Los militantes del Partido Comunista del Uruguay (PCU), en silencio, se turnaron para sostener las 21 banderas del partido, la de Artigas y el pabellón nacional, frente a la amplia sonrisa de Amelia Sanjurjo, perpetuada en una foto que durante años estuvo en blanco y negro y que ahora se ve a color en la fachada de la Universidad de la República.

Se reparten rosas rojas para Amelia y una fila constante sube las escalinatas de la universidad para dejarlas sobre el féretro, desde las 9.30 de este jueves, cuando comenzó el homenaje organizado por la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. A un año del hallazgo de los restos óseos de la militante del PCU, que fue secuestrada y desaparecida en 1977 y posteriormente identificada, el 28 de mayo de este año, centenares de personas tuvieron la posibilidad de despedirla.

Homenaje a Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en la Universidad de la República.

Homenaje a Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en la Universidad de la República.

Foto: Ernesto Ryan

“Hoy fui al supermercado de acá a la vuelta y un loco me preguntó: ¿vos creés que esto es justicia? Yo no creo que esto sea justicia y tampoco es verdad. Sigue habiendo mentira, sigue habiendo más de 100 desaparecidos, sigue siendo todo muy triste”, dijo en diálogo con la diaria Leandro Castaño, integrante del gremio estudiantil del liceo Miranda. “Amelia cuando desapareció estaba embarazada, ¿dónde está su hijo? ¿Nació o murió con ella?”, cuestionó.

“Hay pila de gente que porque en la familia no se habla de esto y nunca lo dan en el liceo nunca se entera de que hubo una dictadura cívico-militar en el país. Me parece que estaría genial que hubiera mucha más información para los jóvenes, porque el que no conoce su historia está condenado a repetirla”, reflexionó, por su parte, Joaquín Amarelo, integrante del gremio estudiantil.

Para Natalia Díaz, parte de la Unión de la Juventud Comunista, es “muy movilizador estar acompañando a la familia de Amelia y a todo el pueblo uruguayo en este momento con un poco de verdad, pero sabiendo que aún falta mucho también”. Puntualmente, la joven consideró que lo que falta es voluntad política para encontrar a los que faltan y, “obviamente, que los que saben hablen”.

Homenaje a Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en la Universidad de la República.

Homenaje a Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en la Universidad de la República.

Foto: Ernesto Ryan

La despedida de la familia

“Hoy la tía Pocha vuelve a nosotros y nosotras”, comienza diciendo el mensaje que los familiares de Sanjurjo enviaron desde el exterior y que leyó la integrante de Madres y Familiares Laura Boiani sobre el final del acto, antes de que comenzara la procesión rumbo al cementerio de La Teja, a las 14.30, donde se sepultaron sus restos.

La familia recordó la lucha de Francisco y Carmen, padre y hermana de Amelia, que “dieron hasta el último segundo de sus vidas en su búsqueda, golpeando las puertas de cada cuartel, preguntando dónde está Amelia”. “Luchadores incansables, se fueron sin tener una respuesta, sin poder conocer la verdad”, lamentaron.

En la carta, describen a Amelia como una “mujer valiente que murió defendiendo una causa”, “solidaria y sencilla, cobijada y amada por su querido barrio Colón”. La recuerdan “dulce, cálida, distraída pero de gran temple, paciente y tozuda”. “Dedicó su vida entera a la militancia y fue consecuente con ella hasta el final. Amelia nunca rehuyó a sus responsabilidades”, destacaron, y agregaron: “Entregó su vida por lo que ella más quería: su partido”.

“La dictadura se ensañó con ella como hizo con tantos otros y otras, haciéndole pagar muy alto [precio por] el simple y valiente hecho de soñar con un mundo diferente, más justo y solidario”, finalizaron.

Foto del artículo 'El adiós a Amelia Sanjurjo, la “mujer valiente que murió defendiendo una causa”'

Foto: Ernesto Ryan

“Siguen secuestrados en todos los silencios cómplices”

Por su parte, desde Madres y Familiares destacaron que “Amelia, hoy y siempre, estará presente con nosotros, viva en nuestra memoria”, pero recordaron que “siguen faltando compañeros y compañeras”. “Porque nuestros familiares siguen secuestrados en todos los silencios cómplices, porque el tiempo pasa inexorable, exigimos respuestas. No estamos dispuestos a que nuestros compañeros se sigan yendo sin saber qué pasó con sus seres queridos”, manifestaron.

Ignacio Errandonea, integrante de la asociación, expresó que la ocasión le produce emociones “contradictorias”: por un lado, la alegría de haberla hallado, y por otro “el dolor de enfrentar a un ser querido que está muerto”.

“Más tarde o más temprano, así como encontramos a Amelia, los vamos a encontrar a todos, [lo] que sería mucho más fácil si hubiera una orden desde el poder político para que los militares proporcionaran toda la información”, planteó Errandonea, hermano del detenido desaparecido Juan Pablo Errandonea. Al respecto, agregó que más allá de las declaraciones de apoyo a la búsqueda de los detenidos desaparecidos provenientes del gobierno, aún faltan muestras de “compromiso” para exigirles a los militares “toda la verdad”.

Foto del artículo 'El adiós a Amelia Sanjurjo, la “mujer valiente que murió defendiendo una causa”'

Foto: Ernesto Ryan

Sobre el hecho de que el cuerpo de Sanjurjo se encontró cerca de donde fueron hallados los restos de Ricardo Blanco y Julio Castro, en el Batallón 14, Errandonea consideró que es la prueba de que los detenidos desaparecidos están enterrados en los cuarteles. “No podemos sacar conclusiones porque los hallazgos han sido muy pocos y no hay patrones que sean claros como para poderlos seguir, pero lo que es indudable es que nuestros familiares están en predios militares”, afirmó.

Amelia estuvo “doblemente secuestrada”

Por su parte, Juan Castillo, secretario general del PCU, también consideró que no es suficiente que el gobierno diga que está comprometido con seguir buscando a los desaparecidos, sino que hay que “buscar los mecanismos para que efectivamente se pueda incrementar la asignación de más recursos”.

No obstante, señaló que “hay presiones, impedimentos o trabas que se colocan para que todavía, casi 50 años después, tengamos que seguir buscando restos”. En ese sentido, indicó que “hay varios testimonios, hay varias cuestiones que pueden conducir a conocer más detalles. Insisto con que todavía los que participaron en estas atrocidades directamente salgan y digan la verdad”.

Foto del artículo 'El adiós a Amelia Sanjurjo, la “mujer valiente que murió defendiendo una causa”'

Foto: Ernesto Ryan

El secretario general del PCU consideró que Sanjurjo estuvo “doblemente secuestrada”: primero, cuando la encarcelaron, y luego de que la encontraran, ya que “hubo que esperar un año para seguir haciendo pruebas científicas de distinto tipo para saber que eran sus restos”.

“Estos días reafirman que estamos en la línea correcta. Necesitamos más celeridad para que muchos familiares, muchos compañeros y amigos no se vayan sin conocer qué fue del destino de estos compañeros”, concluyó.

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en el cementerio de La Teja.

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio, en el cementerio de La Teja.

Foto: Mara Quintero

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio en el cementerio de La Teja.

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio en el cementerio de La Teja.

Foto: Mara Quintero

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio en el cementerio de La Teja.

Sepelio de Amelia Sanjurjo, el 6 de junio en el cementerio de La Teja.

Foto: Mara Quintero

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