El sábado, mientras se probaba el pase responsable para espectáculos en el Sodre, dos manifestaciones de protesta se desarrollaban frente al complejo: por un lado, la de un grupo antivacunas liderado por el excandidato a la presidencia Gustavo Salle, y por otro, la de un colectivo de artistas que repudiaba la implementación de la medida.
En esa oportunidad, y a propósito de estas expresiones de protesta, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, dijo a la diaria que le parecía “muy bien” que hubiera manifestantes en las inmediaciones del auditorio, y que la actividad que habían organizado las autoridades era “una respuesta para los músicos. Cuáles son las razones por las que ellos se manifiestan al lado de los militantes antivacunas, pregúnteselo a ellos”.
Esto motivó una respuesta de la Red de Artistas Circenses del Uruguay (RACU), el colectivo que, efectivamente, llevaba adelante la protesta la noche del sábado. “Si bien hay músicas y músicos que integran nuestro colectivo, el arte que nos nuclea es el Circo en todas sus manifestaciones”, se lee en la carta que hicieron llegar a la diaria.
“Sería oportuno que antes de dirigirse a un sector de la cultura se tome el trabajo de chequear quiénes son sus interlocutores. Generalizar diciendo que el pase es ‘una salida para los músicos’ deja en evidencia un magro conocimiento del medio y la amplitud y diversidad de sus actores”.
El texto de RACU continúa aclarando que el propósito de su protesta “no fue el de manifestarse en contra de la vacunación o en reclamo de la paralización de las actividades culturales. Vale destacar que nuestra convocatoria implicaba el respeto de las normas protocolares vigentes de distancia física y uso de barbijo”.
“Estuvimos allí para repudiar la implementación del pase responsable, ya que entendemos es una medida elitista y arbitraria que vulnera el derecho de acceso a la cultura. Sostenemos, además, que medidas de este tipo no pueden ser tomadas sin la participación y el diálogo con los distintos sectores culturales involucrados”.
La carta insiste, además, en que en los meses de presencialidad parcial no se registraron contagios ni focos en los espectáculos públicos, y pide a las autoridades que “reevalúen sus ‘perillas’ y que la cultura deje de ser la principal destinataria de la aplicación de medidas restrictivas que en otros sectores de igual o mayor contacto social no se tienen en cuenta. En pocas palabras, que se deje de usar a la cultura como chivo expiatorio”.
La proclama
En la proclama difundida el mismo sábado durante la manifestación y a propósito del ensayo de “pase responsable”, RACU expresaba compartir el respeto por las disposiciones gubernamentales urgentes motivadas por la pandemia. “Pero”, decía, “no es menos urgente proteger los derechos de quienes trabajamos en las artes circenses y la cultura en general, así como defender la continuidad y la permanencia del circo como forma de expresión cultural”. También repudiaba la implementación del “pase responsable” por no garantizar el acceso de todos a la cultura y afirmaba que la suspensión de las actividades “no está respaldada por ninguna evidencia, ya que los eventos culturales protocolizados en contexto pandémico demostraron ser seguros”.
Los artistas reclamaron el sábado el derecho a trabajar y exigieron ser parte de la construcción de los protocolos sanitarios y claridad en el uso de los fondos públicos que no pudieron ser ejecutados debido a la pandemia.
Otras repercusiones
Consultado por la diaria, el presidente de la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI), Washington Sassi, dijo que el colectivo “mantiene su posición y pensamiento después del circo del sábado”.
La posición a la que Sassi hace referencia es la que señalaba que el plan piloto “desconocía” lo trabajado hasta el momento y presentaba “esto, que implica que la gente que vaya al teatro llegue 45 minutos antes para someterse a un test, después del cual le dirán si puede entrar”. Y agregaba: “Consecuencia: la gente se va a quedar en la casa. Se prohíbe y se seguirá prohibiendo, así, el hecho artístico. Esto puede ser la estocada final a la cultura”.
FUTI también había expresado su rechazo al “pase responsable” en una carta firmada junto a la Sociedad Uruguaya de Actores. “No entendemos por qué se analiza abrir salas en este momento tan crítico de la emergencia sanitaria, cuando un año atrás se ponían trabas y objeciones a los reclamos y protocolos del teatro independiente”, se preguntaban.