El 3 de mayo tendrá lugar en Estados Unidos un juicio que puede marcar un antes y un después en el accionar de los gigantes tecnológicos: Epic Games, la empresa que desarrolla el popular videojuego online Fortnite, demanda a Apple por comportamientos monopólicos.

Desde agosto, cuando comenzó la polémica, representantes de Epic empezaron a comparecer en tribunales de Estados Unidos, Australia, Reino Unido y en Bruselas, sede de la Unión Europea, para denunciar los manejos tanto de Apple como de Google por medio de sus tiendas, App Store y Google Play.

Todo comenzó con un anuncio en Fortnite. Si bien el juego es de descarga gratuita, genera cientos de millones de dólares al año con las microtransacciones que hacen sus usuarios para comprar paquetes o Monedas V –la moneda del juego– con dinero real. Con ellas adquieren ropa, armas, mochilas y distintas formas de equipar a sus personajes. Cuando estas transacciones se hacen por intermedio de las tiendas, las empresas se llevan 30% de comisión. A principios de agosto de 2020, Epic anunció que la compra de Monedas V se podría hacer de forma directa con ellos, lo que permitiría a los usuarios un ahorro de 20%, al desarrollador de Fortnite una ganancia de 10%, y a Apple y Google la pérdida total de su 30%.

La reacción no se hizo esperar. El 13 de agosto Fortnite estaba fuera tanto de App Store como de Google Play, con el argumento de que Epic violaba las reglas.

Como en 1984

Con sus métodos para incentivar el uso y abuso de microtransacciones a sus jugadores, Epic dista mucho de ser un actor inocente en este conflicto. La compañía sabía que habría represalias y por eso comenzó con su serie de demandas en varios países. A eso le sumó una campaña mediática impulsada desde sus redes sociales.

El 13 de agosto las cuentas de Fortnite en Twitter, Facebook e Instagram publicaron un video en el que se ve un grupo de soldados observando la transmisión de un hombre de traje con cabeza de manzana. En medio de su oratoria, aparece Ramírez, uno de los personajes predeterminados del juego, quien rompe la pantalla y se retira caminando.

Mientras Ramírez se va, se lee el siguiente mensaje: “Epic Games desafió el monopolio de App Store. En represalia, Apple está bloqueando Fortnite en mil millones de dispositivos. Súmate a la lucha para que 2020 no se convierta en 1984”, en referencia a la novela distópica de George Orwell.

Al mismo tiempo lanzaron el hashtag #FreeFortnite para que los usuarios reclamaran el regreso del juego a las plataformas. El relato de Epic es claro: la empresa lucha contra gigantes monopólicos para que ponga fin a sus comportamientos anticompetitivos, y por esto recibe sanciones.

Números reales

Hablemos de dinero y no precisamente de Monedas V: tanto Apple como Epic reconocieron, en las etapas previas al juicio en Estados Unidos, que entre 2018 y 2020 los jugadores gastaron 700 millones de dólares en compras por medio de la App Store. Esto implica un beneficio de 490 millones para los desarrolladores del juego y de 210 millones para la empresa tecnológica.

Además, según informó Politico, Epic afirma que unos 70 millones de personas, es decir, 64% de los usuarios que juegan Fortnite por el sistema iOs de Apple, lo hicieron exclusivamente en iPad o iPhone y gastaron 500 millones de dólares. Apple, por el contrario, señala que una encuesta entre usuarios arrojó que 94% de los que acceden a Fortnite con iOs aseguraron que juegan de manera regular en otros dispositivos. Añadieron que el juego es más popular en PC, PlayStation, XBox o consolas de Nintendo que en iPhone o iPad.

Otra discusión es lo que pasa cuando se compran las Monedas V. Según Apple, los jugadores pueden adquirirlas en otros dispositivos y transferirlas o usarlas en las versiones del juego para iOs, pero Epic señala que aunque los artículos comprados se pueden mover al cambiar de dispositivo, las monedas compradas en PlayStation o Nintendo Switch no son transferibles a otros sistemas operativos.

Al mismo tiempo, Epic indica que Apple vinculó de manera ilegal su sistema de pago en la app de Fortnite y que expulsar de la plataforma a quienes no aceptan una comisión de 30% para transacciones de la tienda es un comportamiento monopólico y anticompetitivo.

Según Epic, los más de 1.000 millones de usuarios de iPhone y iPad son un mercado en sí mismo para las compañías desarrolladoras de software, por lo que la instalación de aplicaciones no debe limitarse a App Store, que es el único método de descarga de cualquier software para quien tiene uno de estos dispositivos.

La estrategia de Apple ante la jueza Yvonne González Rogers, de Oakland, será mover de lugar el análisis, afirmando que las medidas de Apple deben ser analizadas dentro del marco de los videojuegos y no del desarrollo de software para dispositivos móviles.