En Rosario, en el departamento de Colonia, funciona desde hace 135 años el Colegio Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María. En 2021 ese centro educativo pasó a ser administrado por la Fundación Sophia, organización vinculada a la iglesia católica, “que promueve a nivel nacional una educación académica y pastoral de calidad”, según expresa en su página web.

A fines de octubre, los referentes de esa fundación citaron a una reunión de padres y anunciaron que el 31 de diciembre dejarían de administrar ese colegio pichonero. En esa reunión informativa, las autoridades de la fundación anunciaron que el desvinculamiento sería definitivo, lo que implicaba el despido de unas 20 personas que trabajan en esa institución. No obstante, la Fundación Sophia sugirió a los padres que conformaran una asociación civil para tomar el control de ese colegio.

Desde ese momento, “se presentó una situación de un colegio con 73 chiquilines inscriptos, 20 empleados, 135 años de historia, en la previa de los 250 años de la ciudad de Rosario, y nos parecía que algo teníamos que hacer”, dijo a la diaria Alejandro Dellature, padre de un niño que asiste a ese centro educativo.

A partir de se momento, “nos pusimos a trabajar y definimos realizar un estudio de factibilidad económica para saber si era viable”, y “una vez que se concretó eso y que se entendió que estábamos en el orden de un equilibrio, muy delicado, pero equilibrio al fin, se tomó la decisión de crear una asociación civil sin fines de lucro a cargo de los propios padres para manejar el colegio a partir del 1° de enero de 2025”, relató Dellature.

Asimismo, el integrante de la flamante asociación de padres destacó el apoyo de la inspectora nacional de Educación Privada, Elizabeth Fachola, que “desde un primer momento se puso a la orden, se interesó por el caso, nos explicó sobre la situación y fue muy abierta a todas nuestras consultas”.

Además, el obispo de Mercedes, monseñor Luis Eduardo González, “ha apoyado mucho a los padres para que la continuidad del colegio pueda ser una realidad”. En este sentido, “se ha comprometido a prestar el edificio del colegio a la asociación civil”. Actualmente, “se están negociando los términos del comodato, que será seguramente firmado en los próximos días”, gracias a que “la iglesia católica se ha mostrado sumamente abierta y colaborativa”.

El colegio mantuvo casi un centenar de niños durante este año, y cuando la Fundación Sophia “anunció su retiro, lógicamente produjo un momento de nerviosismo y suspenso en la sociedad rosarina que hizo que muchos padres pensaran en el cambio de institución para sus niños”.

“El número actual de estudiantes anotados es 52, que fue sobre el que analizamos la situación e hicimos el estudio de factibilidad”, dijo Dellature, y agregó que “de ese número hay algunos que están becados, y eso hace que merme bastante la parte económica”. De ese modo, “considerando todos los casos, se analizó si era posible avanzar y realmente se vio un punto de equilibrio sobre el cual estamos trabajando, y a medida que vayan llegando nuevos estudiantes lógicamente vamos a estar más a resguardo en cuanto a la parte económica”, comentó.

Si bien la misión actual radica en “rescatar al colegio, debemos tener una visión a largo plazo y dotar a la ciudad con la continuidad de una institución educativa que vaya más allá del año próximo”, manifestó Dellature.

En ese sentido, señaló que “estamos estudiando la posibilidad de hacer acuerdos de cooperación económica con instituciones locales, no solamente culturales, sino algunas de orden empresarial, y alguna posibilidad de estudio de asociaciones académicas con universidades, ONG locales”, entre otras ideas que fueron surgiendo, realtó.

Además, “todos los padres que se comprometieron con el seguimiento del colegio en la ciudad “nos hemos asesorado mucho en temas educativos, con gente de colegios privados de primer nivel, fundamentalmente en lo que es la propuesta educativa”, añadió Dellature.

El pasaje de la Fundación Sophia por este centro educativo “ha dejado muy buenos resultados”, y la idea “es seguir trabajando en la continuidad de los Métodos Sophia y Singapur, y estamos tratando de conservar la presencia de International House en la enseñanza del idioma inglés”, estableció Dellature.

Comentó también que están “trabajando en un posible acuerdo con el sindicato de la cooperativa médica Camec (Semca), dado que existe una partida de guardería que le aporta la empresa al sindicato”. Esa partida “no estaba siendo utilizada, entonces existe la posibilidad de que los hijos de funcionarios de Camec puedan tener la posibilidad de acceder a un servicio y poder inscribir a sus hijos en maternal e inicial”, adelantó.

“Desde el punto de vista social es importante y muy significativo para todos, dado que el colegio se abre a la comunidad, proyecta a futuro al colegio y brinda soluciones para todos”, concluyó Dellature.