Incluso con la variante delta circulando en buena parte de los países europeos, algunos gobiernos comenzaron a levantar muchas de las medidas de restricción de la movilidad que están funcionando desde el comienzo de la pandemia de covid-19, a inicios de 2020.
En Reino Unido, por ejemplo, desde este lunes se eliminaron la mayor parte de las medidas. Los británicos pueden volver a asistir a bares, clubes nocturnos y espectáculos públicos sin límite de aforo y se retoma de forma gradual la presencialidad en las oficinas. Se sigue recomendando el uso de tapabocas, pero no es obligatorio, según detalló la BBC.
Esta medida comenzó a funcionar sólo dos días después de que el nuevo ministro de Salud británico, Sajid Javid, diera positivo a coronavirus y esto forzara a varios integrantes del gobierno, incluido el primer ministro Boris Johnson, a aislarse a la espera de un test.
El país está en color rojo según el índice de riesgo de contagios de Harvard, con una media de 54,3 casos positivos diarios cada 100.000 habitantes en la última semana, en un momento en que la variante delta es predominante. Sin embargo, con más de 68% de la población adulta vacunada, se prevé que los casos graves, las internaciones y las muertes estén por debajo de los números manejados en ese país en el pasado.
Distinta es la situación de España, también en color rojo según el índice de Harvard, con 40 casos diarios cada 100.000 habitantes en los últimos siete días. Si bien la vacunación está avanzada y los datos de hospitalizaciones son más bajos que en las olas de contagios anteriores, varios gobiernos autonómicos dieron marcha atrás y volvieron a aplicar medidas de restricción. Según informó La Sexta, en Cataluña, Navarra, Cantabria y la Comunidad Valenciana se volvió a aplicar el toque de queda por municipios. También se ha resuelto, por parte de distintos gobiernos locales, volver a reducir los horarios de apertura y cierre de bares y restaurantes y el límite de personas que pueden participar de una reunión.
De momento, el gobierno español dejó las resoluciones sobre qué hacer con la movilidad a cada gobierno local. Si bien hubo quejas y reclamos de apoyo desde comunidades como Andalucía o Castilla y León, la vocera del gobierno, Isabel Rodríguez, dijo en una entrevista en Cadena Ser que “las comunidades autónomas tienen herramientas legales suficientes para controlar la pandemia”.
Mientras tanto, Francia mantiene el color amarillo en el índice, con la media de 6,9 casos diarios cada 100.000 habitantes en la última semana, por lo que se resolvió ir hacia una apertura gradual con certificado sanitario y mayores exigencias a los turistas que vengan de países europeos en color rojo.
En este sentido, quienes viajen a Francia provenientes de Reino Unido, Chipre, Países Bajos, Portugal, España o Grecia y aún no se hayan vacunado, deberán presentar una prueba de coronavirus negativa, que puede ser de antígenos o PCR, no más de 24 horas después de que fue realizada. La medida entró en vigencia durante la medianoche del domingo, al igual que el toque de queda de las 23.00 a las 6.00 en bares y restaurantes que estén ubicados en Pirineos Orientales, en la frontera con España, así como el regreso a la obligatoriedad de los tapabocas en todo el departamento a excepción de las zonas de playa o espacios naturales.
Marchas antivacunas
La semana pasada, el gobierno de Emmanuel Macron anunció, en el marco de la reapertura gradual que tiene planificada, algunas medidas como la obligatoriedad de las vacunas para el personal de la salud y la implementación de un certificado sanitario, que se obtiene luego de la vacunación completa y su posterior período de 15 días para alcanzar la inmunidad o con un test PCR negativo.
Una vez obtenido el certificado, se puede acceder a diversas actividades sociales que también están preparando su reapertura de forma total. Las medidas fueron aprobadas este lunes en el Consejo de Ministros y serán debatidas por la Asamblea Nacional el miércoles.
Estos anuncios provocaron la reacción de diversos movimientos antivacunas y negacionistas de la pandemia, que el sábado se manifestaron en las principales ciudades francesas en repudio a las medidas.
Según las cifras aportadas por el Ministerio del Interior francés, la participación en estas protestas alcanzó las 114.000 personas en todo el territorio. Los manifestantes llevaron carteles y gritaron consignas como “dictadura sanitaria” o “dejen en paz mi cuerpo”, al tiempo que afirmaban que el coronavirus “mata la democracia” y reclamaban libertad, según informó la agencia española Efe desde París. El fin de semana, tras el anuncio del gobierno francés sobre el certificado sanitario, se registraron dos millones de reservas para recibir vacunas en menos de 24 horas.