El viernes 5, en el club Cyssa de Juan Lacaze, se presentó el programa Un niño, un instrumento, que lleva adelante el Sodre y que apunta a “democratizar la cultura” a través de la práctica musical orquestal y coral.
Actualmente, el programa cuenta con 21 núcleos de desarrollo ubicados en diez departamentos. En Juan Lacaze, el desembarco del Sodre “se debe al esfuerzo realizado por el municipio y su Comisión de Cultura”, dijo Alvaro Pallas, coordinador nacional de núcleos del programa, a los medios de prensa presentes en esa ocasión.
Con más de 100 niños preinscriptos para participar, la presentación fue a “modo de una primer clase informativa e introductoria”. “Nos sorprendió muchísimo la cantidad de anotados, es un numero súper interesante”, expresó Pallas. Para comenzar a participar en este programa, los niños deben tener al menos seis años de edad. “Muchos de los inscriptos son niños chicos, pero también hay inscripciones de adolescentes que comenzaron bachillerato este año”, agregó.
Foto: Ignacio Dotti
El programa en general dicta clases de instrumentos de cuerda (violín, viola, violonchelo), vientos de madera (flauta, oboe, clarinete, fagot), vientos de metal (corno, trompeta, trombón, tuba), percusión y de canto coral. “Este convenio con el Municipio de Juan Lacaze, que tiene un año de duración, comienza dictando clases solamente con los instrumentos de cuerda, pero la idea es continuar con el proyecto y poder generar todos los talleres con los cuales contamos”, explicó Pallas.
El funcionario del Sodre afirmó que la meta de este programa es “formar la Orquesta Sinfónica Juvenil de Juan Lacaze”. Desde los inicios de este programa en 2018, “tratamos de abocarnos a la formación musical de los niños, incluyendo todos los aspectos de la enseñanza de la música”. “Contamos con la posibilidad de préstamos de un instrumento para que puedan practicar diariamente”, expresó Pallas, y agregó que “el violín es el instrumento que más capta la atención al inicio de los talleres”.
En tanto, Vanesa Moreno, una de las docentes que dictarán las clases en la ciudad sabalera, afirmó que “es un desafío muy lindo porque se va fortaleciendo el crecimiento académico musical, pero también vamos creando una serie de valores a través de la música”. Para Moreno, estos talleres “crean empatía, ganas de ayudar al compañero”. La docente, de origen venezolano, afirmó que el estudio de la música “tiene muy buenos beneficios”, y en este caso, este programa “hace que muchos niños participen y tengan posibilidad de estudiarla”.
Foto: Ignacio Dotti
Las clases se darán en el club Cyssa y en la Agremiación Obrera Textil los miércoles, de 16.00 a 20.00, y sábados por la mañana.