Tras dos exitosas ediciones en Fray Bentos, la Feria Internacional del Alfajor se prepara para dar el salto a la capital. Del 13 al 15 de junio, el público podrá recorrer 60 stands de exposición y venta en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), donde convivirán marcas artesanales, emprendimientos emergentes y empresas consolidadas del rubro, del país y la región. El evento servirá de antesala al Campeonato Mundial del Alfajor, previsto para el 15, 16 y 17 de agosto en Costa Salguero, Buenos Aires: aquí se realizará la cata y premiación oficial que elegirá al nuevo mejor alfajor de Uruguay y se seleccionarán los representantes locales.
Además de ofrecer degustaciones, la feria montevideana contará con el espacio infantil Alfajoreritos en Acción, liderado por la pastelera Luisina Pérez Pieroni, donde los niños serán invitados a elaborar los dulces, un escenario con masterclasses y charlas sobre historia, producción, creatividad e innovación en el universo del alfajor, una zona gastronómica (que incluirá propuestas saladas), más la presencia de coleccionistas de envoltorios, que habilitan desde la trazabilidad de productos discontinuados hasta la nostalgia.
¿Qué implica a nivel logístico esta nueva experiencia en Montevideo? Habían llegado a Río Negro gracias a una productora binacional, y cuando surgió la posibilidad de utilizar el exfrigorífico y actual museo Anglo como sede de la feria, todo cuajó. El licenciado en Tecnología de Alimentos Juan José Soria, cocreador del campeonato, atribuye el traslado ahora a un pedido generalizado y a que muchas marcas no llegaban al norte del país. “Entonces, nos animamos”, dice este sanjuanino, que vive en la capital porteña desde hace una década, y asegura que su evento está “al servicio de la industria”, aunque con estas actividades quieren demostrar el potencial de esta golosina rioplatense y apuestan a ir donde estiman que pueda funcionar bien. “Es un producto que puede llegar a tener un nombre y apellido, un sello propio y una impronta más personalizada”, agrega.
No es solamente mudarse, es un crecimiento a nivel numérico: aproximadamente un 30% más de empresas participarán en la feria, que arranca el viernes, y estiman que el público también será mayor. A diferencia de los eventos anteriores, por las características del salón, esta vez cobrarán una entrada de 250 pesos. De todos modos, Soria y su equipo recalcan el espíritu familiar que buscan imprimirle a toda la movida. “Es bastante atractivo, enfocado en alfajores, un alimento que es parte de la idiosincrasia del Río de la Plata, totalmente enlazado con la cultura y la tradición”.
Sobre la evolución del Campeonato Mundial, que llegará a su cuarta edición, Soria cuenta que al inicio no tenía experiencia en alfajores, pero sí en organización de encuentros gastronómicos. “Y pudimos ver que faltaba un evento que unificara la experiencia del consumidor con los productos disponibles en el mercado. En un almacén siempre está el alfajor de kiosco, el industrial, hay marcas históricas, que tienen más de 50 o 60 años. Y además siempre tenés un alfajor artesanal en bandejita o de bajo nivel de packaging, pero nunca deja de estar. Eso es un parámetro de convivencia en la industria”, observa. “Es una industria en la que sigue habiendo muchas empresas informales a las que nosotros, en el Mundial, les damos difusión. Vamos a estar un poco más preparados para esas empresas pequeñas o medianas. Al darle difusión a la calidad que han logrado, después utilizan los premios que van ganando, los usan de trampolín para crecer. De hecho, tenemos un montón, más de 70 casos de éxito, tanto de Argentina como de Uruguay, que han podido montar sus fábricas, comprar maquinarias, fortalecer su empresa gracias al Mundial”, asegura. “Nosotros ponemos en competencia a todos, en una situación de igualdad, porque en una cata a ciegas no se sabe de quién es el alfajor, y el jurado emite su opinión. En ese sentido, así sea una empresa grande, mediana o chiquita, juegan todos bajo las mismas condiciones”.
Distintivos nacionales
Acerca de la selección de candidatos nacionales que cruzarán el charco, el organizador apunta: “Uruguay tiene tipos de alfajores que no existen en Argentina ni en otro lugar, como el de salchichón de chocolate, que allá ni se conoce la palabra, y hay muchos de coco. Al tener una legislación alimentaria diferente, permite la elaboración de alfajores con galletas que no necesariamente tienen que tener un golpe de horno. Entonces, es súper divertido el momento de la cata, porque el jurado también va aprendiendo a medida que va avanzando y va emitiendo esos resultados”.
Aparte de la feria que vienen realizando en Uruguay, el pretexto de la final bonaerense les ha permitido organizar una decena de eventos en distintos puntos de Latinoamérica que a primera vista no tenían una tradición alfajorera, como Perú, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador y provincias argentinas, desde lugares con larga fama en alfajores, como Córdoba, a otros más vinculados a la industria vinícola, como Mendoza, que actualmente es un polo productivo de alfajores. Así hacen casi medio centenar de ferias al año. “Nosotros premiamos la calidad. Siempre digo que el alfajor más rico es el que genera el silencio en la mesa”, remata Soria.
“Creo que a futuro vamos a tener un boom de alfajores en el mundo y que lo vamos a poder capitalizar, desde el lado del know how de Argentina y Uruguay como los productores más importantes”, estima Soria, esperanzado. “Igual, también hay muchos desafíos: fijate que la industria del alfajor no tiene una universidad o un curso. Los cursos que hay son vinculados a la pastelería y a las recetas de alfajores, no desde el punto de vista industrial o de generar un profesional, pues el alfajor tiene su técnica: tiene que ver con los contenidos de humedad, las combinaciones de ingredientes, los tiempos de descanso. Son un conjunto de cuestiones que las empresas que las abordan terminan solucionando, pero siempre anclándose en otras profesiones, no en algo que haya nacido para eso”.
Feria Internacional del Alfajor en el LATU: viernes 13 de junio de 14.00 a 21.00, sábado 14 y domingo 15 de 10.00 a 20.00. Entradas en mientrada.com.uy (menores de 8 años no pagan).