos a cederle el centro del escenario político, y el resultado fue que sólo se votaron en forma afirmativa, con respaldo del FA, los párrafos contra el desempeño del ministro.
Esto no significa, como todos sabían cuando se votó, que CA esté dispuesto a aprobar la censura a Heber planteada por el FA, iniciando un complejo proceso previsto en los artículos 147 y 148 de la Constitución, que puede terminar con una convocatoria anticipada a elecciones parlamentarias y que nunca ha estado ni cerca de desarrollarse en Uruguay.
Tampoco significa que la coalición de gobierno haya llegado a su fin, sino simplemente que su cohesión interna sigue disminuyendo a medida que se acercan las elecciones nacionales. De todos modos, corresponde señalar que resulta sorprendente el modo en que los cabildantes, sin ningún legislador con experiencia previa a este período de gobierno y –la verdad sea dicha– también sin ninguno que haya dado muestras en estos años de ser muy brillante en la tarea, lograron llevar a todo el resto de la bancada oficialista por el camino que les pareció conveniente, sin que nadie hallara el modo de contrarrestar la maniobra.
Por último, pero no con menor importancia, es preciso destacar que la moción aprobada resulta insólita desde el punto de vista institucional, porque afirma que Heber “no viene logrando cumplir los compromisos fundamentales en materia de seguridad que presentó la coalición de gobierno a la ciudadanía en su documento ‘Compromiso por el País’”. Esto puede ser pertinente en una declaración partidaria, pero no lo es en un pronunciamiento de la Cámara, que no tiene por qué evaluar si se cumplió o no con aquel acuerdo entre partidos realizado entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones de 2019. Y el colmo es que este pronunciamiento fue aprobado con votos del FA, que por supuesto no fue parte de la alianza forjada en su contra.
Quedó confirmado, en todo caso, que Heber ya no está en condiciones políticas de afrontar una de las áreas en las que los problemas del actual gobierno son mayores, pero esto se sabía de antemano.
Hasta el lunes.