Opinión

Es importante reconocer que no fue sólo la falta de lluvias la que trajo estos lodos. Hay decisiones políticas que, por acción o por omisión, adelantaron y agravaron la crisis.

El 6 de junio se abren las ofertas por la licitación del proyecto Neptuno/Arazatí; el plan parece ser que el agua salada en las canillas llegó para quedarse.

El presente año 2023 es emblemático para el recuerdo y la reafirmación democrática y la lucha por la libertad y vigencia plena de los derechos humanos.

No se construye futuro sin memoria; no fueron “hechos aislados” ni “algunos excesos”, fue una práctica sistemática de exterminio enmarcada en la Doctrina de la Seguridad Nacional.

Qué mejor defensa del patrimonio nacional y de una verdadera soberanía que proclamar bien fuerte el empeño por una sociedad que respete los derechos humanos y que siga la búsqueda de aquellos que no están.

¿Qué clase de sociedad podemos construir sobre la idea de que si cometes crímenes lo suficientemente graves y atroces, puedes obtener el perdón y el olvido colectivo? ¿Eso es lo que somos y la sociedad que queremos ser?

A partir de la caída del socialismo real, en algunas exrepúblicas del Pacto de Varsovia se instala el relato y las acciones políticas para equiparar los crímenes del nazismo con los del comunismo.

Los torturadores y asesinos no tienen perdón. Pero dada la hondura de sus crímenes, tampoco hay justicia posible.