Las organizaciones que tratan de “solucionar el problema de la pobreza” hacen uso de símbolos mechados en afirmaciones seudocientíficas para terminar ofreciendo soluciones gatopardistas.
No vemos cómo puede ser posible, respetando el libre mercado y aplaudiendo derechos exclusivos a los más emprendedores, revertir el injusto desarrollo social.
¿Por qué ahora, aprovechando este salto al vacío que dará la economía, no nos atrevemos a lo único posible para acceder a una sociedad más justa: barajar y dar de nuevo?
Las opiniones sobre el monoteísmo, y en sentido más general sobre la religión, no deben expresarse con el sentido de tener la verdad en la mano, es decir, en la misma forma en que lo hace la religión. Como la verdad no la podemos conocer, queda sólo la duda, y esto es en el fondo muy bueno, porque ella nos inspira a buscar el camino que más nos acerque a nuestro deseo de conocer la verdad, y en el error afirmar nuestros pasos para proseguir en nuestra búsqueda.