El colectivo Vecinos del Bajo de Ciudad Vieja pidió a la Intendencia de Montevideo (IM) que se mantenga el espacio público verde que hay en la plaza Larocca, en las calles Piedras y Juncal, luego de que la comuna anunciara que hará el centro cultural Mariano Arana en un sector de ese espacio.
Este centro será de 500 metros cuadrados, según estaba establecido en el concurso, que fue convocado por el Municipio B y la comuna capitalina. Asimismo, se prevé que abarque el área verde pública enjardinada, que fue, en gran parte, recuperada por los propios vecinos del barrio.
El colectivo sostuvo en un comunicado que, si se concreta la construcción del centro cultural tal como se prevé, desaparecerá el espacio verde que, “aunque parezca pequeño, es importante en un contexto de extrema cercanía al puerto de Montevideo y a la terminal de ómnibus”. Los vecinos no se oponen a la creación de un centro cultural, pero piden a la IM que revea el proyecto para mantener ese espacio.
De todos modos, aclararon que el proyecto “no surge de demandas sociales ni de ninguna instancia de participación previa” con vecinos. Incluso, apuntaron que se propone “a contrapelo” de lo sugerido a las autoridades del Municipio B por parte de la Universidad de la República a través del proyecto Reactor, en el que participó el Laboratorio de Urbanismo Participativo y Afectivo, un grupo de investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).
El proyecto académico concluyó que no se debería “perder área verde de uso público, sino buscar mecanismos para ampliarla”. En ese sentido, sostuvieron que el concurso para construir el centro cultural “propone desde las propias bases edificar sobre una plaza, que además se encuentra consolidada y cuidada”.
La facultad advirtió que “no se concluye como necesidad programática construir un nuevo centro cultural en la zona de la Diagonal Fabini. En el entorno cercano existen numerosos espacios vinculados a la cultura y muchos de ellos enfrentan problemáticas y necesidades, en gran parte debido a su vocación social, lo que los coloca en riesgo constante de subsistencia. El reconocimiento y apoyo a los espacios existentes sería una forma apropiada de construir cultura en esta zona”.
Según relatan los vecinos en la carta, “el desarrollo de la trama urbana del casco histórico de Montevideo nos dejó con pocos espacios verdes, que son pequeños e insuficientes, y que queremos preservar y de ser posible aumentar”. Según dijeron, el proyecto del centro cultural pretende eliminar uno, que además “estaba en muy mal estado y fuera recuperado y cuidado por el propio colectivo”.
Al respecto, el lunes habrá una reunión entre vecinos y el municipio. En diálogo con la diaria, la integrante del colectivo Tania Trigo expresó que el municipio se retractó “un poco con respecto a las formas, sobre todo, de cómo se trabajó esto, de no imponer un edificio en un lugar de esta forma, sino que tratar de trabajar más con los vecinos, que es una de las cosas que venimos reivindicando”.
La vecina expresó que la idea de la reunión del lunes es “construir algo juntos entre los vecinos y las autoridades, y poder llegar a un plan que nos convenza a todos, un espacio cogestionado”. “Como quiere la intendencia y el municipio, pero que sea con necesidades reales de los vecinos. La idea, más que nada, es poder llegar a trabajar ese espacio y todo lo que es la Diagonal Fabini, recuperando un poco más de espacio verde, pudiendo trabajarlo en conjunto”.
Asimismo, relató que no están de acuerdo con que se sigan edificando “cosas nuevas” y “mucho menos en espacio público”. Trigo sostuvo que, con base en informes académicos, Ciudad Vieja es uno de los focos calientes de la ciudad, “que tiene muy poco verde”. “Con todo lo que implica eso para el ciudadano”, ya sea desde tomar el espacio verde como “lugar de esparcimiento” o “como lugar de amortiguación de inundaciones” o incluso para “bajar la temperatura general de la ciudad en verano”, acotó.
La alcaldesa Silvana Pissano coincide en este punto con los vecinos y, según dijo a la diaria, el proyecto empezó “participativamente” a fines de 2022 y durante el año pasado se generaron “diagnósticos” de la zona por parte del proyecto Reactor.
“Uno los aspectos de ese diagnóstico participativo tiene que ver con la profundización del espacio público y con un énfasis bien importante con un proyecto sustentable desde el punto de vista del cuidado del ambiente, donde el factor verde arbolado suelo permeable tiene un énfasis grande, ya que uno de los emergentes que nos hizo poner en 2022 la lupa en todo este sector urbano tiene que ver con la contaminación ambiental, básicamente provocada por la terminal de ómnibus”, consideró.