Los anuncios de recortes a distintos programas y áreas de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), dados a conocer tras la publicación de su Plan Operativo Anual para 2021, han generado distintas reacciones en el ecosistema científico, en el ámbito político y en algunos sectores de la sociedad. En este contexto, comenzó a circular una carta de estudiantes de posgrado del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba), dirigida a la opinión pública, que ya ha sido firmada por más de 230 futuras y futuros investigadores, tanto del programa como de de todos los posgrados nacionales.

“Frente al recorte estipulado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en su presupuesto queremos pronunciarnos como colectivo”, comienza diciendo el documento, que afirma que “uno de los objetivos de la ANII es invertir parte de su presupuesto en las becas de posgrado nacional”, lo que implica “invertir en el futuro, incrementando los recursos humanos altamente calificados del país”.

Un apoyo con impacto

Si bien la inversión del país en ciencia es bastante magra en comparación con la de los países desarrollados e incluso con la de vecinos de la región –se estima en 0,348% del producto interno bruto–, esto no implica que recortar un poco algo que ya es insuficiente no tenga impactos. Y menos aún en un área en que los indicadores eran más que positivos. Respecto de qué tan útiles eran los recursos destinados por la ANII a las becas de posgrado, la carta informa de los “resultados obtenidos de un informe de evaluación realizado por la propia ANII”, de noviembre de 2019.

En ese informe de la agencia, citan, se establece que “92% de los estudiantes becarios de ANII obtienen su título de posgrado” y también que quienes “no reciben apoyos (ya sea de ANII u otras fuentes) tienen una tasa de recibimiento 34% por debajo de los que sí la reciben”. También sostienen que “existe una correlación entre los estudiantes que recibieron apoyo (ANII y otras) en comparación con los que no tuvieron ningún apoyo y las publicaciones científicas”, lo que implica que “los estudiantes con beca de posgrado publican y generan mayor conocimiento para el país que aquellos que no logran acceder al apoyo”. Por último, indican que “94% de los becarios tiene otro trabajo remunerado”, e informan que “las becas no pagan aportes sociales y el valor de la misma no tiene ajustes desde el año 2017”, quedando congelada en pesos y perdiendo valor debido a la inflación. Es por esto que la carta afirma que “los estudiantes no pueden dedicarse exclusivamente a sus estudios de posgrado”.

También reseñan que entre 2007 y 2017 “hubo un aumento del 82% en el número de ingreso de estudiantes de posgrado”, pero que entre 2015 y 2019 las becas otorgadas para maestrías y doctorados fueron menos de “50% de las propuestas recomendadas para aprobar de acuerdo a su relevancia y calidad académica”. Dicho de otra manera: hay más demanda de formación en posgrados –algo deseable ya que el país necesita más investigadores y está rezagado en cuanto a la cantidad de personas dedicadas a la ciencia en comparación con otros países–, pero en la inversión no ha habido un incremento acorde para satisfacer esa demanda. “Este escenario se viene sosteniendo desde hace varios años y la comunidad científica de nuestro país ha reclamado en múltiples espacios formales la necesidad de un incremento en el presupuesto para la ciencia”, dicen los estudiantes de posgrado del Pedeciba, indicando que pese a los “esfuerzos por transmitir el gran valor de la inversión en ciencia, no se ha concretado ningún incremento”.

Un recorte dañino

En la carta pasan luego a evaluar las consecuencias de los montos destinados en el Plan Operativo Anual de la ANII para 2021. “El recorte actual en la investigación (43,7%), la formación (30,3%) y el acceso a la literatura científica (51,3%) en relación al 2019 debe resultar alarmante para la sociedad”.

En ese sentido, los estudiantes consideran oportuno preguntar “en base a qué criterios internos se recortan estos rubros”, “cuáles son las estrategias para el desarrollo de la ciencia y la investigación” y si “se invierte suficiente en Ciencia y Tecnología en Uruguay”.

Ensayando parte de las respuestas a estas interrogantes, manifiestan que “no sólo los investigadores ya consolidados y estudiantes de posgrado se verán afectados” con estas medidas, sino que el caso “será aún más desalentador” para quienes “hoy cursan el grado y mañana pretendan realizar un posgrado”. Luego vuelven con las preguntas: “¿Qué sucedería si no somos capaces de seguir formando investigadores de alto nivel? ¿Habrá respuestas a las futuras pandemias?”.

Por todo esto, concluyen que “un recorte del actual presupuesto es un claro retroceso en la posibilidad de formar más y mejores investigadores”, algo que “impacta severamente en la continuidad de nuestro sistema científico y en la capacidad de seguir respondiendo a nuestra sociedad en futuras problemáticas”, ante lo cual “las y los estudiantes de posgrado a nivel nacional” piden “enfáticamente que quede sin efecto el recorte presupuestal a la ANII”.

La carta, en la tarde del miércoles, ya contaba con más de 350 adhesiones de estudiantes de maestría y doctorado de la totalidad de las áreas del Pedeciba (Biología, Química, Matemática, Geociencias, Física, Informática y Bioinformática), así como de todos los posgrados nacionales, incluyendo a estudiantes de las facultades de Agronomía, Ingeniería, Ciencias y Medicina. Cuando nos aproximamos al año de pandemia en el país, seguro la preocupación de los estudiantes del Pedeciba será acompañada por gran parte de la sociedad que comprendió la importancia de esforzarse por tener una ciencia de la mejor calidad posible.