Rafael Radi, además de ser el presidente de la Academia Nacional de Ciencias y haber sido el coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) durante la peor etapa de la pandemia, es uno de los científicos más prestigiosos del país, y en reconocimiento a su trayectoria y al avance que significaron sus investigaciones fue que recibió este jueves el Gran Premio Nacional de Ciencias en su primera edición. En la sala Vaz Ferreira, el científico agradeció la condecoración, enfatizó en la necesidad del apoyo permanente a las ciencias básicas y resaltó que “la ciencia como derecho humano debe establecerse de forma mucho más importante”.

José Pedro Arcos, de la Academia de Medicina, tomó la palabra para enfatizar algunos de los logros científicos de Radi, y subrayó que fueron siempre en el marco de su trabajo en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar). Para ejemplificar el alcance de sus últimas investigaciones, Arcos trajo a colación el hecho de que Radi fue integrado como miembro extranjero a la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos: “Eso marca la trascendencia de la contribución que ha hecho”.

También tomó la palabra el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, quién resaltó la importancia de destacar a las personas que hacen ciencia, más allá de las instituciones o las políticas públicas que lo alientan. Sobre el premiado dijo que se lo reconoce “por sus logros como científico” y es una forma de decirle que “vemos lo que hace, que lo valoramos y que le estamos agradecidos, estamos felices de que sea uno de los nuestros”.

Al recibir el premio, Radi agradeció a las autoridades y valoró la voluntad de crear el Gran Premio Nacional de Ciencias. Agradeció también a sus colegas, su familia y a las instituciones de la Udelar en la que ha trabajado. El académico hizo un repaso por toda su trayectoria científica, que, según puntualizó, comenzó en 1988, tras crearse el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) y haber integrado la primera generación de doctorandos en Ciencias Biológicas.

“Ese recorrido se inició en aspectos muy básicos de la ciencia y a lo largo de la trayectoria me permitió conectar con otras áreas; a partir de los experimentos iniciales en la década del 90 empecé a incursionar en otras áreas”, explicó Radi, y mencionó una de las publicaciones que hizo en 1991 mientras realizaba una pasantía en el exterior. Afirmó que ese trabajo es considerado hoy un clásico, con alrededor de 2.400 citas a la fecha de investigadores internacionales.

En ese trabajo él y sus colegas hicieron un planteo de “nuevos procesos bioquímicos y metabólicos” y desarrollaron “una hipótesis estructurada y testeable a diferentes niveles, que propició el desarrollo de terapéuticas dirigidas a atenuar los efectos patogénicos de los mediadores y procesos sobre la función de células y tejidos en patologías inflamatorias, infecciosas, cardiovasculares degenerativas y el propio proceso de envejecimiento”, explicó.

Más adelante el científico resaltó el trabajo que realiza de forma sostenida con su equipo desde hace 30 años, que derivó en uno de los hallazgos más recientes relacionados a la covid-19. “Tener buenos fundamentos de ciencias básicas nos permitió empezar a abordar temas científicos en relación a la biología de la infección de SARS-Cov-2, que ha terminado con la reciente aceptación [de una investigación] sobre la estructura de la proteína spike y cómo se puede modificar para que eventualmente se impida la penetración de virus dentro de las células humanas”, detalló.

A nivel general, Radi señaló “la importancia de las ciencias básicas y la necesidad de su apoyo permanente. Realmente no hay atajos fáciles para construir un sistema sólido de ciencia y tecnología, excepto que se mantenga un apoyo recibido a la creación de la plataforma de ciencias básicas o ciencias fundamentales, sobre las que luego se establece la ciencia aplicada y la innovación”.

“Me alienta el premio, pero en clave de un apoyo sistémico al sistema de ciencia y tecnología, de retención y apoyo al talento joven, y de incluir de forma más intensa a la ciencia en un futuro posible para el país”, comentó.

Radi subrayó: “Hoy la ciencia tiene un carácter interdisciplinario, por eso el diálogo entre las disciplinas se hace cada vez más importante, y es también importante volver a resaltar el valor de la ciencia como actividad humana, civilizatoria y transformadora, que hace a la soberanía y a un desarrollo más justo y más humano en el país. Es un capital a proteger e impulsar”.