Horacio Marciano Cantero, líder del grupo de rock Enanitos Verdes, murió este jueves a los 62 años en una clínica de la provincia argentina de Mendoza. Llevaba diez días internado en terapia intensiva a causa de una insuficiencia renal que se agravó a la vuelta de una gira de la banda por América Latina y Estados Unidos.
Minutos después del hecho, su hijo Javier habló con la prensa en la puerta de la clínica y explicó que la semana pasada el músico había sido operado de urgencia y le habían extirpado un riñón y parte del bazo, por lo que siguieron días que fueron “no tan buenos”. “Hoy estaba un poco mejor, aunque la situación era crítica”, dijo según consignó Los Andes.
“Por más que estoy muy triste, yo tengo 30 y estos 30 años que pude pasar con él no lo tuve mucho tiempo, pero cada día con él fue un regalo. No puedo dejar de estar feliz por el gran hombre que era y por todo el amor que le devolvieron estos días”, agregó. “Quiero que lo recuerden no sólo como el compositor, el cantante, el artista que era, sino también como una persona maravillosa y mi mejor amigo en el mundo”.
Enanitos Verdes nació en Mendoza a fines de los 70 y tuvo su primera explosión en el festival cordobés de La Falda de 1984, donde fue elegida banda revelación. Eso fue lo que les permitió llegar a Buenos Aires y grabar su álbum debut Los Enanitos Verdes. Dos años después, con Andrés Calamaro como productor, llegaría el disco Contrarreloj, que incluía temas como “La muralla verde”. En 1987 editaron Habitaciones extrañas, que contenía su primer gran éxito: “Te vi en un tren”.
Por esos años la banda comenzó a tocar por todo el continente hasta convertirse en referencia del rock argentino, con presentaciones que incluyeron el Festival de Viña del Mar. En 1988 lanzaron Carrousel y con la salida de Había una vez... en 1989 anunciaron su separación, que solamente duraría tres años. El disco Igual que ayer contenía el tema homónimo, que se convirtió en otro de los éxitos de Enanitos Verdes.
La canción más conocida de la banda, “Lamento boliviano”, llegaría con el disco Big Bang, de 1994. En realidad se trataba de un tema de otra agrupación mendocina, Alcohol Etílico, editado originalmente en 1987 pero que solamente se hizo conocido con la versión de los liderados por Marciano.
Más allá de que no llegaran otros hits de esa envergadura, continuaron editando discos, firmaron con una multinacional y estuvieron nominados a los Premios Grammy. Tampoco dejaron de tocar por todo el mundo, y su última gira pospandemia incluyó 23 shows en México y 19 en Estados Unidos. “Algo que no es lo mismo hacer con 30 años que con 62. Fue una gira muy extensa y muy agotadora”, detalló Eduardo Cantero, hermano del fallecido, citado por Télam. Los problemas renales del músico se arrastraban desde hace un tiempo y allegados confirmaron que utilizaba bajos especiales de menor peso en las presentaciones.
La noticia del deceso fue seguida de numerosas despedidas por parte de sus colegas de toda América, como el mencionado Calamaro, que lo saludó con un “Vuela alto, crack”. Beto Cuevas, del grupo chileno La Ley, lamentó “la triste partida de uno de los artífices del rock en nuestro idioma”. También se manifestó la banda mexicana Molotov: “Te vamos a extrañar, carnal Marciano Cantero, descansa en paz”.
El nombre
El origen del particular nombre de la banda está detallado en el sitio oficial, en palabras del guitarrista Felipe Staiti. "Corría el año 1979 y una familia de turistas, mientras visitaba en Mendoza el Puente del Inca, se toma una fotografía. Al revelarla aparecen a un lado de dicha familia unos enanitos verdes en ronda. Al momento de sacar la fotografía obviamente no los vio nadie, pero luego del revelado allí estaban. Este hecho tuvo una trascendencia pública notoria saliendo en los periódicos locales. E inclusive dicen algunos que llegó la fotografía hasta la NASA para comprobar su autenticidad. Leyenda o realidad, un amigo nuestro que era periodista de una revista bautizó a nuestro novato grupo con el nombre de Los Enanitos Verdes de Puente del Inca y así apareció en la primer crónica nuestra".