En el marco de la emergencia sanitaria, el Centro de Fotografía de Montevideo (CdF) no está convocando a inauguraciones en sala ni en sus fotogalerías distribuidas por la ciudad. En lugar de eso hablan de aperturas, como la que ayer renovó el contenido de la fotogalería ubicada en General Flores y Carlos Reyles. Se trata de una muestra fotográfica sobre el proyecto Barrio Goes, que se realizó durante 2019 en el Centro Cultural Terminal Goes. Sus autores, que en este caso se sienten parte de esas calles, son Sebastián Martínez, Sofía González, Rita Mañay, Alicia Rovira, Marcela Vázquez y Varinia Pérez, y la exposición puede visitarse hasta mediados de setiembre.

Barrios surgió en el marco de la primera edición del Muff en Montevideo, un festival de fotografía que se llevó adelante en 2016 y 2017 (esperan que entre lo que queda del año y 2021 se concrete la próxima edición). La propuesta era una de las plataformas de investigación de aquel encuentro, y en base a lo bien que funcionó, el CdF pasó a integrarla como actividad permanente de su área educativa. “Es un espacio de creación colectiva entre personas que viven o crecieron en un mismo barrio de Montevideo y busca abordar diversas temáticas que se relacionan con lo comunitario”, cuenta Lucía Surroca desde esa área. La intención es promover el intercambio de ideas sobre la pertenencia a un barrio, sus límites, los municipales o los construidos subjetivamente. El pasado y el presente, las experiencias personales y colectivas, se conectan en esas reflexiones en grupo. Cada uno es coordinado por un activador del equipo de Barrios, integrado además por Nicolás Vidal y Maximiliano Sánchez. “Lo que hacemos es utilizar la imagen fotográfica como herramienta fundamental para poner en discusión: proponemos algunos temas y otros emergen de la construcción de esos grupos”, dice Surroca. Además, trabajan con archivos familiares, mapas, cartas u otra clase de documentos escritos. El proyecto propone “mirar con otros ojos los recorridos cotidianos que allí se realizan” y reconocer en ese deambular con sentido “puntos geográficos significativos”.

Si bien “no es un taller convencional de fotografía”, en términos de transmisión de nociones y técnicas, “la imagen es una herramienta para trabajar diversas cosas”, distingue Surroca. Por eso no llama tanto la atención que lo íntimo y lo urbano se interconecten, que lo mismo un patio desordenado que una esquina angulosa sean objeto de registro. “Ese es un poco el sentido”, confirma, “porque de alguna manera es un intercambio sobre todas esas posibles vertientes o percepciones de qué es lo barrial, que obviamente está atravesado por lo individual pero también por lo colectivo. Hay veces que pueden predominar, justamente, los espacios públicos o de uso comunitario, y otras veces remitir a historias que son personales, o se cuenta de alguien que es un referente, que vivió ahí mucho tiempo o es significativo para los vecinos”. En el último tiempo han buscado aproximarse más a ese tipo de historias, con las dificultades que conlleva, reconocen, retratar personas en relación a un espacio físico.

En estos años el CdF implementó el proyecto Barrios en el Cerro, Parque Rodó, Peñarol, Prado, Casavalle, Cordón, Ciudad Vieja y Goes. “En un primer momento, como el proceso de trabajo habitual, que duraba cinco meses, se compartía con el resto del barrio en una muestra, estaba anclado a las zonas que hasta ese momento tenían fotogalería. Como el CdF ha aumentado en número de fotogalerías, nos ha permitido a su vez ampliar la cantidad de barrios”. Sin embargo, ni los límites geográficos ni los formatos están fijos actualmente. “Hoy, que el barrio tenga o no fotogalería no es un requisito, porque en realidad este trabajo final podría ser mostrado en varios soportes. Podría salir en un periódico barrial o, como sucedió el año pasado en Casavalle, porque fue la propuesta de ese grupo, hacer una serie de postales que contaban historias a las que habían remitido en ese proceso”, ejemplifica Surroca. “En ese caso eran todas mujeres mayores, que rondaban los 60 años, y ellas entendían que esas imágenes de archivo con fragmentos de historias eran un objeto lindo y amoroso para poner en circulación en el barrio a fin de año”.

Memorias de barrio

Por otro lado, el CdF se ha preocupado por la conservación de los recuerdos de cada rincón de la ciudad mediante el proyecto Memorias de Barrio. Consiste en una jornada de digitalización, que el año pasado se llevó a cabo en el centro de barrio de Peñarol y en el Molino de Pérez, en Punta Gorda: “Lo que hacemos es acercar a la ciudadanía la posibilidad de digitalizar, con los instrumentos con que contamos, un montón de imágenes que las personas tienen en su acervo. Así como uno de los sentidos del CdF es la conservación de su archivo histórico, esta es una forma de contribuir a que la ciudadanía puede preservar sus archivos personales que, de alguna manera, se relacionan con lo barrial”. En esa iniciativa trabajan junto con Plan Ceibal, ya que las imágenes quedan luego disponibles en la web para que todos tengan acceso: “Es como si se generara una suerte de galería de las memorias de ese barrio”, sintetiza Surroca. La continuidad de ambos proyectos está sujeta a la evolución de las medidas sanitarias, en especial este, que necesariamente se monta en territorio, en espacios cerrados y concurridos.


Sumate a la banda

La Banda Sinfónica de Montevideo invita al público a formar parte de un concierto virtual en el que se interpretará La cumparsita. Mediante una composición colectiva de videos se interpretará este himno popular de Gerardo Matos Rodríguez. Podrán participar personas de cualquier edad, con el instrumento que cada uno toque; además, no tienen que ser profesionales de la música. Para sumarse hay que descargar el tutorial, los audios y las partituras desde ladiaria.com.uy/U4Z, grabar desde la casa, llenar el formulario y subir el video antes del martes 30 de junio. El concierto será estrenado el viernes 31 de julio en el canal de Youtube de la Banda Sinfónica.

Habilidades para diseñar

Esta tarde, a las 18.00, continuarán las charlas del Mes del Diseño con “Diseño dice: Diseño+Políticas Públicas”. Expone Federico Vaz Canosa, doctorando en Diseño por la Universidad de Loughborough de Londres. “En un mundo en constante cambio, cada vez son más las administraciones públicas que apelan al diseño para la creación de políticas y servicios centrados en las personas. Nuevos servicios públicos, estructuras organizacionales e interfaces surgen de esta integración, basada en el entendimiento de las personas, sus problemas y necesidades”, afirma el experto. Para inscribirse: ladiaria.com.uy/U40.

Mañana a la misma hora el tema serán las virtudes necesarias para el éxito en el diseñador industrial. “Analizaremos cómo esas habilidades se modifican a medida que el diseñador avanza en su profesión, y cuáles son buscadas por los empleadores a la hora de contratar personal de diseño”, promete Eduardo Martres, que se ha desempeñado como jefe de diseño en Changhong Electric (China) y antes trabajó para Panasonic, Hewlett-Packard y Philips Design en Holanda, Francia, Hong Kong y Estados Unidos, donde fue responsable de una amplia gama de electrodomésticos y dispositivos electrónicos. El formulario de inscripción está en ladiaria.com.uy/U41.

Talleres desde el Florencio

El Centro Cultural Florencio Sánchez brinda talleres virtuales gratuitos de robótica, vestuario y sombreros, coro, sonido, escenografía y utilería teatral. Por ahora se dictan por la plataforma Zoom y son gratis; aunque los encuentros ya empezaron, las inscripciones se mantienen durante todo el mes escribiendo al correo formació[email protected].