Pero hay otro punto que me parece sumamente importante, e incluso más violento y peligroso que los anteriores: Álvarez hizo esto porque Orsi no quiere ir a su programa.
Las inversiones de las AFAP implican una intensificación de un tipo de producción que está de cierta forma subvencionada por el Estado y además por los aportes de trabajadores, que no tienen derecho a decidir en qué se usa su contribución.
El programa del Frente Amplio es por lejos el más contundente, haciendo esta vez, como nunca, honor a su historia y a la frase de Mariano Arana: “Una izquierda sin cultura no es izquierda”.
El propio candidato a presidente, Álvaro Delgado, en su spot de campaña y en su sitio web, ya considera la universalización como un logro del gobierno, cuando ni un metro de colector se ha instalado.
Producto de la desesperación, del enojo o de la preocupación por los sondeos de opinión pública se le oculta a la ciudadanía cuál es la verdadera cara de la “renovación”: la de la mentira.
Nos han enseñado a odiar todo lo público, a odiar Argentina, a despreciar todos nuestros logros, nuestra historia y lo que somos, pero todavía no consiguieron que el odio a la universidad prenda.
Violencia es también aceptar una candidatura siendo mujer, a sabiendas de que tarde o temprano llegará el mal rato, el comentario infeliz, la no disculpa.
El FA tiene una probabilidad de 84% de alcanzar los 16 senadores en 30, lo que le daría mayoría absoluta sin importar quién gane la presidencia, mientras que para la coalición esa probabilidad es de 1%.
El cierre del Sistema Nacional de Turismo Social es una decisión que va en contra de los principios de justicia social y equidad. Es un retroceso que nos aleja de los estándares internacionales en materia de turismo sostenible.